En tanto, desde el Estado se buscan formas que impidan la participación de los chicos en las cosechas u otras tareas a través de la aplicación de programas nacionales que invierten fondos para que los menores estudien, según adelantó el secretario de Trabajo de Santiago del Estero, Andrés Bernasconi.
"Los chicos hacen un trabajo durísimo, tremendo, se levantan con sus padres a las cuatro o cinco de la madrugada para el ordeñe de los animales, después sacarlos, llevarlos a comer, tienen que darles agua y eso es juntar cada vez unos 200 litros de agua que hay que transportar", enumeró Tenti a Télam en la parroquia.
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