viernes, 17 de agosto de 2012

Causa 2047 “Embarazadas”

Caso 83

Oscar Rómulo Gutiérrez Sesarego y Liliana Isabel Acuña (embarazada)

Oscar Rómulo Gutiérrez Sesarego y Liliana Isabel Acuña –embarazada-, fueron privados de la libertad, el día 26 de agosto de 1976 a las 06:30 horas, en el domicilio ubicado en la calle Rincón n° 2450 de Ramos Mejía, partido de La Matanza por un grupo de 12 hombres vestidos de civil que portaban armas largas, y se movilizaban en tres automóviles. Posteriormente, habrían sido alojados en el sótano de la comisaría de San Isidro 4ta. –Las Barrancas-; provenientes desde otro ámbito con evidentes signos de haber sido sometidos a torturas, desconociendo hasta el día de la fecha, el paradero de los nombrados.



Oscar Rómulo: “Felipe”. Nacido en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, el 17 de abril de 1951. Hizo primaria y secundaria en el Colegio Don Bosco de su ciudad natal. Estudio en la Facultad de Filosofía y Letras y en Sociología. Trabajó en la empresa metalúrgica Santa Rosa de Capital Federal.

Liliana Isabel: “Isa”. “Isabelita”. Nacida en la ciudad de Buenos Aires, el 30 de mayo de 1952. Embarazada de 5 meses fue secuestrada, en la madrugada del 26 de agosto de 1976 en San Justo, provincia de Buenos Aires, junto a su pareja Oscar. Dio a luz en cautiverio. Se robaron su hijo. Vista en la comisaría 4ª de San Isidro y en el CCD Pozo de Banfield. Ambos fueron militantes de Montoneros
Hijo/a de Liliana Isabel ACUÑA y Oscar Rómulo GUTIERREZ, NACIÓ ENTRE DICIEMBRE DE 1976 Y ENERO DE 1977

Fuentes
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php http://www.robertobaschetti.com/biografia/29.html
http://www.derhuman.jus.gov.ar/anm/ListadoA_N.pdf
http://noperdonamos.blogspot.com.ar/2008/01/nios-nacidos-o-que-debieron-nacer.html

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Caso 82

DUARTE de ARANDA, María Eva (emb.) y ARANDA, Alberto Samuel”

María Eva Duarte –embarazada- fue privada de su libertad el día 9 de septiembre de 1977 entre las 19:30 y las 20:00 horas, en su domicilio sito en la calle Gregorio Marañon n° 2880 de Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires, por un grupo armado de personas vestidas de civil, que se trasladaban en tres vehículos –dos blancos y uno verde- y que se identificaron como policías. Sus dos hijos –Lorena, de dos años y Alejandro de siete meses- fueron entregados al cuidado de los vecinos.

Alberto Samuel Aranda fue privado de su libertad ese mismo día, por el mismo grupo de persona, cuando descendió del colectivo al regreso de su trabajo, ya que se encontraba detenido dentro de un vehículo cuando fueron a buscar a María Eva Duarte.

Duarte fue vista dentro de la guarnición militar de Campo de Mayo y hasta la fecha ambas personas se encuentran desaparecidas.



María Eva nació el 20 de mayo de 1955 en Buenos Aires. Su familia la llamaba “Mary”. Alberto Samuel nació en la localidad de Frías, Santiago del Estero, el 16 de diciembre de 1953. En 1975 nació su primera hija, Silvana Lorena, y en 1977, Alejandro Demián. La pareja militaba en la organización Montoneros. A Alberto sus compañeros lo llamaban “Ref” o “Refu” y “El Flaco”. María Eva estaba embarazada de dos meses cuando la secuestraron. Según informaciones obtenidas por la familia, dio a luz un niño entre abril y mayo de 1978 en Campo de Mayo.
La pareja y el niño que nació en cautiverio continúan desaparecidos.

Fuentes:
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
http://www.robertobaschetti.com/biografia/d/161.html

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Caso 248

“ARDITO, Nélida Beatriz, Nélida Beatriz Ardito y Susana Stritzler (embarazada)



. Atlántida Coma de Ardito . Roberto Ardito .

*) Atlántida Coma de Ardito y Roberto Ardito fueron privados de la libertad, el día 13 de octubre de 1976, a las 04:00 horas, en el domicilio de la calle Junín n° 340, piso 2º, departamento “D” de Capital Federal, por un grupo armado de personas vestidas de civil, que se identificó como personal de la Policía Federal. En ese procedimiento, esas personas sustrajeron dos títulos de propiedad, un reloj de oro, una radio y otros objetos de valor. No existen constancias de las víctimas que hayan recuperado la libertad.

**) Nélida Beatriz Ardito fue privada de la libertad, el día 13 de octubre de 1976 a las tres de la mañana, en su domicilio de la calle Moreno n° 2906, piso 3º, departamento “B” de Capital Federal, por un grupo de personas vestidas de civil armadas, que se identificaron como policías.

En ese procedimiento, se encontraban presentes sus tías de nombre Elvira y Adonina Matilde Calvo, quienes se hallaban en el inmueble en una habitación contigua, habiendo escuchado gritos de su sobrina -Nélida Beatriz-, a raíz de malos tratos sufridos. Hasta la fecha se encuentra desaparecida.

Roberto Ardito fue visto por Eduardo Cagnolo en cautiverio en uno de los centros clandestinos de detención ubicado dentro de la Guarnición Militar de Campo de Mayo, y junto a él, se hallaban Atlántida Coma y Nélida Beatriz Ardito.

***) Susana Stritzler –embarazada-, fue privada de la libertad, en el inmueble sito en la calle Wilde n° 3335 de Boulogne, Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, el día 21 de diciembre de 1976, entre las 16:00 y 18:00 horas, por un grupo de personas vestidas de civil armados. Se desconoce su paradero. Stritzler fue vista en uno de los centros clandestinos de detención ubicado en la Guarnición Militar de Campo de Mayo por Griselda Fernández González.

Roberto y Atlántida estaban casados. Roberto era ingeniero electrónico. Trabajaba en la Comisión Nacional de Energía Atómica, era miembro del grupo de asistencia técnica del sincrociclotron. Tenía 33 años y era hijo de españoles. Atlántida tenía 39 años, era española y había nacido en Barcelona el 22/07/37. Trabajaba como secretaria en Unifrance Films .

La pareja fue secuestrada de su domicilio en Capital, estaban con sus hijas de 9 y 11 años de edad. Las llevaron a ellas a la casa de la madre de Atlántida, y se llevaron a la pareja a un C.C.D. Los dos fueron vistos en el C.C.D. Campo de Mayo en noviembre de 1976.
La hermana de Roberto, Nélida Beatriz, también fue detenida-desaparecida el mismo día

Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/a/arditor/



Nélida Beatriz Ardito

Detenida desaparecida 13/10/76 Tenía 36 años

Beatriz era hija de españoles. Era Profesora de Ciencias de la Educación, docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. El 12 de octubre de 1976, a las 3 de la mañana, hombres de civil irrumpieron en el departamento de Beatriz, ubicado en 3º B de Moreno 2906, gritando de que eran de la Policía Federal. Encerraron a sus tías en una pieza, y se llevaron a Beatriz diciendo que era por “averiguación de antecedentes”. Revolvieron toda la casa, y se llevaron documentos, libros y objetos de valor.

Ese mismo día su hermano Roberto, y su cuñada fueron detenidos-desaparecidos.
Los tres fueron vistos en Campo de Mayo en noviembre de 1976. Al declarar ante la CONADEP en 1984 el ex suboficial de inteligencia del Ejército Andrés Francisco Valdez dijo que en diciembre de 1976 la maestra Ardito fue llevada a la Delegación Avellaneda de la Policía Federal. Valdez discutió con uno de los policías bonaerenses del equipo personal del general Ramón Camps, el subcomisario Eros Tarela, acerca de quién debía interrogarla. Tarela se cansó de la discusión, sacó su arma y disparó sobre la maestra.

Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/a/arditor/

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Susana Stritzler –embarazada

Nacida en la ciudad de Buenos Aires el 26 de febrero de 1957. Militante montonera. Embarazada de 8 meses fue secuestrada y llevada a Campo de Mayo, cuando el 21 de diciembre de 1976, fuerzas represivas atacaron el domicilio de Boulogne, provincia de Buenos Aires, donde vivía con su pareja, Carlos Armando Castro, quien fue herido de muerte en la puerta de su casa al resistir el allanamiento. En el CCD “El Campito” para enero de 1977, Susana tuvo un varón que llamó Carlos, pero que nunca fue entregado a sus familiares.

Fuentes
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
http://www.robertobaschetti.com/biografia/s/216.html

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Caso 49

“LANZILOTTO de MENA, Ana María (embarazada) y MENA, Domingo y otros”:

Ana María Lanzilotto de Menna –embarazada- y Domingo Menna, fueron privados de la libertad el día 19 de julio de 1976, aproximadamente a las 14:30 horas, en su vivienda sita en la calle Venezuela 3145, Torre “A” de Villa Martelli, Partido de Vicente López, Provincia de Buenos Aires, -en el marco de un operativo antisubversivo- efectuado por fuerzas conjuntas -militares y policiales-. Luego fueron vistos en uno de los centros clandestinos de detención de Campo de Mayo, donde habrían sido interrogados y Domingo Menna fue torturado. No existen constancias de que hayan recuperado la libertad.



Ana María nació el 22 de abril de 1947 en La Rioja. Su familia la llamaba “Ani”. Domingo nació en Casalanguida, Italia, el 1° de marzo de 1947. En 1974 nació su primer hijo, Ramiro. Ambos militaban en el PRT-ERP. Sus compañeros la llamaban “La Ani” y a él “El Gringo” o “Nicolás”. La pareja fue secuestrada el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires. La joven estaba embarazada de siete u ocho meses. Por testimonios de sobrevivientes se supo que ambos estuvieron detenidos en Campo de Mayo y que el embarazo de Ani llegó a término. La joven fue vista también en CCD “El Vesubio”.
La pareja y el/la niño/a que nació en cautiverio permanecen desaparecidos.

Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php

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Caso 42

“TISEIRA, Francisco Enrique; BENAVIDEZ, Norma Argentina, VISUARA, Julio; ALVAREZ, Marta Graciela (emb) y MENA, Francisco Hugo”

Francisco Tiseira, Norma Argentina Benavides, Julio Visuara, Francisco Hugo Menna y Marta Graciela Álvarez –embarazada-, fueron privados de la libertad el día 19 de abril de 1976, a las 23:00 horas aproximadamente, en la vivienda ubicada en la calle Haití y Los Herreros de la localidad de Tortuguitas, Provincia de Buenos Aires, por un grupo de entre cinco o seis personas vestidas de civil fuertemente armadas, que se identificaron como policías, quienes se desplazaban en cuatro vehículos particulares, siendo uno de ellos, un rodado marca Fiat. Una vez dentro de la finca, los interrogaron mediante golpes hasta que fueron trasladados hasta uno de los centros clandestinos de detención de Campo de Mayo. En dicho centro de cautiverio, continuaron los interrogatorios y les aplicaron pasajes de corriente eléctrica.

Las muertes de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira, fueron como consecuencia de disparos de arma de fuego en la cabeza, ocurrida el día 6 de mayo de 1976, conforme surge de las actas de defunción de ambos.

Por otro lado, Tiseira recibió al menos cuatro disparos de proyectiles de arma de fuego (cráneo, vértebras cervicales, pelvis y miembros inferiores) –cfrme. fs. 371/372-.
Los restos óseos de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira fueron hallados en una fosa común del sector 134 del Cementerio Municipal de Avellaneda.
Se desconocen hasta el día de la fecha los paraderos de Norma Argentina Benavides y Julio Visura.



Francisco Enrique Tiseira

Secuestrado el 19/04/1976 y Asesinado el 06/05/1976. Tenía 29 años

Enrique tenía 29 años. Era esposo y padre. Fue detenido en su domicilio de Tortuguitas junto a otras cuatro personas.Fue visto en el C.C.D. Campo de Mayo.
Sus restos fueron identificados por el EAAF y finalmente enterrados por la familia.
Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/t/todos/tiseiraf.html

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Norma Argentina Benavides Julio Visuara .

Detenidos – Desaparecidos 19/04/1976

Julio Visuara: “Camilo”. 23 años. Secuestrado-desaparecido el 19 de abril de 1976 junto a su señora Norma Benavidez, en una vivienda de la localidad de Tortuguitas, Provincia de Bs. As., junto a Francisco Tiseira, , Francisco Hugo Menna y Marta Graciela Álvarez (embarazada).

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Marta nació el 28 de mayo de 1955 en la ciudad de Buenos Aires. Hugo nació el 9 de mayo de 1950 en la misma ciudad. Tuvieron a su primer hijo al que llamaron, Gastón Hugo. Ambos militaban en la organización Montoneros. Sus compañeros la llamaban “La Entrerriana” y a él “Negro Pelé”, “Pelé” o “Mariano”. Ambos fueron secuestrados el 19 de abril de 1976 en José C. Paz, zona norte del Gran Buenos Aires. La joven se encontraba embarazada de siete a nueve meses. Posiblemente ambos hayan permanecido detenidos en Campo de Mayo.

Una resolución de la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, del 26 de marzo de 2004, determinó que Hugo fue asesinado el 6 de mayo de 1976. Esto fue constatado a partir del acta de defunción y la comparación de huellas dactilares. Así pudo saberse que el joven fue inhumado como NN en una fosa común del cementerio de Avellaneda el 2 de junio de 1976.

En mayo de 2009, en el marco de la Iniciativa Latinoamericana de Identificación de Personas Desaparecidas llevada adelante por el EAAF, pudieron ser identificados los restos pertenecientes a Hugo Francisco Mena. Esto fue confirmado por la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, el 23 de julio de 2009.

La joven (*) y el/la niño/a que debió nacer en cautiverio continúan desaparecidos.

Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php

(*)En la querella se informa que Los restos óseos de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira fueron hallados en una fosa común del sector 134 del Cementerio Municipal de Avellaneda

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Hugo Francisco Mena, Rubén Silva y Fernando Lagos

Los restos de Hugo Francisco Mena, Rubén Silva y Fernando Lagos, vecinos de Lanús desaparecidos durante la dictadura militar, fueron colocados este mediodía en el panteón “Memoria, Verdad y Justicia” del cementerio local, el único en todo el conurbano. De esta forma quedó inaugurado este sector en la necrópolis, en virtud de una ordenanza aprobada en por Concejo Deliberante, que junto a Héctor Olivestre fuesen hallados en una fosa común e identificados por el equipo de Equipo de Antropología Forense y restituidos a sus familiares. Gastón Mena –hijo de Hugo y Graciela Alvarez, quien fue secuestrada embarazada de ocho meses y tuvo a su hijo/a en cautiverio- se mostró muy “orgulloso” y destacó la importancia de que su padre “pueda estar junto a sus compañeros, en una bóveda colectiva que refleja tantos años de lucha de muchos por conocer la verdad”, tambien manifesto que “lo de hoy es uno de esos procesos lindos que se dan por los que venimos luchando desde hace tiempo, como esta bóveda, un lugar para la memoria y espero que esto sea un disparador para que todos los que están en distintos cementerios puedan estar aquí en esta bóveda junto a los compañeros que hoy fueron allí inhumados”. Pero aclaró que “también estamos en la búsqueda de Justicia y en lo personal de este hermano o hermana que se sabe nació el 29 de abril, a diez días del secuestro de mis padres, en el que pienso cada mañana que está en algún lado y que lo que más anhelo es poder encontrar pronto”. En la ceremonia participaron familiares, allegados y compañeros de los desaparecidos.

Cabe destacar, que Lanús es el único distrito de la región que cuenta con un sector por la “Memoria, Verdad y Justicia”.

Fuente http://desaparecidoslanus.blogspot.com.ar/

Gastón Mena hijo de desaparecidos de Lanús nos cuenta su historia



A 34 años de golpe más sangriento de la historia Argentina rescatamos la historia de Gastón Mena, hijo de Hugo Graciela Marta Álvarez y Hugo Francisco Mena, de quienes “no se olvida nunca”. Hace pocos días los restos de su padre fueron inhumados en el Panteón de los Desaparecidos en la ciudad de Lanús, gracias al Equipo Forense. Hugo nos resume su historia, que no es sólo suya, sino la de Argentina toda, habla de cómo descubrió su identidad y de cómo fue criado. Todavía espera el reencuentro con su hermano o hermana. Ojalá.

Mi nombre es Gastón Hugo Mena, hijo de Graciela Marta Alvarez y Hugo Francisco Mena, mis padres biológicos. Tengo 34 años y el 30 de septiembre cumplo los 35. A diferencia de otros nietos, en mi caso no soy considerado un nieto recuperado ya que mi identidad no fue cambiada, en cierto modo, porque fui criado por mis tíos.

Cuando mi papá y mi mamá fueron secuestrados, sus propios compañeros me llevaron hasta la casa de mis tíos para evitar que a mi me pasara algo.El matrimonio que me crió eran hermanos de mis padres: mi mamá adoptiva era hermana de mi papá biológico y mi papá adoptivo hermano de mi mamá biológica. Por lo tanto me crié dentro de mi familia de sangre. Este matrimonio, a su vez, tenía otros hijos y sus apellidos obviamente no era Mena sino Alvarez.

Mis padres de crianza nunca me habían dicho la verdad acerca de mi identidad, pero al comenzar primer grado en la escuela las dudas empezaron a surgir porque me di cuenta de que mis hermanos no llevaban el mismo apellido que yo. Entonces un día le pregunté a mi mamá porque ellos eral Alvarez y yo Mena. En ese momento mi mamá me dijo algo así como que yo tenía el apellido de ella para continuar la descendencia. Creo que en el momento quedé conforme con la respuesta, pero en el fondo había algo que me hacía ruido, algo que no estaba bien. Además, comencé a darme cuenta de las diferencias que hacían entre mis hermanos y yo, como por ejemplo cuando llegaban los cumpleaños o navidad los regalos eran diferentes. También el trato era muy diferente, sobre todo por parte de una de mis abuelas y de mi papá. Algo no estaba bien, pero como era chico no entendía que.

La verdad la descubrí sin querer queriendo a los 11 o 12 años. Con uno de mis hermanos solíamos jugar a la pelota diariamente. Uno de esos días estábamos en pleno partido cuando un vecino del barrio me miró y me dijo que era igual a mi papá. Esta persona se refirió a mi papá usando un apodo, que no era el apodo que le decían al que yo creía mi papá en ese momento. Le pregunté a mi hermano mayor a que se refería este hombre, y ahí mi hermano no pudo más y me dijo que yo no era hijo de Coca y Oscar. Volvimos a mi casa y le pregunté a mi mamá que estaba pasando. Fue entonces cuando mi mamá se sentó a hablar conmigo sobre mi verdadero origen.

Después de conocer esta verdad vino toda una época de rebeldía y de bronca.Años más tarde decidí comenzar a averiguar sobre mis verdaderos padres. De casualidad conocí a una abogada que se interesó por mi tema y puso todo en marcha para encontrar y recuperar los restos de mis padres.

En ese momento también me acerqué a abuelas, pero no mantuve el contacto porque no me sentía cómodo, me costaba hablar de mi historia y era como que tenía una negación para relacionarme con otros que hayan pasado por lo mismo que yo. Creo que en ese momento no estaba preparado, necesitaba tiempo. Recién hace dos años atrás que empecé a sentir la necesidad de contar lo que me había pasado, lo que sentía, lo que había sufrido. Sentí la necesidad de conectarme con gente que estuviera en mi misma situación, de sentir que no era el único, de buscar contención en gente que realmente haya estado en mi lugar antes. Mi familia actual me apoyó y me sigue apoyando en esta decisión de formar realmente parte de esta tragedia que nos afectó a todos. Hoy siento que desde mi humilde lugar puedo ayudar a otros a buscar la verdad sobre su propia identidad y apoyarlos durante ese proceso. Quiero ser parte de esta búsqueda de verdad y justicia que tanto necesitamos. Además, mi mamá estaba embarazada cuando fue secuestrada y quiero y tengo la esperanza de encontrar a mi hermano/a.

En cuanto a mi familia de crianza, tengo relación con ellos pero no es muy fluida. De vez en cuando veo a mis viejos pero tengo mucho dolor y bronca por todas las cosas que me hicieron pasar. El tema de mis padres biológicos es un tema del que ellos no hablan. Cuando lo pueden evitar lo evitan. Esto me da bronca, me genera impotencia porque no estamos hablando de un hombre y una mujer cualquiera, son mis padres, sus propios hermanos los que secuestraron, torturaron y mataron. Y encima de todo esto hay otro hijo perdido. Tienen un sobrino que se lo robaron y mi abuela tiene un nieto que todavía no apareció, y a veces parece que no les importara, que no lo tienen en cuenta.

Yo siempre luché solo para salir adelante y me di cuenta con el tiempo de que no podía contar con ellos , SOLO QUIERO QUE SEPAN QUE NO ME OLVIDO NUNCA DE MIS PADRES HUGO FRANCISCO MENA Y GRACIELA MARTA ALVAREZ, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

Por Gastón Mena

Fuente: http://www.infoconurbano.com.ar/sociedad/24-de-marzo-gaston-mena-hijo-de-desaparecidos-de-lanus-nos-cuenta-su-historia/

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CASO 99

“OVANDO, Myriam (embarazada) y DE SANCTIS, Raúl René”



Myriam Ovando –embarazada- y Raúl René De Sanctis, fueron privados de su libertad, entre los días 1° de abril de 1977 y el 20 de mayo del mismo año; la primera, en los alrededores de la localidad de Escobar y el último de los nombrados en la estación de Campana. Entre los meses de junio o julio de ese año, personal militar ingresó en la vivienda de las víctimas, ubicado en la calle French n° 2164 de Virreyes, Partido de San Fernando, Provincia de Buenos Aires, con posterioridad a sus secuestros, y procedió a sustraer todas sus pertenencias. Hasta el día de la fecha, se desconocen los paraderos de Myriam Ovando y Raúl René De Sanctis.

Miryam nació el 17 de enero de 1956 en Rosario, provincia de Santa Fe. Raúl el 29 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Sus amigos y compañeros lo llamaban el “Mono”. Miryam militó en la JUP y en la JTP. Luego, ambos se integraron a la organización Montoneros. La joven fue secuestrada el 1° de abril de 1977 en la localidad de Virreyes, zona norte del Gran Buenos Aires. Raúl en mayo de ese mismo año en la estación de trenes de Campana, provincia de Buenos Aires. Miryam estaba embarazada de seis meses. Pudo saberse que permaneció detenida ilegalmente en la localidad de Escobar, en un centro clandestino dependiente de Campo de Mayo. Por una carta que recibió su familia se supo que la joven había dado a luz una niña a la que llamó Laura Catalina.

La búsqueda de la niña comenzó en diciembre de 1982, cuando los familiares denunciaron en Abuelas la desaparición de Raúl y Miryam embarazada. El equipo de investigación de la Asociación comenzó a trabajar el caso a partir de denuncias que daban cuenta de una joven que había sido anotada como hija propia por un militar y podía ser hija de desaparecidos. A partir de estos indicios, el equipo jurídico de Abuelas presentó una denuncia judicial en el Juzgado Federal N° 4 de la ciudad de Buenos Aires, donde se tomaron las medidas necesarias para dar con el paradero de la joven y se ordenó la extracción de objetos personales a fin de conocer su identidad. Fue así como el BNDG pudo corroborar que se trataba de Laura Catalina. El 8 de septiembre de 2008, el juez federal Ariel Lijo confirmó que la joven era la hija de Raúl y Miryam. Por los registros del libro de partos del Hospital Militar de Campo de Mayo, pudo saberse que Catalina nació el 11 de agosto de 1977.
Sus padres permanecen desaparecidos.

Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php

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Miryam Ovando

Estudiante de Humanidades (Psicología) en la Universidad Nacional de Rosario donde militó en Juventud Universitaria Peronista (JUP). Militante montonera en la Columna 17 en la zona de Entre Ríos. Acusada por las FF.AA. de ser partícipe del operativo que costó la vida al General Jorge Cáceres Monié (Ex jefe de la Policía Federal durante la dictadura militar de Lanusse y asaltante con un tanque Sherman del Frigorífico “Lisandro de la Torre” tomado por los trabajadores en enero de 1959). “Tita” Ovando fue detenida por Coordinación Federal el 1° de abril de 1977 a la edad de 22 años, en la localidad de Virreyes, provincia de Buenos Aires. Retenida en forma clandestina e inhumana por el ejército argentino, dio a luz en cautiverio (en el mes de agosto) a una niña que llamó Laura Catalina –fruto de su amor con Raúl René De Sanctis- y que su familia recuperó en septiembre de 2008. Por apropiación ilegítima de la beba está siendo procesada María Francisca Morillo de Hidalgo Garzón quien aseguraba que Laura Catalina había nacido en el Hospital Militar de Campo de Mayo y era hija suya. La causa por la apropiación indebida de la menor pasó a juicio oral y se estará llevando adelante en el año 2012.

Fuente: http://www.robertobaschetti.com/biografia/o/84.html

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Raúl René De Sanctis

Nacido el 21 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, debido a que su padre era médico militar y estaba asignado en dicha provincia. De pequeño con su familia se mudó a Rosario; haciendo el secundario en el Colegio San José de los curas salesianos. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y de Montoneros en la Columna 17. Estudiante de Humanidades (Antropología) en la Universidad Nacional de Rosario. Obrero en la empresa metalúrgica Acindar. Secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar, en junio de 1977 en Campana, provincia de Buenos Aires, a la edad de 23 años. Fue visto en la guarnición militar de Campo de Mayo en condiciones de cautiverio antes de su asesinato.

Fuente: http://www.robertobaschetti.com/biografia/d/47.html

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DECLARÓ UNA DE LAS ÚLTIMAS NIETAS RECUPERADAS

Se trata de Laura Catalina de Santis Ovando quien, si bien su caso no es investigado en la causa por el plan sistemático de robo de bebés, declaró que sus apropiadores le habían advertido que iría presa si intentaba averiguar su origen

Una nieta recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo declaró hoy por primera vez ante la Justicia y afirmó que sus apropiadores le habían advertido que irían presos si ella intentaba averiguar su origen.

Laura Catalina de Santis Ovando relató su historia ante el Tribunal Oral Federal 6, que juzga el robo de bebés en la dictadura luego que recién el año pasado aceptó conocer a familiares biológicos e iniciar el tramite para recuperar su identidad.

Antes su caso fue uno de los que hizo necesario allanamientos judiciales, que ordenó en el 2008 el juez federal Ariel Lijo, para obtener prendas y disponer estudios de ADN.

Tras pasar muchos años “con culpa” y ocupándose de quienes había creído eran sus padres biológicos, cambió de actitud cuando se dio cuenta que le habían mentido y que no se habían quedado con ella “porque se había quedado sola y nadie la quería”, como le dijeron.

“Esto me hizo cambiar la mirada de todo y me hizo querer ser querellante en la causaporque más allá de haberme robado, es un requisito que mis papás hayan desaparecido para quedarse conmigo, así que son cómplices de la muerte de mi papá”, consideró.

Según contó, sus apropiadores le habían dicho a los 21 años cuando se dio cuenta que no era hija de ellos, que sus padres habían muerto en un enfrentamiento y que habían querido adoptarla pero “un superior había dado la orden de inscribirla como propia”.

La bebé recién nacida fue entregada en Campo de Mayo a María Morrill y Carlos Hidalgo Garzón, un militar retirado y abogado, en una operación en la que habría intervenido un denominado “Movimiento Familiar Cristiano”, recordó hoy la joven.

Además relató que en una conversación de su marido con su apropiador, éste le admitió que había visto viva a su madre biológica en Campo de Mayo antes de dar a luz y que luego había ido a buscar personalmente la beba al centro clandestino de detención que funcionó alli.

FUENTE http://www.conclavepolitico.com/noticias_ver.php?not_codigo=30478

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UNA CARTA ENCONTRADA EN LA CASA DE UN REPRESOR SIRVE DE PRUEBA DEL PLAN SISTEMATICO DE APROPIACION DE NIÑOS

La nota que se intercambiaron los apropiadores de Catalina de Sanctis Ovando habla de una asignación previa de los bebés y demuestra que el Movimiento Familiar Cristiano sabía de dónde venían los niños. Como contracara, la joven también conserva un texto que su madre biológica envió a sus padres en el que pedía “quiéranme en mi hija”.
Por Irina Hauser


Catalina de Sanctis Ovando nació en la maternidad clandestina que funcionó en el Hospital Militar de Campo de Mayo.
Imagen: Rafael Yohai
Cuando era chiquita, Catalina se miraba al espejo y se llamaba a sí misma “cara de nada”. Hacía muecas a ver si algo cambiaba. “Cara de nada”, repetía. Quería decir que no se parecía a nadie, que sentía un vacío gigante y una distancia abismal respecto de quienes la criaban. Como muchos hijos de desaparecidos arrancados de los brazos de sus padres en la última dictadura, ella pasó la mayor parte de su vida con la convicción secreta de no ser la persona que le decían que era. Pero optaba por no indagar demasiado, mirar hacia adelante, o no mirar, y encerrarse en su cuarto. Aun el día que entendió todo al ver un aviso de Abuelas de Plaza de Mayo en la televisión, decidió seguir como hasta entonces. Varios años después, cuando la Justicia obtuvo indicios de que podía ser una nieta apropiada se escapó hasta Paraguay para evitar que analizaran su ADN. Protegía a sus apropiadores o –mejor dicho– tenía miedo de ellos, sobre todo de él, Carlos Hidalgo Garzón, un mayor retirado que trabajó en inteligencia del Ejército. La historia de Catalina de Sanctis Ovando está atravesada por todas esas contradicciones y por una prueba fundamental escrita en un papel, que al final la llevó a “abrir los ojos” y asimilar su historia: una carta de su apropiadora, que daría cuenta de que alrededor de los nacimientos en Campo de Mayo funcionaba una maquinaria para el robo de los bebés de las mujeres secuestradas, en la que además el Movimiento Familiar Cristiano tuvo un papel influyente en la selección de los niños y su asignación a determinadas personas.
María Francisca Morilla, la apropiadora, había escrito la carta a mano y la dirigía a su esposo, asignado en Tucumán. Lo llamaba por un nombre falso, pero con sus mismas iniciales (Carlos Helguera Gonçalves). Sobre el final decía textual: “Vino la asistente del Movimiento y quedó encantada con el departamento. Conversamos mucho y me explicó que ella hace siete años que está en el Movimiento y nunca vio que entregaran niños con problemas de salud o malformaciones, que son muy sanitos y que a ella le llamaba la atención lo normal que son esos partos. Luego te contaré en detalle la conversación”. El encabezado tiene fecha del 7 abril de 1977, que coincide con la del secuestro de la mamá de Catalina, Miryam Ovando, quien fue vista por última vez unos días antes, cuando estaba embarazada aproximadamente de seis meses. Uno de “esos partos” en la maternidad de Campo de Mayo fue el suyo.
Catalina encontró la carta mientras revolvía entre cosas viejas en la casa donde que habían vivido sus apropiadores. No hacía mucho que había recuperado su identidad. En ese momento estaba con Rodrigo, su pareja. “El se puso como loco, la veía como algo de gran valor, y para mí era una pavada. Me parecía que podía tener muchas interpretaciones. Mi apropiadora me había hablado alguna vez, al reconocer que yo no era su hija, de que habían estado en lista de espera del Movimiento para adoptar. Así lo decía. Cuando entendí qué era esa lista de reparto de bebés y que yo había formado parte de ella me dio mucha impresión, me pareció perverso”, cuenta Catalina a Página/12.
La carta quedó en un armario y fue hallada después por la Justicia durante un allanamiento. Los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo pidieron esta semana en el juicio sobre apropiación de hijos de desaparecidos que sustancia el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) que sea incorporada como una prueba clave de la existencia de un plan sistemático de apropiación de niños (ver aparte), donde el Movimiento Familiar Cristiano los ofrecía en adopción, para dar apariencia de legalidad a las entregas. También ofrecieron la declaración testimonial de Catalina. Todo está a consideración de los jueces.

“Quiéranme en mi hija”

Desde hace algunos meses que Catalina lleva en su cartera otra carta, la contracara de aquella de su apropiadora. La que la llevó a reencontrarse con su identidad. Es una carta que escribió su mamá estando en cautiverio poco después de que ella naciera, dirigida a sus padres y a su hermano. Les cuenta lo “hermoso y terriblemente triste a la vez” que es “después de tanto tiempo tener la posibilidad de encontrarme frente a un papel y poder escribir, hablar, sentir”. Les dice en una parte que “estén todo lo tranquilos que puedan. Cuiden y quieran mucho a la nena (creo que está con ustedes, por supuesto), ojalá sea ella quien reciba todo de ustedes ahora (…) hay que tener fe y por sobre todas las cosas, saber que conservamos lo más importante: La vida. Los quiero mucho como siempre, más que siempre. Recuérdenme y quiéranme en mi hija, ella es quien sin saberlo lleva en sus venitas la sangre que yo llevo y quien más cerca de mí estuvo durante todo este tiempo. La extraño, la necesito”.
Miryam tenía 21 años cuando fue secuestrada. Estudiaba psicología en la Universidad de Rosario y militaba en la Juventud Peronista, igual que su esposo, Raúl René de Sanctis, que era estudiante de antropología. A él se lo llevaron en mayo de 1977. Se habían mudado a Buenos Aires, a una casa en Virreyes meses antes, y siguen desaparecidos. En el libro de partos del Hospital Militar de Campo de Mayo aparece el nombre de la apropiadora de Catalina como si hubiera dado a luz por cesárea el 17 de agosto de ese año a las cinco de la tarde. Pero unos pocos renglones más arriba dice “Ovando”, la palabra cesárea tachada y cambiada por “legrado” y la referencia de que habían removido un “feto sin vida de 45 días” a las 10.10 de la mañana. La fecha: 11 de agosto.
Catalina no fue entregada a su familia biológica, sino a sus apropiadores a poco de nacer. Tiene recuerdos borrosos de su infancia, itinerante según la provincia a la que asignaran a su apropiador. Cree haber sido “bastante payasa” de chica, por lo que vio en sus fotos. De los seis o siete años en adelante recuerda una vida más triste, en Capital Federal, en la que se percibía diferente de todas sus compañeras de la Escuela Santa Ana y distinta de quienes creía sus padres, que la llamaban María Carolina (Hidalgo Garzón). “Un día, subiendo en el ascensor, me miré en el espejo y le dije a mi apropiadora que no me veía cara de nada. Tendría siete u ocho años. Ella decía que era parecida a su padre y al hijo del hermano de mi apropiador. Siempre buscando excusas, siempre mintiendo, como cuando decía que era psicopedagoga. Toda la vida me mintió con su edad”, reprocha Catalina. “En la secundaria me di cuenta de que no había fotos de ella embarazada; ¿qué me dijo? Que no se usaba y que tenía temor porque había perdido varios embarazos”, añade. “Las cosas estaban más que claras, sólo que yo no quería ver”, confiesa.

–¿Y cómo fue que supiste la verdad? ¿Cuando te citó la Justicia o antes? –le preguntó Página/12.
–Mucho antes. Estaba empezando a estudiar Bellas Artes en la facultad y un día veo que pasan una publicidad de Abuelas en la tele. Ahí toda la nebulosa que tenía cobró forma. Justo por esa época, además, venía pensando que no sabía si había soñado, o si tenía una fantasía o era un verdadero recuerdo, que me habían dicho alguna vez que era adoptada. Tomé coraje y le pregunté a mi apropiadora: “Yo soy hija de desaparecidos, ¿no?”. Llorando me dijo que sí, pero que ella me había curado el ombligo y mis padres habían muerto en un enfrentamiento, y que las familias no querían saber nada con los hijos de sus parientes detenidos, y que las Abuelas de Plaza de Mayo mentían y arrancaban a los hijos de sus familias, que por eso ella no me había contado la verdad. Me advirtió que si yo contaba algo ellos iban a ir presos.
Catalina recuerda que se llenó de más miedo. Su apropiador, a quien describe como “alcohólico”, se volvió “más agresivo” de lo habitual. Su apropiadora, “más depresiva”. “En casa había un ambiente muy violento e inestable”, dice. A medida que ella iba armando el rompecabezas, Hidalgo Garzón –que ahora tiene arresto domiciliario por su actuación en el centro clandestino La Cacha– la empezó a tratar de “subversiva”. Le decía “pacifista” y le llegó a escribir una carta en la que la trataba de “desagradecida” porque “la sangre criminal tira”.

Verdad y locura

Las primeras denuncias de que Catalina podía ser apropiada llegaron a Abuelas en el año 2000. Alguien que conocía a la familia dio los datos y las sospechas. En 2007, un nieto recuperado –Manuel Gonçalves– la fue a ver a la salida del profesorado de Educación Física, donde estudiaba tras abandonar Bellas Artes. “Me explicó que había un proceso judicial en marcha y que contara con ellos. Yo salí corriendo”, relata. Ese mismo año la citó el juez federal Ariel Lijo, le explicó que podía ser hija de desaparecidos y le pidió una muestra de sangre. “Quedamos en venir una fecha. Pero no me localizaron más porque me fui”, dice. Huyó con su pareja, Rodrigo, en una camioneta donde subieron hasta los tres gatos de ella. Pararon en Corrientes y luego siguieron hacia Paraguay, donde tenían expectativas de quedarse a vivir en un lugar llamado San Bernardino. “Llegamos, llovía, no había nadie, nos habían pedido coima por pasar una luz amarilla, teníamos pánico por haber cruzado la frontera sin registrarnos. Así que volvimos y terminamos en San Luis, donde vive la familia de Rodri, que nos prestó una quinta. Ahí me hicieron el allanamiento. Se llevaron mi ropa para sacar ADN”, suspira.

–¿Por qué te escapaste?
–No quería dar sangre o material genético en forma voluntaria. Sentía culpa con mis apropiadores, a quienes aún llamaba mamá y papá. No quería que por mi culpa fueran presos. Era algo infantil, tenía el fantasma que me habían inculcado de que las Abuelas eran malas. Les tenía miedo, a veces hasta odio. Pero después del allanamiento tuve cierto alivio. Ya está, pasó lo que tenía que pasar. Y volvimos a Buenos Aires. Mientras estaban en proceso los estudios genéticos, Rodrigo se puso a buscar información por Internet y a través de Abuelas para deducir quiénes podían haber sido mis padres. Hasta trataba de sacarle datos a Hidalgo Garzón. Catalina habla de (su ahora) marido con admiración: “Le mostró unas páginas de Abuelas y le preguntó si sabía quién era mi mamá. Y efectivamente él le señaló el nombre correcto. Le contó que un día después de ir a buscarme en el Ford Falcon a Campo de Mayo, llamó preguntando si habían ‘volado el paquete’, o sea a mi mamá. Dijo que el médico que me había entregado fue (el apropiador) Norberto Bianco”.
En septiembre de 2008 el juez Lijo citó a Catalina. Se dirigió a ella como “Laura Catalina”, su nombre completo y auténtico. Ella se enojó mucho. “Es el nombre que te puso tu mamá”, le dijo él. “En ese momento me dieron la carta que ella había escrito en cautiverio. Yo ni creía que fuera de ella. Me dieron unas fotos horribles, viejas y borrosas. Mi primera impresión fue no creer el resultado”, asegura. También fue notificada su familia biológica, pero Catalina no quiso conocerlos por entonces.
Sus apropiadores fueron citados a indagatoria y se descompensaron. “Quedé atrapada, teniendo que hacerme cargo de ellos”, se queja. Hidalgo Garzón se hizo pasar por loco y en el ínterin insultaba a Catalina a través de una página web. Lo mismo hacía con el juez. A mediados de 2010 una junta de médicos forenses concluyó que intentaba mostrarse más deteriorado de lo que estaba. El y su mujer fueron procesados y recientemente enviados a juicio oral. El vive en un geriátrico, ella con un pariente.

Familia

Catalina decidió que no quería verlos más recién en la segunda mitad del año pasado. Fue después de que se animó a contactar a su familia biológica, casi todos de Rosario. Osqui, primo hermano de su papá, le mandó un montón de fotos por e-mail.
Dos semanas después se fue para allá. Conoció también a Fabián, el hermano de su mamá. Y se quedó muy impactada al ver a otro primo de su papá, Javier. “¡Me vi igual a él!”, exclama. Esa primera vez fueron a comer a una parrilla de “el inglés”, un compañero de rugby de su papá. Y conoció a las parejas de todos, y los hijos, y encontró una familia enorme, a la que ahora visita cada dos por tres. Para el 11 de agosto le hicieron un cumpleaños sorpresa. La llenaron de fotos de sus padres, que lleva consigo a todas partes. Son fotos en las que ahora por fin se reconoce a sí misma. La emociona tanto como saber que su mamá “hacía gimnasia deportiva y yo acrobática”, “mi papá estudiaba para ser antropólogo, algo que me hubiera gustado a mí”. “Uno es una suma del ambiente y lo genético, yo siempre me sentí diferente de mis apropiadores; lo genético fue más fuerte”, celebra. El paso que faltaba lo dio en marzo cuando les mandó un mail a sus seres queridos que decía en letras de color violeta: “Familia, amigos, les escribo desde esta nueva dirección de correo electrónico con éste, mi nombre… a ver si nos vamos acostumbrando… ¡ustedes y yo! ¡Los quiero mucho y los extraño! Besitos y abrazos. ¡Catalina!”. Al final de la entrevista, le salió una frase del alma: “Ahora puedo vivir con alegría”.-

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