lunes, 10 de diciembre de 2012
La Navidad siempre es de los pobres
La Navidad es fiesta de un Dios que se vuelve cercano y que muestra la divinidad que se hace humana. (Por Secretariado Nacional del Grupo de Curas en Opción por los Pobres)
"Ese niño que nos revela la ternura de Dios, nace en tiempos de violencia, imperialismo y corrupción"
Y en la novedad del pesebre, los pañales y el canto de los pobres nos muestra que para Dios hay otro mundo posible. Ese Dios que se hace ser humano es proclamado por el canto de la Virgen María. El Dios de Jesús, el Dios de la Virgen, es un Dios que "derribó a los poderosos de sus tronos y despidió a los ricos con las manos vacías". Ese Dios no está con los gobiernos y poderosos de la violencia; no está con los que eligen la muerte, la desaparición de niños inocentes y la mentira; no está con las autoridades eclesiásticas, cómplices de los poderes de turno, que eligen ignorar las promesas de Dios y prefieren no acercarse a la pobreza del pesebre, pontificando desde palacios y templos; no está con los imperios que amenazan al Niño del pesebre que ya desde su pequeñez empieza a mostrar el conflicto que con Él se desata, y su compromiso ineludible y patente por las víctimas de la historia. El Dios de Jesús es un Dios que "miró con bondad a los pequeños y elevó a los humildes".
Y ante esa fiesta de la pequeñez y la infancia, la fragilidad y la pobreza, no podemos menos que cantar con alegría que celebramos la grandeza de Dios que miró la pequeñez de sus amigos. Y que si el mundo de la injusticia, el amor al dinero y la indiferencia con los últimos proclama bienaventurados a los poderosos, los cristianos anunciamos que para Dios, los bienaventurados son los pobres y los pequeños. Que la misericordia de Dios llega a sus preferidos, a lo largo de los tiempos cuando otros hijos de Dios se comprometen a que cambie su suerte de hambre y pobreza. Y así, en la solidaridad de los hermanos, Dios despliega la fuerza amorosa de su brazo.
Es en esa comunión donde quedan desautorizados los poderosos, los que desprecian a los pobres y sus votos, los que quieren manipular sus mentes y anunciar sólo "malas noticias". Tenemos memoria y recordamos que hubo tiempos en que todo era "al revés" y unos pocos cantaban que "el dios Mercado derribó de sus puestos... a los humildes y exaltó más a los poderosos".
Sabemos, porque lo hemos visto en nuestras comunidades, que las cosas son distintas y lo celebramos. Hoy, con la Virgen María cantamos porque hay buenas noticias. Vemos una mayor distribución del ingreso. La participación de los asalariados creció del 34% al 44% del PBI. Vemos en nuestros barrios y pueblos menos gente ociosa porque se crearon 5 millones de puestos de trabajo.
Nos alienta a seguir acompañando a nuestros abuelos, Cáritas siempre acudió en su ayuda y que ahora tienen acceso a una jubilación que despreciables políticas de ajuste les negaron cuando se les comió el legítimo derecho a trabajar y gozar de la vejez con cobertura social. Ahora pueden porque se abrió el acceso a los excluidos del sistema o a los que no habían aportado lo suficiente para jubilarse. Se incorporaron 2,4 millones de personas que no tenían los aportes suficientes.
Vemos a las familias estar más cerca de sus hijos, porque la Asignación Universal por Hijo permitió cambiar la lógica abandónica de un sistema que los excluía. ¡Cómo no celebrar que esa asignación cubre a 3,6 millones de niños y jóvenes hijos de padres sin trabajo o con trabajo informal y a madres embarazadas! Sabemos que valió la pena esperar confiados para ver a nuestros pequeños productores administrar solidariamente los microcréditos a los que tienen acceso porque el Estado está cada día presente en sus ámbitos cumpliendo la ley nacional de promoción del microcrédito, con 250 mil otorgados para 165 mil unidades productivas de la economía social y solidaria, para la adquisición de capital de trabajo. La mayoría de sus beneficiarios son mujeres y menores de 35 años.
Constatamos en nuestras comunidades cantidades de guardapolvos blancos y chicos escolarizados, que confirman los datos de la Unesco, según los que la Argentina, junto con Cuba y México, son los únicos países de América Latina con un índice menor al 1% de no escolarizados. Vemos cómo nuestros jóvenes participan en cursos de capacitación radial por medio de la federación de radios comunitarias, y así se hace más presente el mensaje de justicia y se abren las puertas de la información, porque la vigencia plena de la anhelada Ley de Medios democratiza y humaniza la información y facilita el desarrollo de esta herramienta comunitaria.
Vemos a los jóvenes pobres e históricamente relegados estudiar y compartir en las plazas de sus pueblos con sus netbooks, encontrando un nuevo modo de relacionarse y crecer, porque el plan Conectar Igualdad les permite salir del analfabetismo informático a cientos de miles de adolescentes, abriéndoles nuevas puertas al conocimiento.
Vivimos en comunidades que se van apropiando de los centros integradores comunitarios (CIC) de cada pueblo y los habitan con sus actividades propias: salud en manos de la comunidad, capitalizando la sabiduría popular, allí donde pocos pueblos tenían un lugar de encuentro. Celebramos las viviendas populares, la erradicación de ranchos y el Plan Federal, la consiguiente generación de empleo y mayor infraestructura en las comunidades rurales.
Vemos en hechos concretos que, en Educación, se concretaron innumerables posibilidades para la culminación de la primaria y de la secundaria: becas, tutorías, metodologías innovadoras y populares, las casi 1000 Escuelas del Bicentenario, jardines de infantes, computadoras, materiales didácticos, capacitaciones y las paritarias docentes que dan reconocimiento a los y las trabajadoras de la educación.
Somos testigos de la asistencia y promoción de la familia rural, promoviendo el protagonismo del pequeño y mediano productor con capacitaciones, trabajos en redes con otras organizaciones de la sociedad civil, la electrificación rural, construcción de aljibes, pozos de balde, represas, viviendas, entrega de semillas y la presencia del Estado en zonas donde nunca antes se había llegado.
Se va recuperando el sentido del ciudadano como sujeto de derechos. El Estado ha intentado pasar de ser benefactor o asistencialista a un Estado que promueve y garantiza los derechos para vivir una democracia más igualitaria. Se ha recuperado la participación, la organización, el sentido de lo político, promoviendo actores y dirigentes, celebrando la participación de miles de jóvenes. Somos conscientes de que esos signos de crecimiento coexisten con la vieja política pero se van dando pasos.
Hay mucho por hacer, en especial en el terreno de la desigualdad en la distribución del ingreso, la pobreza, la educación, el desarrollo humano con justicia, la protección del derecho a la tierra de los pueblos originarios y de campesinos, genuinos poseedores.
Eso no significa que no haya buenas noticias para los pobres. Y lo cantamos en la Navidad porque creemos que Jesús sigue naciendo en esos niños, madres, ancianos, campesinos, pobres y desocupados. Sabemos que Dios está indisimuladamente de su lado y no del lado de los que invisibilizan a los pobres, sus luchas y sus causas hablando de "dictadura con votos", de "voto calificado" o de cualquier otra actitud que ignore o rechace –con las palabras, con políticas o desde los medios de comunicación– a los preferidos de Jesús.
Junto a los pobres, junto a Jesús, queremos desear a todas y todos una feliz Navidad. -
Juicio por el asesinato de los curas Murias y Longueville
Pocho Brizuela (Diputado Nacional) subrayó el trabajo silencioso de la Secretaría de DDHH
El diputado Delfor Pocho Brizuela, como referente del Frente Transversal y dirigente provincial del Frente del Pueblo, expresó su felicitación a todos los que contribuyeron institucional y personalmente al desarrollo ejemplar del primer Juicio Oral y Público sobre crímenes de lesa humanidad en nuestra provincia.
El legislador subrayó que durante la sustanciación del juicio por el asesinato de los curas Murias y Longueville, fue necesario reunir a testigos, trasladarlos y contribuir a una estrategia judicial que resultó esencial para llegar a un resultado esperado por toda la sociedad, trabajo que no estuvo exento de obstáculos de todo tipo, incluso económicos.
“En especial –dijo Brizuela-- quisiera resaltar la prolijidad y transparencia del proceso en el seno de la Justicia Federal y con todos sus actores, especialmente la terna de la querella particular de la familia del Padre Carlos Murias y la querella por parte del Estado Provincial, con el respaldo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación donde reconocemos el trabajo silencioso y constante del Secretario de Derechos Humanos de la Provincia, Domingo Bordón y su equipo técnico, así como al secretario privado de la gobernación, Daniel Valles, quienes pusieron todo el esfuerzo para que en este primer juicio, como en los que vendrán, se cumpla con el objetivo de alcanzar el reconocimiento de la Memoria, Verdad y Justicia en el marco de las Instituciones de la Ley”.
Finalmente. Brizuela agregó que “esto constituye a la consolidación de un tiempo de Democracia y el Estado de Derecho y es muy importante para seguir construyendo una Argentina Justa y Libre”.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Indagarán sobre una fosa común en el Cementerio de la Santa Cruz
Por Elena Corvalan. En 1977 los agentes del terrorismo de Estado en Salta depositaron restos óseos de personas que presumiblemente habían sido explosionadas en el paraje El Gallinato en una fosa común en el Cementerio Municipal de la Santa Cruz.
El dato era conocido porque en ese lugar se encontró el maxilar de la antropóloga Gemma Fernández Arcieri de Gamboa, desaparecida desde el 24 de septiembre de 1976, cuando fue secuestrada junto a su marido, Héctor Gamboa, pero ahora se agregó una novedad: fueron los propios policías los que señalaron el lugar exacto de la fosa donde buscar los restos del matrimonio.
La existencia de esta fosa fue confirmada ayer por un testigo directo, el odontólogo Manuel José Costello, quien en 1977 recibió el pedido de los familiares de Gemma y Héctor para que tratara de reconocer los restos de la mujer.
Costello era el odontólogo de Gemma. Ayer fue el último testigo en el megajuicio que se lleva a cabo en Salta por delitos de lesa humanidad en perjuicio de 34 personas y que en estos días indaga sobre las desapariciones de trabajadores y estudiantes de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). “El cuñado de la señora (Julio Gamboa) me dijo que había encontrado restos y me pidió si podía intentar reconocerlos”, contó
El dato era conocido porque en ese lugar se encontró el maxilar de la antropóloga Gemma Fernández Arcieri de Gamboa, desaparecida desde el 24 de septiembre de 1976, cuando fue secuestrada junto a su marido, Héctor Gamboa, pero ahora se agregó una novedad: fueron los propios policías los que señalaron el lugar exacto de la fosa donde buscar los restos del matrimonio.
La existencia de esta fosa fue confirmada ayer por un testigo directo, el odontólogo Manuel José Costello, quien en 1977 recibió el pedido de los familiares de Gemma y Héctor para que tratara de reconocer los restos de la mujer.
Costello era el odontólogo de Gemma. Ayer fue el último testigo en el megajuicio que se lleva a cabo en Salta por delitos de lesa humanidad en perjuicio de 34 personas y que en estos días indaga sobre las desapariciones de trabajadores y estudiantes de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). “El cuñado de la señora (Julio Gamboa) me dijo que había encontrado restos y me pidió si podía intentar reconocerlos”, contó
La dictadura brasileña expulsó a más de 1000 refugiados por el Plan Cóndor
Eran ciudadanos que buscaban protegerse de la persecución en sus propios países. Pero tras la entrega a su nación de origen, la mayoría terminó asesinada. La información estaba en manos de una comisión de la ONU. En los 21 años de la última dictadura (1964-1985), Brasil expulsó a más de mil refugiados sudamericanos tras un pacto sellado con los otros gobiernos del Cono Sur.
Según documentos de las Naciones Unidas a los que tuvo acceso la Comisión de la Verdad, de reciente creación, el acuerdo para la expulsión de los exiliados fue pactado entre 78 militares brasileños y argentinos que contaron con el apoyo de las dictaduras de Chile, Paraguay y Uruguay. Esta fase desconocida del Plan Cóndor de coordinación represiva entre los regímenes cívico-militares de la región, consta en los archivos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
De acuerdo con la documentación recogida por la Comisión de la Verdad, Brasil entregó a sus países de origen a los ciudadanos opositores que salían de su tierra en busca de protección, una situación que la ONU define como "episodios flagrantes de violación a los Derechos Humanos". En muchos de esos casos –que hasta ahora habían sido considerados como hechos aislados– las personas "devueltas" eran luego asesinadas en sus naciones. Fuentes diplomáticas aseguraron en su momento que los dictadores brasileños rechazaron incluso pedidos de amparo a los refugiados que llegaban a su cancillería con el aval del organismo multilateral.
Según estadísticas de dudosa veracidad, Brasil recibió entre 1977 y 1982 a unas 3300 personas llegadas desde países latinoamericanos en busca de asilo político, pero les concedió ese estatus a sólo 1380, todas transferidas luego a otros lugares. Esa situación fue denunciada en 1979 por el entonces representante regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Rolf Jenny. La agencia de la ONU señaló en aquellos años que "Brasil no aplica en la práctica la ley de asilo nacional para la gente de izquierda y los no europeos", y que el país mantenía de ese modo una "posición extraoficial".
Además de las investigaciones hechas en Brasil y de la colaboración recibida de la ONU, en su función asignada de investigar todas las formas de abuso de los Derechos Humanos durante los 21 años de la dictadura, la Comisión de la Verdad saldrá a la búsqueda de documentos, archivos policiales y militares, y telegramas diplomáticos sobre aspectos mantenidos en secreto por gobiernos extranjeros y organismos internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA). Según trascendió ayer en medios diplomáticos, la comisión también tiene decidido pedir el acceso a los archivos diplomáticos de los demás países del Cóndor. «
Según documentos de las Naciones Unidas a los que tuvo acceso la Comisión de la Verdad, de reciente creación, el acuerdo para la expulsión de los exiliados fue pactado entre 78 militares brasileños y argentinos que contaron con el apoyo de las dictaduras de Chile, Paraguay y Uruguay. Esta fase desconocida del Plan Cóndor de coordinación represiva entre los regímenes cívico-militares de la región, consta en los archivos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
De acuerdo con la documentación recogida por la Comisión de la Verdad, Brasil entregó a sus países de origen a los ciudadanos opositores que salían de su tierra en busca de protección, una situación que la ONU define como "episodios flagrantes de violación a los Derechos Humanos". En muchos de esos casos –que hasta ahora habían sido considerados como hechos aislados– las personas "devueltas" eran luego asesinadas en sus naciones. Fuentes diplomáticas aseguraron en su momento que los dictadores brasileños rechazaron incluso pedidos de amparo a los refugiados que llegaban a su cancillería con el aval del organismo multilateral.
Según estadísticas de dudosa veracidad, Brasil recibió entre 1977 y 1982 a unas 3300 personas llegadas desde países latinoamericanos en busca de asilo político, pero les concedió ese estatus a sólo 1380, todas transferidas luego a otros lugares. Esa situación fue denunciada en 1979 por el entonces representante regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Rolf Jenny. La agencia de la ONU señaló en aquellos años que "Brasil no aplica en la práctica la ley de asilo nacional para la gente de izquierda y los no europeos", y que el país mantenía de ese modo una "posición extraoficial".
Además de las investigaciones hechas en Brasil y de la colaboración recibida de la ONU, en su función asignada de investigar todas las formas de abuso de los Derechos Humanos durante los 21 años de la dictadura, la Comisión de la Verdad saldrá a la búsqueda de documentos, archivos policiales y militares, y telegramas diplomáticos sobre aspectos mantenidos en secreto por gobiernos extranjeros y organismos internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA). Según trascendió ayer en medios diplomáticos, la comisión también tiene decidido pedir el acceso a los archivos diplomáticos de los demás países del Cóndor. «
Fuente: Ansa, Efe y Télam
miércoles, 31 de octubre de 2012
Asociación de ex-detenidos desaparecidos solicita ayuda voluntaria
El 28 de noviembre dará comienzo el juicio por la causa ESMA, teniendo este proceso judicial una importancia indudable, ya que 70 represores y cómplices civiles serán juzgados por los delitos del genocidio cometido.
Para la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos es un objetivo de justicia que hemos impulsado con responsabilidad y compromiso. Somos conscientes del esfuerzo que nos exige esta tarea: dos años de audiencias, tres semanales, sumando un total aproximado de 290 audiencias, para las cuáles los soportes técnicos y humanos tienen costos imposibles de solventar sin el concurso solidario de todos cuantos quieran sumarse a este anhelo de justicia.
La Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos no recibe ningún tipo de subsidio ni subvención; está apuntalada por las cuotas voluntarias de quienes la componemos y de aportes de compañeros que transitan un mismo camino de lucha.
Es por todo lo anterior que solicitamos a todo aquel que pueda realizar una contribución económica, pudiendo ser la misma circunstancial o continuada, lo haga en la siguiente cuenta bancaria perteneciente a la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos:
En Argentina :
Banco Credicoop
Sucursal 070
Nº de Cuenta - 052234.5
Cuit. - 30 / 71075197 – 4
Cbu: 1910070455007005223450
En el exterior :
La Caixa
2100-1663-70-0100376023
IBAN: ES27 2100-1663-70-0100376023
BIC/CODIGO SWIFT: CAIXESBBXXX
ASOCIACION DE EX DETENIDOS DESAPARECIDOS.
Para la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos es un objetivo de justicia que hemos impulsado con responsabilidad y compromiso. Somos conscientes del esfuerzo que nos exige esta tarea: dos años de audiencias, tres semanales, sumando un total aproximado de 290 audiencias, para las cuáles los soportes técnicos y humanos tienen costos imposibles de solventar sin el concurso solidario de todos cuantos quieran sumarse a este anhelo de justicia.
La Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos no recibe ningún tipo de subsidio ni subvención; está apuntalada por las cuotas voluntarias de quienes la componemos y de aportes de compañeros que transitan un mismo camino de lucha.
Es por todo lo anterior que solicitamos a todo aquel que pueda realizar una contribución económica, pudiendo ser la misma circunstancial o continuada, lo haga en la siguiente cuenta bancaria perteneciente a la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos:
En Argentina :
Banco Credicoop
Sucursal 070
Nº de Cuenta - 052234.5
Cuit. - 30 / 71075197 – 4
Cbu: 1910070455007005223450
En el exterior :
La Caixa
2100-1663-70-0100376023
IBAN: ES27 2100-1663-70-0100376023
BIC/CODIGO SWIFT: CAIXESBBXXX
ASOCIACION DE EX DETENIDOS DESAPARECIDOS.
viernes, 26 de octubre de 2012
El cementerio de Grand Bourg, el entierro de los asesinados por la dictadura Militar
APCS-MA. por Jorge P. Colmán. Han pasado ya muchos años del desentierro y descubrimiento en el cementerio de Grand Bourg, de cientos de asesinados por la dictadura militar, todavía la ciudadanía y gobierno de Malvinas Argentinas no emplaza en el lugar un recordatorio de tan tristes sucesos.
Mucha responsabilidad tienen los sucesivos gobiernos locales, que han intentado ocultar u omitir tan horrenda historia, muchos de los cuerpos todavía no han sido identificados y esperan silenciosos los progresos de la justicia.
El cementerio de Grand Bourg es uno de los sitios que la memoria histórica de este pueblo no puede olvidar. Forma parte del ocultamiento del genocidio más reciente que ha vivido el pueblo argentino. Otros cementerios también fueron investigados con resultados positivos, pero el de Grand Bourg fue uno de los primeros.
En una serie de notas en NOTIMALVINAS iremos recreando/recuperando las historias y documentos que los funcionarios ignoran u ocultan, estas deberán formar parte de un proyecto que presentaremos en el HCD de Malvinas Argentinas con el fin de instalar en el Cementerio de Grand Bourg una placa, un monumento o algún señalamiento para las generaciones futuras.
Este primer documento recuerda a Leticia Akselman (18 años), una estudiante secundaria de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Desapareció el 12 de junio de 1976 y fue asesinada en lo que se denominó “El triple crimen de Del Viso” el 3 de julio de 1976 (Leticia Mabel Akselman, Federico Martul y Gabriel Dunayevich).
El relato de Juana Lucía Comas nos traslada al momento de su desaparición: “…En la mañana de ese día iba a la casa de una amiga que vivía en Lomas de Zamora a una reunión y el Ejército la interceptó en la mitad del trayecto. Estuvo detenida en el “Vesubio” y después la trasladaron a Campo de Mayo. A los dos días de su secuestro le allanaron la casa a mi abuela, robaron todo y quemaron algunos libros. Unos días después volvieron…”
De ella nada supieron, hasta que el trabajo del EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) recupero el cuerpo de Leticia en la Asesoría Pericial de La Plata.
El encuentro de sus restos generó la posibilidad legal de continuar con los juicios al ex-General Suarez Mason. La ley de Punto Final del presidente Raúl Alfonsín había puesto un límite a la presentación de nuevas causas, pero el encuentro de Leticia Akselman (tres días antes) no permitió la injusticia de tan nefasta ley.
Este es el relato de como encontraron el cuerpo y cual el contexto en que se encontraron los otros restos del cementerio (esto lo trataremos en otra nota).
“…Esto es todo lo que hay, dijo el empleado, con un gesto de la mano no carente de gracia…”
Bolsas negras de residuos. Más de un centenar. Llenas de huesos.
En la profundidad de la Asesoría Pericial de La Plata, Alejandro y Darío suspiraron y contemplaron el panorama. Dentro de esas bolsas estaban los restos de 127 NN exhumados del cementerio de Grand Bourg por personal no del todo familiar con las delicadezas de la arqueología. Muchas de las bolsas habían perdido su etiqueta identificadora, o la conservaban con números ilegibles. A menudo no se habían separado bien los restos; ciertas bolsas carecían de cráneos mientras que otras tenían dos. Los huesos no estaban numerados ni limpios. Bastó con que abriesen un par de bolsas para descubrir que además guardaban tierra, hongos, gusanos y arañas.
El primer signo de que podían estar en presencia de los restos de Leticia Akselman fue el cabello. Las fotos con que contaban mostraban su pelo ensortijado y abundante.
El resto de las pruebas fueron igualmente auspiciosas: se trataba de los restos óseos de una mujer de la misma edad, peso y estatura que Leticia. Las placas dentales coincidían. Y el informe de autopsia de 1976 daba cuenta de diversos disparos en la cabeza. En ausencia de los proyectiles –la bolsa tenía de todo, menos postas o casquillos-, un estudio radiológico reveló que sobre los huesos del cráneo había microscópicas esquirlas de bala.
El 19 de febrero de 1997, tres días antes del plazo fijado por la Ley de Punto Final, un juez procesó al general Guillermo Suárez Mason por el asesinato de Leticia Akselman. Suárez Mason era un genocida nato. Al más puro estilo de sus antecesores nazis, gustaba de pavonearse delante de sus víctimas, definiéndose como el Señor de la Vida y de la Muerte.
La pequeña victoria del Equipo no fue subrayada por ninguna celebración.
No había tiempo que perder. Se pueden hacer tantas cosas en tres días.
Este último relato esta extraído de “Los exhumadores de historias” de Marcelo Figueras (relato del trabajo e historia del EAAF)
Mucha responsabilidad tienen los sucesivos gobiernos locales, que han intentado ocultar u omitir tan horrenda historia, muchos de los cuerpos todavía no han sido identificados y esperan silenciosos los progresos de la justicia.
El cementerio de Grand Bourg es uno de los sitios que la memoria histórica de este pueblo no puede olvidar. Forma parte del ocultamiento del genocidio más reciente que ha vivido el pueblo argentino. Otros cementerios también fueron investigados con resultados positivos, pero el de Grand Bourg fue uno de los primeros.
En una serie de notas en NOTIMALVINAS iremos recreando/recuperando las historias y documentos que los funcionarios ignoran u ocultan, estas deberán formar parte de un proyecto que presentaremos en el HCD de Malvinas Argentinas con el fin de instalar en el Cementerio de Grand Bourg una placa, un monumento o algún señalamiento para las generaciones futuras.
Este primer documento recuerda a Leticia Akselman (18 años), una estudiante secundaria de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Desapareció el 12 de junio de 1976 y fue asesinada en lo que se denominó “El triple crimen de Del Viso” el 3 de julio de 1976 (Leticia Mabel Akselman, Federico Martul y Gabriel Dunayevich).
El relato de Juana Lucía Comas nos traslada al momento de su desaparición: “…En la mañana de ese día iba a la casa de una amiga que vivía en Lomas de Zamora a una reunión y el Ejército la interceptó en la mitad del trayecto. Estuvo detenida en el “Vesubio” y después la trasladaron a Campo de Mayo. A los dos días de su secuestro le allanaron la casa a mi abuela, robaron todo y quemaron algunos libros. Unos días después volvieron…”
De ella nada supieron, hasta que el trabajo del EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) recupero el cuerpo de Leticia en la Asesoría Pericial de La Plata.
El encuentro de sus restos generó la posibilidad legal de continuar con los juicios al ex-General Suarez Mason. La ley de Punto Final del presidente Raúl Alfonsín había puesto un límite a la presentación de nuevas causas, pero el encuentro de Leticia Akselman (tres días antes) no permitió la injusticia de tan nefasta ley.
Este es el relato de como encontraron el cuerpo y cual el contexto en que se encontraron los otros restos del cementerio (esto lo trataremos en otra nota).
“…Esto es todo lo que hay, dijo el empleado, con un gesto de la mano no carente de gracia…”
Bolsas negras de residuos. Más de un centenar. Llenas de huesos.
En la profundidad de la Asesoría Pericial de La Plata, Alejandro y Darío suspiraron y contemplaron el panorama. Dentro de esas bolsas estaban los restos de 127 NN exhumados del cementerio de Grand Bourg por personal no del todo familiar con las delicadezas de la arqueología. Muchas de las bolsas habían perdido su etiqueta identificadora, o la conservaban con números ilegibles. A menudo no se habían separado bien los restos; ciertas bolsas carecían de cráneos mientras que otras tenían dos. Los huesos no estaban numerados ni limpios. Bastó con que abriesen un par de bolsas para descubrir que además guardaban tierra, hongos, gusanos y arañas.
El primer signo de que podían estar en presencia de los restos de Leticia Akselman fue el cabello. Las fotos con que contaban mostraban su pelo ensortijado y abundante.
El resto de las pruebas fueron igualmente auspiciosas: se trataba de los restos óseos de una mujer de la misma edad, peso y estatura que Leticia. Las placas dentales coincidían. Y el informe de autopsia de 1976 daba cuenta de diversos disparos en la cabeza. En ausencia de los proyectiles –la bolsa tenía de todo, menos postas o casquillos-, un estudio radiológico reveló que sobre los huesos del cráneo había microscópicas esquirlas de bala.
El 19 de febrero de 1997, tres días antes del plazo fijado por la Ley de Punto Final, un juez procesó al general Guillermo Suárez Mason por el asesinato de Leticia Akselman. Suárez Mason era un genocida nato. Al más puro estilo de sus antecesores nazis, gustaba de pavonearse delante de sus víctimas, definiéndose como el Señor de la Vida y de la Muerte.
La pequeña victoria del Equipo no fue subrayada por ninguna celebración.
No había tiempo que perder. Se pueden hacer tantas cosas en tres días.
Este último relato esta extraído de “Los exhumadores de historias” de Marcelo Figueras (relato del trabajo e historia del EAAF)
martes, 16 de octubre de 2012
Carcel perpetua para los autores de la Masacre de Trelew
La Justicia condenó a prisión perpetua a los autores de la denominada Masacre de Trelew
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como "coautores responsables del homicidio con alevosía" de 16 presos políticos y tres tentativas.
Los hechos se produjeron en el marco de la denominada Masacre de Trelew, perpetrada el 22 de agosto de 1972.
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como "coautores responsables del homicidio con alevosía" de 16 presos políticos y tres tentativas.
Los hechos se produjeron en el marco de la denominada Masacre de Trelew, perpetrada el 22 de agosto de 1972.
La Masacre de Trelew ha sido declarada crimen de lesa humanidad.
http://www.telam.com.ar
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como "coautores responsables del homicidio con alevosía" de 16 presos políticos y tres tentativas.
Los hechos se produjeron en el marco de la denominada Masacre de Trelew, perpetrada el 22 de agosto de 1972.
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como "coautores responsables del homicidio con alevosía" de 16 presos políticos y tres tentativas.
Los hechos se produjeron en el marco de la denominada Masacre de Trelew, perpetrada el 22 de agosto de 1972.
La Masacre de Trelew ha sido declarada crimen de lesa humanidad.
http://www.telam.com.ar
martes, 9 de octubre de 2012
Se recupero la nieta 107
La agrupación Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de la identidad de la nieta 107, en una conferencia encabezada por la presidenta de esa entidad, Estela de Carlotto.
Se trata de la hija de Carlos Héctor Oviedo y María de la Mercedes Moreno, nacida durante el cautiverio de su madre, en la Maternidad Provincial de Córdoba el 11 de octubre de 1978.
Desde una nueva sala de la sede de las Abuelas, ubicada en Virrey Cevallos 592, Estela de Carlotto leyó el comunicado en el que se anunciaba la recuperación de la nieta 107, junto a María Mercedes, a tres hermanas de la nueva nieta recuperada; a la abogada que llevó adelante el caso, María Teresa Sánchez y a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, Sonia Torres.
Carlotto explicó que "María de las Mercedes visitaba a su marido, quien estaba como preso común en un penal cordobés, y allí también había presos políticos detenidos clandestinamente, con los que ella se solidarizó y comenzó a sacar del penal las cartas que escribían a sus familiares".
"El 26 de septiembre de 1978, fue secuestrada, embarazada de siete meses y fue llevada al departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba conocido como "D2", centro clandestino bajo el mando de Luciano Benjamín Menéndez y permaneció como detenida desaparecida hasta que recuperó su libertad en 1979", agregó Carlotto.
"El 11 de octubre de 1978, María de las Mercedes fue trasladada a la Maternidad Provincial, donde encadenada dio a luz a una niña de la que fue separada inmediatamente y fue llevada nuevamente al centro clandestino pero sin su hija", relató la titular de Abuelas.
Al recuperar su libertad, el 7 de abril de 1979, María de las Mercedes empezó la búsqueda de su hija, que incluyó la visita a la Casa Cuna de Córdoba, los Juzgados de menores, hasta que realizó la denuncia ante la Fiscalía Federal Nº 3 de Córdoba.
La joven identificada pidió tiempo para reencontrarse con su madre biológica.
http://www.telam.com.ar
Se trata de la hija de Carlos Héctor Oviedo y María de la Mercedes Moreno, nacida durante el cautiverio de su madre, en la Maternidad Provincial de Córdoba el 11 de octubre de 1978.
Desde una nueva sala de la sede de las Abuelas, ubicada en Virrey Cevallos 592, Estela de Carlotto leyó el comunicado en el que se anunciaba la recuperación de la nieta 107, junto a María Mercedes, a tres hermanas de la nueva nieta recuperada; a la abogada que llevó adelante el caso, María Teresa Sánchez y a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, Sonia Torres.
Carlotto explicó que "María de las Mercedes visitaba a su marido, quien estaba como preso común en un penal cordobés, y allí también había presos políticos detenidos clandestinamente, con los que ella se solidarizó y comenzó a sacar del penal las cartas que escribían a sus familiares".
"El 26 de septiembre de 1978, fue secuestrada, embarazada de siete meses y fue llevada al departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba conocido como "D2", centro clandestino bajo el mando de Luciano Benjamín Menéndez y permaneció como detenida desaparecida hasta que recuperó su libertad en 1979", agregó Carlotto.
"El 11 de octubre de 1978, María de las Mercedes fue trasladada a la Maternidad Provincial, donde encadenada dio a luz a una niña de la que fue separada inmediatamente y fue llevada nuevamente al centro clandestino pero sin su hija", relató la titular de Abuelas.
Al recuperar su libertad, el 7 de abril de 1979, María de las Mercedes empezó la búsqueda de su hija, que incluyó la visita a la Casa Cuna de Córdoba, los Juzgados de menores, hasta que realizó la denuncia ante la Fiscalía Federal Nº 3 de Córdoba.
La joven identificada pidió tiempo para reencontrarse con su madre biológica.
http://www.telam.com.ar
viernes, 28 de septiembre de 2012
Amenazan de muerte al abogado del colectivo "Justicia Ya" que investiga en las Causas de Campo de Mayo
COMUNICADO DE PRENSA
Buenos Aires 27-09-12
Repudiamos amenazas, exigimos Justicia YA!
En el día de ayer, miércoles 26 de septiembre, siendo las 20.30 hs, fue amenazado de muerte el abogado del colectivo "Justicia Ya" Pablo Piatigorsky.
Nuestro compañero interviene profesionalmente en las causas Campo de Mayo y ESMA.
La llamada, desde un teléfono desconocido, dice: "Judío de mierda, te vamos a m
atar a vos y a todos los guerrilleros disfrazados de abogados. La leche de la misericordia se terminó".
Llamamos a repudiar esta terrible amenaza que nos abarca a todos, exigir a las autoridades nacionales la inmediata investigación y castigo a los responsables de este hecho, y reiterar que la única protección con la que cuentan los partícipes de los juicios, es la cárcel a todos los genocidas.
Una vez más, decimos que las amenazas no nos van a detener.
La lucha contra la impunidad de ayer y de hoy requiere de un redoblado esfuerzo que asumimos todos los que trabajamos por MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA.
Asociación de Ex-Detenidos Desaparecidos, Asociación Gremial Docente AGD-UBA, Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH), Comisión por los DDHH de la ciudad de Trenque Lauquen, Comité de Acción Jurídica (CAJ), Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo (CADEP), Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (EATIP), H.I.J.O.S. Zona Oeste, Instituto de Relaciones Ecuménicas (IRE), Liberpueblo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad , Patricia Walsh, diputada nacional m.c., querellante ESMA, Andrea Bello, querellante ESMA; en JUSTICIA YA Bs As
viernes, 21 de septiembre de 2012
Avances en la creación del Instituto Campo de Mayo para la Memoria
APCS-MA. Diversos organismos de DDHH impulsan la creación del "Instituto Campo de Mayo para la Memoria".
Se trataría de un instituto que tiene como objetivo "el resguardo y transmisión de la memoria y lahistoria de las violaciones a los derechos humanos y de las trágicas consecuencias de la interrupción del Estado de Derecho en nuestro país, entre los años cincuenta y ochenta".
Dicho organismo dependería de Secretaría General de la Presidencia y tendría entro otras tantas funciones "recopilar, sistematizar y conservar los materiales documentales (Para seguir leyendo haga click aquí)
Se trataría de un instituto que tiene como objetivo "el resguardo y transmisión de la memoria y lahistoria de las violaciones a los derechos humanos y de las trágicas consecuencias de la interrupción del Estado de Derecho en nuestro país, entre los años cincuenta y ochenta".
Dicho organismo dependería de Secretaría General de la Presidencia y tendría entro otras tantas funciones "recopilar, sistematizar y conservar los materiales documentales (Para seguir leyendo haga click aquí)
martes, 18 de septiembre de 2012
Un testimonio de ex sacerdote preso en el CCD "ESCUELITA DE FAMAILLA"
Soy César Raúl Sánchez, ex sacerdote del Ing.S.Pablo de Tucumán y ex Preso del Centro de torturas de la "ESCUELITA DE FAMAILLA"
Me permito hacer algunas reflexiones después de leer el documento dirigido a los Obispos:
No son los cristianos quienes deben aconsejar o exigir a los Obispos que pidan perdón por sus complicidades con la dictadura.
Nadie más que ellos - por oficio- saben que el perdón brota de un corazón sincero que reconoce el error y está dispuesto a reparar el daño ocasionado.
Los obispos, no tan solo no están dispuestos a pedir perdón, sino que una y otra vez reclaman la reconciliación con los genocidas y "dar vuelta la página".
Mucho me temo que con este documento y con las firmas que lo avalen, les están presentando en bandeja la oportunidad de creerse reconciliados con el Pueblo, mientras tanto , los genocidas no están privados de la asistencia espiritual que les brindan con Misas y Comuniones.
Tiene razón Videla que los Obispos eran PARTICIPES NECESARIOS y si no, lean las arengas de los Vicarios Castrenses Tortolo, Bonamí, Medina etc.etc.
Mi Arzobispo Blas V. Conrero, en Tucumán, vió mi cuerpo cuando me liberaron; y no se inmutó; pero sí convocó al gral. Vilas y a su plana Mayor para amenazarlos con la excomunión porque profanaron mi antigua Parroquia buscando las armas que, bajo tortura, dije que estaban escondidas. (pero no había nada).
¿No supieron los Obispos quiénes mataron a su hermano Obispo Angelelli?
¿No supieron cuántos Curas fuimos torturados y desaparecidos?
Cada uno de los que pertenecíamos al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo que desaparecía era uno menos para preocuparse.
Los militares hacían el trabajo sucio que a ellos beneficiaba.
Por otra parte, los militares sabían que si los Obispos objetaban su accionar, quedaban en evidencia.
Los Obispos eran los autores intelectuales, eran los que ponían "la mística" a los cruzados; los bendecían, les imponían escapularios para que la Virgen los proteja.
La Misa - que supuestamente es el máximo signo del Amor para los cristianos-, la usaban para alimentar el odio de los soldados.
De todos modos, la Iglesia Católica, que nada o muy poco tiene que ver con el Cristianismo, está bañada en sangre, lo dice la historia: las Cruzadas, la Inquisición, el Genocidio en toda nuestra América Latina, las complicidades con el franquismo etc.etc.etc,etc
Si quedé con vida, quiero ser la voz de tantos Compañeros silenciados y desaparecidos.
Haré cuanto esté a mi alcance para contrarrestar tanta mentira.
Por otra parte, aunque pidan perdón, no será algo que les demande mucho esfuerzo; bastará con que lean un documento "bien pensado, con las palabras bien medidas", si es posible ambiguas como para que todo el mundo quede conforme; son muy diplomáticos.
Los actuales miembros del Episcopado Argentino no están exentos de culpa. En aquellos años eran sacerdotes y saben muy bien de quienes han recibido los báculos.
Conozco a varios de estos pastores o porque fueron mis profesores como el Cardenal Karlick o compañeros como Reale, Colomé, Rodrígues y Rovai.
Todos conocimos a Enrique Angelelli y sabíamos qué clase de hombre era. Sin embargo nadie tuvo la altura suficiente para protestar y reclamar justicia cuando lo mataron.
Asumo la responsabilidad de todo lo dicho, en nombre de todos los desaparecidos y torturados.
Pese a todo este panorama tan obscuro por el que tuvimos que transitar, los cristianos no nos acobardamos, Discípulos de un Torturado. "No es el discípulo mayor que el Maestro".
Estamos advertidos, nada nos puede sorprender; el Cristiano no queda lamiéndose las heridas. Las Credenciales de Pablo ante todos los Apóstoles fueron los tormentos que soportó por la Causa.
Quedan descalificados todos los que claudican ante los poderosos. Le temen más a los hombres que al Señor.
Cada desaparecido no está perdido, está Sembrado, como el grano de trigo en toda nuestra América Latina; son trocitos de Levadura, puñaditos de Sal metidos en la masa. Son levadura que no ha perdido su fuerza, y sal que no ha perdido su sabor , necesarios para alimentar al HOMBRE NUEVO.
ALGÚN DÍA SERÁ JUSTICIA, PAZ, AMOR, VENCEREMOS.
Me permito hacer algunas reflexiones después de leer el documento dirigido a los Obispos:
No son los cristianos quienes deben aconsejar o exigir a los Obispos que pidan perdón por sus complicidades con la dictadura.
Nadie más que ellos - por oficio- saben que el perdón brota de un corazón sincero que reconoce el error y está dispuesto a reparar el daño ocasionado.
Los obispos, no tan solo no están dispuestos a pedir perdón, sino que una y otra vez reclaman la reconciliación con los genocidas y "dar vuelta la página".
Mucho me temo que con este documento y con las firmas que lo avalen, les están presentando en bandeja la oportunidad de creerse reconciliados con el Pueblo, mientras tanto , los genocidas no están privados de la asistencia espiritual que les brindan con Misas y Comuniones.
Tiene razón Videla que los Obispos eran PARTICIPES NECESARIOS y si no, lean las arengas de los Vicarios Castrenses Tortolo, Bonamí, Medina etc.etc.
Mi Arzobispo Blas V. Conrero, en Tucumán, vió mi cuerpo cuando me liberaron; y no se inmutó; pero sí convocó al gral. Vilas y a su plana Mayor para amenazarlos con la excomunión porque profanaron mi antigua Parroquia buscando las armas que, bajo tortura, dije que estaban escondidas. (pero no había nada).
¿No supieron los Obispos quiénes mataron a su hermano Obispo Angelelli?
¿No supieron cuántos Curas fuimos torturados y desaparecidos?
Cada uno de los que pertenecíamos al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo que desaparecía era uno menos para preocuparse.
Los militares hacían el trabajo sucio que a ellos beneficiaba.
Por otra parte, los militares sabían que si los Obispos objetaban su accionar, quedaban en evidencia.
Los Obispos eran los autores intelectuales, eran los que ponían "la mística" a los cruzados; los bendecían, les imponían escapularios para que la Virgen los proteja.
La Misa - que supuestamente es el máximo signo del Amor para los cristianos-, la usaban para alimentar el odio de los soldados.
De todos modos, la Iglesia Católica, que nada o muy poco tiene que ver con el Cristianismo, está bañada en sangre, lo dice la historia: las Cruzadas, la Inquisición, el Genocidio en toda nuestra América Latina, las complicidades con el franquismo etc.etc.etc,etc
Si quedé con vida, quiero ser la voz de tantos Compañeros silenciados y desaparecidos.
Haré cuanto esté a mi alcance para contrarrestar tanta mentira.
Por otra parte, aunque pidan perdón, no será algo que les demande mucho esfuerzo; bastará con que lean un documento "bien pensado, con las palabras bien medidas", si es posible ambiguas como para que todo el mundo quede conforme; son muy diplomáticos.
Lo harán ante un puñado de "fervientes católicos" que emocionados admirarán y bendecirán a sus "pastores". Mientras tanto, los destinatarios de tal perdón, ni los escucharemos, y mucho menos les creeremos.
Los actuales miembros del Episcopado Argentino no están exentos de culpa. En aquellos años eran sacerdotes y saben muy bien de quienes han recibido los báculos.
Conozco a varios de estos pastores o porque fueron mis profesores como el Cardenal Karlick o compañeros como Reale, Colomé, Rodrígues y Rovai.
Todos conocimos a Enrique Angelelli y sabíamos qué clase de hombre era. Sin embargo nadie tuvo la altura suficiente para protestar y reclamar justicia cuando lo mataron.
Asumo la responsabilidad de todo lo dicho, en nombre de todos los desaparecidos y torturados.
Pese a todo este panorama tan obscuro por el que tuvimos que transitar, los cristianos no nos acobardamos, Discípulos de un Torturado. "No es el discípulo mayor que el Maestro".
Estamos advertidos, nada nos puede sorprender; el Cristiano no queda lamiéndose las heridas. Las Credenciales de Pablo ante todos los Apóstoles fueron los tormentos que soportó por la Causa.
Quedan descalificados todos los que claudican ante los poderosos. Le temen más a los hombres que al Señor.
Cada desaparecido no está perdido, está Sembrado, como el grano de trigo en toda nuestra América Latina; son trocitos de Levadura, puñaditos de Sal metidos en la masa. Son levadura que no ha perdido su fuerza, y sal que no ha perdido su sabor , necesarios para alimentar al HOMBRE NUEVO.
ALGÚN DÍA SERÁ JUSTICIA, PAZ, AMOR, VENCEREMOS.
Bahia Blanca: La complicidad del Diario La Nueva Provincia
EL PAIS › La complicidad periodistica con la represion ilegal
TRIBUNA DE DOCTRINA
Por Diego Martínez
Un tribunal de Bahía Blanca ordenó investigar a los directivos de La Nueva Provincia, que encubría los fusilamientos y daba cobertura a los grupos de tareas. Cómo era la relación del diario con la dictadura. La publicación de documentos de los servicios de inteligencia. El papel de su actual director, Vicente Massot
LA RELACION DEL DIARIO LA NUEVA PROVINCIA CON LA DICTADURA MILITAR
El turno de investigar la complicidad periodística
El fallo que el miércoles pasado ordenó investigar a los directivos del diario de Bahía Blanca pone el foco sobre los vínculos mediáticos de la represión ilegal. Aquí, un informe sobre la manera en que actuaba ese medio y sus relaciones con los militares.
El director del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Vicente Massot, será investigado por la Justicia por su actuación durante el terrorismo de Estado. A partir de los comunicados sobre “supuestos enfrentamientos militares con presuntos elementos subversivos” que el diario complementaba con croquis inventados por especialistas en acción psicológica del Destacamento de Inteligencia 181 y fotos de las víctimas robadas de sus casas, el Tribunal Oral Federal que acaba de condenar al primer grupo de represores del ex Cuerpo V de Ejército ordenó que se investiguen posibles “delitos de acción pública” de “los directivos de dicho órgano de prensa”, que hasta su muerte en 2009 condujo Diana Julio de Massot. Su hijo Vicente, que en plena dictadura visitaba la ESMA e integraba junto con su hermano Federico el núcleo duro que conducía el diario, fue el secretario de Asuntos Militares del menemismo, que debió renunciar luego de hacer una apología pública de la tortura. El empresario también está en la mira de la Justicia por los asesinatos de Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, ex delegados de los trabajadores del diario, secuestrados, torturados y ejecutados en 1976. En un documento de inteligencia de Prefectura sobre “guerrilla sindical” en La Nueva Provincia, consta que los directivos del diario documentaban cada paso de los delegados ante “los comandos militares y navales de la zona”. Por los crímenes de ambos obreros gráficos ya hay ocho marinos y prefectos con procesamiento firme.
Violencia ordenadora
El rol del diario en los’70 es más conocido. Ante “la cruda realidad electoral del país” (LNP 18.3.73) que para su antiperonismo visceral significaba el retorno del justicialismo, los Massot reclamaron a las Fuerzas Armadas que impidieran la asunción de Héctor Cámpora. “¿Qué esperan nuestros hombres de armas para reconocer que la Argentina vive un clima de guerra interna y para proceder en consecuencia sin contemplaciones ni concesiones?”, pidieron a gritos (LNP 2.5.73). El editorial fue citado por el fiscal federal Abel Córdoba al iniciar su alegato para describir “el sórdido contexto local del terrorismo de Estado”. El 24 de marzo de 1976, con el título “Llegó el momento”, La Nueva Provincia pidió “abandonar el profesionalismo aséptico y establecer la primera y fundamental distinción de una política revolucionaria: la del amigo-enemigo”. “A la violencia destructora y asesina es necesario responderle con una violencia ordenadora”, propusieron.
La “violencia ordenadora” de las Fuerzas Armadas había comenzado en realidad un año antes y contaba con la aprobación del diario bahiense. En mayo de 1975, cuando en teoría los marinos estaban en los cuarteles y las ejecuciones las firmaba la Triple A, Massera declaró en Puerto Belgrano que “la Armada vive en guerra y participa con energía y decisión clásicas de su patrimonio histórico”. El almirante que derrocaría a Isabel Perón habló de su “vocación democrática”, pero diferenció a “los subversivos” y dijo que la Armada estaba “segura en fuerza y en derechos para enfrentarlos y destruirlos”. Los Massot elogiaron sus palabras como “una de las más claras y precisas manifestaciones castrenses sobre el sentido del proceso que el país protagoniza”, en tiempo presente (LNP 17.5.75).
La relación de Diana Julio no era con Massera sino con el vicealmirante Luis María Mendía, comandante de Operaciones Navales, a quien recibía “en horas nocturnas” en su despacho, según escribió en su libro el ex capitán Adolfo Scilingo. “Esa mujer venía a Puerto Belgrano directamente a incitar a Mendía a tomar el poder, a embalarlo”, recuerda un viejo marino, cercano entonces a Mendía: “Usaba palabras fuertes, hablaba de falta de hombría”. “Cagones”, le decía a Scilingo otro hijo de la directora, Federico Massot, ya fallecido. “Son unos cagones, tenemos generales, almirantes y brigadieres de papel, no se animan a fusilar”, renegaba. “Combaten la subversión sin firmar la sentencia de los muertos, eso traerá problemas futuros”, advertía.
Un editorial publicado a setenta días del golpe sugiere que los Massot mantenían aún la esperanza sobre algún margen de legalidad. Bajo el título “El rigor de la justicia ante la delincuencia subversiva”, informaron que “funcionan en el país consejos de guerra”, que en promedio dictaban penas de cinco años de prisión, advirtieron sobre la inutilidad de una ley “generosa y muy poco ejemplificadora” y manifestaron su “singular interés (en) el nuevo criterio de ‘justicia revolucionaria’ que estudia el gobierno nacional” (LNP 3.6.76). La acusación de “cagones” que escuchó Scilingo es probablemente de las semanas que siguieron. En junio, el diario llegó a publicar noticias de secuestros con el sello de los grupos de tareas: primero dos jóvenes secuestradas por ocho hombres armados en tres autos de civil (LNP 11.6.76), después la liberación de una mujer que estuvo secuestrada, vendada, encapuchada y esposada durante cuatro días (LNP 18.6.76). El 24, el Cuerpo V asesinó a Mónica Morán, secuestrada once días antes, y armó “un operativo de acción psicológica”, según confirmó Vilas en 1987, para simular que “Cinco extremistas fueron abatidos en Bahía Blanca”, como tituló el diario (LNP 25.6.76).
Fue luego de ese cobarde fusilamiento de una militante del PRT que La Nueva Provincia pidió por escrito un cambio de rumbo. “Se trata de saber, ahora, si las Fuerzas Armadas están preparadas para asumir la responsabilidad de aquellas medidas urgentes que deben tomarse ya, porque una sociedad harta de desorden y falta de autoridad, pero, sobre todo, sin vocación de suicidio, así lo exige: juicios sumarios, pena de muerte dictada por autoridades militares, toque de queda y patrullaje militar en todo el país”, plantearon (LNP 6.7.76). La propuesta, sin embargo, “fue descartada por impracticable”, explicó Vicente Massot en su libro Matar y morir. La violencia política en la Argentina (1806-1980). “¿Cómo justificar miles de fusilamientos ante el clamor que tal práctica levantaría en el mundo?”, escribió comprensivo.
“Destino inevitable: la muerte”
Haber advertido a tiempo el costo de fusilar por la espalda y hacer desaparecer a miles de personas no les resultó contradictorio con la difusión militante de los comunicados que el V Cuerpo elaboraba para sembrar terror y disfrazar de tiroteos las ejecuciones de militantes destruidos en las mesas de tortura.
La Nueva Provincia no se limitó a difundir partes oficiales. Por lo general acompañó los relatos fabricados por la sección Actividades Psicológicas Secretas del Destacamento de Inteligencia 181 con las fotos de las víctimas, obtenidas cuando saqueaban sus casas y las de sus familias. En algún caso adornaron sus páginas con croquis inventados sobre movimientos de supuestos soldados que en la práctica fusilaban sin riesgo. En el que ilustra esta nota se detalla el “lugar de cita” de cuatro “elementos subversivos” cercados por “fuerzas legales” pese a que llevaban meses secuestrados en La Escuelita. El fiscal Córdoba pidió el año pasado allanar el archivo de La Nueva Provincia, entre otras razones para recuperar esas fotos que los militares destruyeron y sus cómplices civiles podían tener a buen resguardo, pero ni el entonces juez Alcindo Alvarez Canale ni el juez ad hoc Eduardo Tentoni se animaron a avanzar con el diario bahiense.
En septiembre, internalizado ya el método Vilas de publicitar ejecuciones como enfrentamientos, La Nueva Provincia fue un paso más lejos que el resto de la prensa condescendiente con la dictadura y dejó en claro que manejaba más información de la que se difundía oficialmente. Durante cuatro días, del 27 al 30, ofreció a sus lectores “una breve radiografía del enemigo en Bahía Blanca, en todo el sur del territorio bonaerense y la Patagonia”. La serie de notas sin firma pero con el sello de los Massot se tituló “¿Qué pasa en Bahía Blanca? Radiografía de la subversión”. El material “está extraído de la realidad”, aclararon, sin precisar fuentes. “Bahía Blanca es zona de montoneros”, afirmaron. “Es posible que los continuos éxitos de la acción militar (sic) hagan pensar que la amenaza subversiva se está debilitando. Y ése el error: un enemigo deja de serlo sólo cuando está derrotado total y definitivamente”, advirtieron. “No es extraño que las fuerzas militares encuentren, durante los procedimientos que realizan, libretas y apuntes con detalles de la rutina diaria de profesores, empresarios, profesionales, alumnos y militares”, publicaron, sin ocultar que manejaban información de primera mano.
En la tercera nota dieron a conocer los supuestos cargos de militantes que acababan de ser fusilados e hicieron propias las falacias que difundía el Ejército. Sobre Pablo Fornasari, ejecutado luego de dos meses en cautiverio, apuntaron que fue “abatido por el Ejército en el enfrentamiento de calle Catriel”. Sobre José Luis Peralta, secuestrado a principios de agosto en Mar del Plata, trasladado a Bahía y acribillado, escribieron que fue “muerto en la emboscada que le tendieron las armas de la Patria”, con mayúscula. “Acciones esporádicas que contribuyen a crear la idea de ‘una presencia’ y la preparación de combatientes en actos menores –una bomba, un ataque a una empresa, una pintada de paredes– constituyen sus líneas de actuación por el momento”, precisaron. “Estos anónimos que colocan bombas y distribuyen panfletos están solos y sólo tienen en común con aquel guerrillero (en referencia al Che Guevara) su destino inevitable: la muerte”, celebraron por anticipado.
Encubrir el genocidio no implicó para los Massot ninguna contradicción con el rol del periodismo y su función de garantizar el derecho a la información de la sociedad. En la Argentina “existe libertad de prensa”, aseguró Federico Massot en octubre de 1976 durante la asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). “No hay problema para informar, opinar y criticar al gobierno”, dijo. “Lo único que no podemos publicar son las acciones contra el terrorismo”, pidió comprensión (SIP: debate por la prensa argentina. La Nación 12-10-76). Cuatro días después de que Rodolfo Walsh difundiera su Carta Abierta a la Junta Militar, que en su primera línea denuncia “la censura de prensa”, Vicente Massot la justificó en otra asamblea de la SIP en Cartagena de Indias. “Al enfrentar la Argentina ‘la escalada del marxismo internacional’ es lógico que sus autoridades se vean obligadas a tomar decisiones ‘lesivas respecto de determinadas libertades’, en salvaguarda de la integridad de la Nación”, fueron sus palabras (Reclama la SIP por la libertad de expresión. La Prensa, 30.-3-77). Después de distribuir su Carta Abierta, Walsh cayó acribillado por una patota de la ESMA. Después de intentar justificar su silencio ante el genocidio, Vicente Massot visitaba al director de la ESMA, almirante Rubén Jacinto Chamorro, en la planta baja del Casino de Oficiales por el que pasaron miles de secuestrados. El dato lo publicó el periodista Horacio Verbitsky en su libro El Vuelo y la fuente fue el propio Scilingo, que conocía a toda la familia Massot.
Notas y titulares de La Nueva Provincia se hacían eco y daban cobertura a los fusilamientos de los grupos de tareas.
LOS TRABAJADORES DE LNP FUSILADOS
Delegados “raleados”
Por Diego Martínez
El 6 de diciembre de 1975, cuando Prefectura de Zona del Atlántico escribió el borrador del “Estudio sobre el diario La Nueva Provincia (guerrilla sindical)”, Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola encabezaban la lista de “personal a SER RALEADO DE UN MEDIO DE DIFUSION FUNDAMENTAL” para la dictadura. Ralear a los delegados del diario era una “efectiva acción ‘contrarrevolucionaria’” tendiente a “sanear los medios preferidos por la revolución mundial para su labor de infiltración, subversión cultural y posterior victoria”. Prefectura era el “ojo y vida” del Comando de Operaciones Navales en Bahía Blanca, escribió su jefe de inteligencia, capitán Juan Iglesias. El comandante era el vicealmirante Luis María Mendía, el hombre a quien la directora del diario, Diana Julio de Massot, recibía por las noches en su despacho, según escribió Adolfo Scilingo. La señora sentía repulsión por los dirigentes del Sindicato de Artes Gráficas, que en agosto impidieron la salida del diario durante tres semanas para exigir la aplicación de un franco cada cuatro días. El día que LNP reapareció, su directora denunció la “labor disociadora” de los delegados, los equiparó con “la infiltración más radicalizada” e ironizó que por los fueros creían ser “una nueva raza invulnerable de por vida”.
El 22 de marzo de 1976, Prefectura elevó el informe al Servicio de Inteligencia y a Mendía. Dos días después, cuando el golpe de Estado era un hecho, Diana Julio y su hijo Vicente Massot fueron con una bandera argentina a provocar a la imprenta: “¿A qué no hacen huelga ahora?”. La “acción contrarrevolucionaria” se concretó el 30 de junio. Al atardecer, un grupo de hombres se instaló en la casa de Loyola. Lo esperaron hasta las cuatro de la mañana. “Algunos usaban guantes y todos, por su manera de expresarse denotaban cierta cultura”, declararía la mujer de Loyola. Los hombres cultos maniataron y vendaron a familiares y amigos y les inyectaron somníferos, igual que en la ESMA antes de los traslados. Cuando tuvieron a Loyola fueron a secuestrar a Heinrich.
La noticia de los secuestros trascendió entre los trabajadores de LNP pero no apareció en sus páginas. El domingo 4 de julio aparecieron los cadáveres. Estaban maniatados por la espalda, torturados y acribillados. Los rodeaban 52 vainas calibre 9 mm. El lunes se publicó un aviso fúnebre de la familia Loyola y recién el martes, bajo el título “Son investigados dos homicidios”, los Massot dieron la noticia en veinte líneas. No informaron que eran delegados ni que habían osado enfrentarlos, apenas que “se desempeñaban en la sección talleres de este diario”.
Durante los siguientes 36 años, LNP no mencionó los crímenes. En julio, la Cámara Federal local confirmó ocho procesamientos por los asesinatos. El acusado de mayor jerarquía es el contraalmirante Manuel García Tallada, jefe del Estado Mayor que encabezaba Mendía. Lo acompañan los capitanes Guillermo Botto y Oscar Castro, y por liberar la zona el general Juan Manuel Bayón. De Prefectura están procesados Félix Cornelli y Francisco Martínez Loydi, firmantes del informe del raleo, y sus subordinados Néstor Alberto Nogués y Luis Angel Bustos. El último fue reconocido en el secuestro de Gerardo Carcedo, un ex concejal del Frejuli que también generaba dolores de cabeza a los Massot y que antes de desaparecer fue visto en el centro clandestino de Mendía, en la base Baterías. La noticia de los procesamientos no apareció todavía en las páginas de La Nueva Provincia.
UNA ADVERTENCIA EN EL AñO 1982
Denuncia temprana
Por Diego Martínez
Las pruebas de la relación de los Massot con militares, marinos, prefectos y policías abocados a exterminar a quienes el diario todavía llama “subversivos” son más abundantes de lo que pudieron ver durante los últimos catorce meses los jueces Jorge Ferro, José Triputti y Martín Bava. “Diana Julio de Massot tuvo participación activa en la confección de listas de la muerte en la época del general Adel Vilas” (segundo comandante del Cuerpo V en 1976), denunciaron en 1982 dirigentes radicales exiliados en París. El artículo se tituló “El odio contra el pueblo de un diario extremista.
La Nueva Provincia alabó hasta el cansancio a Vilas, pionero de los campos de concentración en Tucumán en 1975 e impulsor de un juicio por “infiltración ideológica marxista” en la Universidad Nacional del Sur. Por la cercanía a la base de Puerto Belgrano y por relaciones familiares, sin embargo, la relación de Diana Julio e hijos fue más íntima con la Armada. El 17 de septiembre de 1955, un día después del golpe que derrocó a Perón, el autodenominado “Comando Naval Revolucionario” designó a Federico Ezequiel Massot como interventor del diario que había heredado su esposa Diana, nieta del fundador. El capitán de fragata Raúl González Vergara, a cargo de la Aviación Naval que bombardeó Buenos Aires, comenzó entonces las gestiones para que su amigo fuera reintegrado al cuerpo diplomático. Perón había declarado cesante a Massot en mayo de 1952 por las deudas personales que contrajo como encargado de negocios en Manila, Filipinas, donde un mes antes había nacido su hijo Vicente, actual director. Como cartas de presentación para poder retornar al servicio exterior, Massot padre ofreció a dos marinos de la familia: su cuñado Alberto Antonini y su primo Juan Carlos Argerich, el capitán que al frente de 250 infantes de marina rodeó la Casa Rosada para tomarla luego del bombardeo. El lobby rindió frutos no sólo para Federico, que se convirtió en encargado de prensa de la embajada en Londres, sino también para su padre homónimo, un traductor y profesor de secundario a quien Aramburu designó en 1956 como cónsul general en Gotemburgo, Suecia.
Fuente: Pagina 12
TRIBUNA DE DOCTRINA
Por Diego Martínez
Un tribunal de Bahía Blanca ordenó investigar a los directivos de La Nueva Provincia, que encubría los fusilamientos y daba cobertura a los grupos de tareas. Cómo era la relación del diario con la dictadura. La publicación de documentos de los servicios de inteligencia. El papel de su actual director, Vicente Massot
LA RELACION DEL DIARIO LA NUEVA PROVINCIA CON LA DICTADURA MILITAR
El turno de investigar la complicidad periodística
El fallo que el miércoles pasado ordenó investigar a los directivos del diario de Bahía Blanca pone el foco sobre los vínculos mediáticos de la represión ilegal. Aquí, un informe sobre la manera en que actuaba ese medio y sus relaciones con los militares.
La publicación de un croquis inventado por servicios de inteligencia.
Por Diego Martínez
Por Diego Martínez
El director del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Vicente Massot, será investigado por la Justicia por su actuación durante el terrorismo de Estado. A partir de los comunicados sobre “supuestos enfrentamientos militares con presuntos elementos subversivos” que el diario complementaba con croquis inventados por especialistas en acción psicológica del Destacamento de Inteligencia 181 y fotos de las víctimas robadas de sus casas, el Tribunal Oral Federal que acaba de condenar al primer grupo de represores del ex Cuerpo V de Ejército ordenó que se investiguen posibles “delitos de acción pública” de “los directivos de dicho órgano de prensa”, que hasta su muerte en 2009 condujo Diana Julio de Massot. Su hijo Vicente, que en plena dictadura visitaba la ESMA e integraba junto con su hermano Federico el núcleo duro que conducía el diario, fue el secretario de Asuntos Militares del menemismo, que debió renunciar luego de hacer una apología pública de la tortura. El empresario también está en la mira de la Justicia por los asesinatos de Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, ex delegados de los trabajadores del diario, secuestrados, torturados y ejecutados en 1976. En un documento de inteligencia de Prefectura sobre “guerrilla sindical” en La Nueva Provincia, consta que los directivos del diario documentaban cada paso de los delegados ante “los comandos militares y navales de la zona”. Por los crímenes de ambos obreros gráficos ya hay ocho marinos y prefectos con procesamiento firme.
Violencia ordenadora
El rol del diario en los’70 es más conocido. Ante “la cruda realidad electoral del país” (LNP 18.3.73) que para su antiperonismo visceral significaba el retorno del justicialismo, los Massot reclamaron a las Fuerzas Armadas que impidieran la asunción de Héctor Cámpora. “¿Qué esperan nuestros hombres de armas para reconocer que la Argentina vive un clima de guerra interna y para proceder en consecuencia sin contemplaciones ni concesiones?”, pidieron a gritos (LNP 2.5.73). El editorial fue citado por el fiscal federal Abel Córdoba al iniciar su alegato para describir “el sórdido contexto local del terrorismo de Estado”. El 24 de marzo de 1976, con el título “Llegó el momento”, La Nueva Provincia pidió “abandonar el profesionalismo aséptico y establecer la primera y fundamental distinción de una política revolucionaria: la del amigo-enemigo”. “A la violencia destructora y asesina es necesario responderle con una violencia ordenadora”, propusieron.
La “violencia ordenadora” de las Fuerzas Armadas había comenzado en realidad un año antes y contaba con la aprobación del diario bahiense. En mayo de 1975, cuando en teoría los marinos estaban en los cuarteles y las ejecuciones las firmaba la Triple A, Massera declaró en Puerto Belgrano que “la Armada vive en guerra y participa con energía y decisión clásicas de su patrimonio histórico”. El almirante que derrocaría a Isabel Perón habló de su “vocación democrática”, pero diferenció a “los subversivos” y dijo que la Armada estaba “segura en fuerza y en derechos para enfrentarlos y destruirlos”. Los Massot elogiaron sus palabras como “una de las más claras y precisas manifestaciones castrenses sobre el sentido del proceso que el país protagoniza”, en tiempo presente (LNP 17.5.75).
La relación de Diana Julio no era con Massera sino con el vicealmirante Luis María Mendía, comandante de Operaciones Navales, a quien recibía “en horas nocturnas” en su despacho, según escribió en su libro el ex capitán Adolfo Scilingo. “Esa mujer venía a Puerto Belgrano directamente a incitar a Mendía a tomar el poder, a embalarlo”, recuerda un viejo marino, cercano entonces a Mendía: “Usaba palabras fuertes, hablaba de falta de hombría”. “Cagones”, le decía a Scilingo otro hijo de la directora, Federico Massot, ya fallecido. “Son unos cagones, tenemos generales, almirantes y brigadieres de papel, no se animan a fusilar”, renegaba. “Combaten la subversión sin firmar la sentencia de los muertos, eso traerá problemas futuros”, advertía.
Un editorial publicado a setenta días del golpe sugiere que los Massot mantenían aún la esperanza sobre algún margen de legalidad. Bajo el título “El rigor de la justicia ante la delincuencia subversiva”, informaron que “funcionan en el país consejos de guerra”, que en promedio dictaban penas de cinco años de prisión, advirtieron sobre la inutilidad de una ley “generosa y muy poco ejemplificadora” y manifestaron su “singular interés (en) el nuevo criterio de ‘justicia revolucionaria’ que estudia el gobierno nacional” (LNP 3.6.76). La acusación de “cagones” que escuchó Scilingo es probablemente de las semanas que siguieron. En junio, el diario llegó a publicar noticias de secuestros con el sello de los grupos de tareas: primero dos jóvenes secuestradas por ocho hombres armados en tres autos de civil (LNP 11.6.76), después la liberación de una mujer que estuvo secuestrada, vendada, encapuchada y esposada durante cuatro días (LNP 18.6.76). El 24, el Cuerpo V asesinó a Mónica Morán, secuestrada once días antes, y armó “un operativo de acción psicológica”, según confirmó Vilas en 1987, para simular que “Cinco extremistas fueron abatidos en Bahía Blanca”, como tituló el diario (LNP 25.6.76).
Fue luego de ese cobarde fusilamiento de una militante del PRT que La Nueva Provincia pidió por escrito un cambio de rumbo. “Se trata de saber, ahora, si las Fuerzas Armadas están preparadas para asumir la responsabilidad de aquellas medidas urgentes que deben tomarse ya, porque una sociedad harta de desorden y falta de autoridad, pero, sobre todo, sin vocación de suicidio, así lo exige: juicios sumarios, pena de muerte dictada por autoridades militares, toque de queda y patrullaje militar en todo el país”, plantearon (LNP 6.7.76). La propuesta, sin embargo, “fue descartada por impracticable”, explicó Vicente Massot en su libro Matar y morir. La violencia política en la Argentina (1806-1980). “¿Cómo justificar miles de fusilamientos ante el clamor que tal práctica levantaría en el mundo?”, escribió comprensivo.
“Destino inevitable: la muerte”
Haber advertido a tiempo el costo de fusilar por la espalda y hacer desaparecer a miles de personas no les resultó contradictorio con la difusión militante de los comunicados que el V Cuerpo elaboraba para sembrar terror y disfrazar de tiroteos las ejecuciones de militantes destruidos en las mesas de tortura.
La Nueva Provincia no se limitó a difundir partes oficiales. Por lo general acompañó los relatos fabricados por la sección Actividades Psicológicas Secretas del Destacamento de Inteligencia 181 con las fotos de las víctimas, obtenidas cuando saqueaban sus casas y las de sus familias. En algún caso adornaron sus páginas con croquis inventados sobre movimientos de supuestos soldados que en la práctica fusilaban sin riesgo. En el que ilustra esta nota se detalla el “lugar de cita” de cuatro “elementos subversivos” cercados por “fuerzas legales” pese a que llevaban meses secuestrados en La Escuelita. El fiscal Córdoba pidió el año pasado allanar el archivo de La Nueva Provincia, entre otras razones para recuperar esas fotos que los militares destruyeron y sus cómplices civiles podían tener a buen resguardo, pero ni el entonces juez Alcindo Alvarez Canale ni el juez ad hoc Eduardo Tentoni se animaron a avanzar con el diario bahiense.
En septiembre, internalizado ya el método Vilas de publicitar ejecuciones como enfrentamientos, La Nueva Provincia fue un paso más lejos que el resto de la prensa condescendiente con la dictadura y dejó en claro que manejaba más información de la que se difundía oficialmente. Durante cuatro días, del 27 al 30, ofreció a sus lectores “una breve radiografía del enemigo en Bahía Blanca, en todo el sur del territorio bonaerense y la Patagonia”. La serie de notas sin firma pero con el sello de los Massot se tituló “¿Qué pasa en Bahía Blanca? Radiografía de la subversión”. El material “está extraído de la realidad”, aclararon, sin precisar fuentes. “Bahía Blanca es zona de montoneros”, afirmaron. “Es posible que los continuos éxitos de la acción militar (sic) hagan pensar que la amenaza subversiva se está debilitando. Y ése el error: un enemigo deja de serlo sólo cuando está derrotado total y definitivamente”, advirtieron. “No es extraño que las fuerzas militares encuentren, durante los procedimientos que realizan, libretas y apuntes con detalles de la rutina diaria de profesores, empresarios, profesionales, alumnos y militares”, publicaron, sin ocultar que manejaban información de primera mano.
En la tercera nota dieron a conocer los supuestos cargos de militantes que acababan de ser fusilados e hicieron propias las falacias que difundía el Ejército. Sobre Pablo Fornasari, ejecutado luego de dos meses en cautiverio, apuntaron que fue “abatido por el Ejército en el enfrentamiento de calle Catriel”. Sobre José Luis Peralta, secuestrado a principios de agosto en Mar del Plata, trasladado a Bahía y acribillado, escribieron que fue “muerto en la emboscada que le tendieron las armas de la Patria”, con mayúscula. “Acciones esporádicas que contribuyen a crear la idea de ‘una presencia’ y la preparación de combatientes en actos menores –una bomba, un ataque a una empresa, una pintada de paredes– constituyen sus líneas de actuación por el momento”, precisaron. “Estos anónimos que colocan bombas y distribuyen panfletos están solos y sólo tienen en común con aquel guerrillero (en referencia al Che Guevara) su destino inevitable: la muerte”, celebraron por anticipado.
Encubrir el genocidio no implicó para los Massot ninguna contradicción con el rol del periodismo y su función de garantizar el derecho a la información de la sociedad. En la Argentina “existe libertad de prensa”, aseguró Federico Massot en octubre de 1976 durante la asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). “No hay problema para informar, opinar y criticar al gobierno”, dijo. “Lo único que no podemos publicar son las acciones contra el terrorismo”, pidió comprensión (SIP: debate por la prensa argentina. La Nación 12-10-76). Cuatro días después de que Rodolfo Walsh difundiera su Carta Abierta a la Junta Militar, que en su primera línea denuncia “la censura de prensa”, Vicente Massot la justificó en otra asamblea de la SIP en Cartagena de Indias. “Al enfrentar la Argentina ‘la escalada del marxismo internacional’ es lógico que sus autoridades se vean obligadas a tomar decisiones ‘lesivas respecto de determinadas libertades’, en salvaguarda de la integridad de la Nación”, fueron sus palabras (Reclama la SIP por la libertad de expresión. La Prensa, 30.-3-77). Después de distribuir su Carta Abierta, Walsh cayó acribillado por una patota de la ESMA. Después de intentar justificar su silencio ante el genocidio, Vicente Massot visitaba al director de la ESMA, almirante Rubén Jacinto Chamorro, en la planta baja del Casino de Oficiales por el que pasaron miles de secuestrados. El dato lo publicó el periodista Horacio Verbitsky en su libro El Vuelo y la fuente fue el propio Scilingo, que conocía a toda la familia Massot.
Notas y titulares de La Nueva Provincia se hacían eco y daban cobertura a los fusilamientos de los grupos de tareas.
LOS TRABAJADORES DE LNP FUSILADOS
Delegados “raleados”
Por Diego Martínez
El 6 de diciembre de 1975, cuando Prefectura de Zona del Atlántico escribió el borrador del “Estudio sobre el diario La Nueva Provincia (guerrilla sindical)”, Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola encabezaban la lista de “personal a SER RALEADO DE UN MEDIO DE DIFUSION FUNDAMENTAL” para la dictadura. Ralear a los delegados del diario era una “efectiva acción ‘contrarrevolucionaria’” tendiente a “sanear los medios preferidos por la revolución mundial para su labor de infiltración, subversión cultural y posterior victoria”. Prefectura era el “ojo y vida” del Comando de Operaciones Navales en Bahía Blanca, escribió su jefe de inteligencia, capitán Juan Iglesias. El comandante era el vicealmirante Luis María Mendía, el hombre a quien la directora del diario, Diana Julio de Massot, recibía por las noches en su despacho, según escribió Adolfo Scilingo. La señora sentía repulsión por los dirigentes del Sindicato de Artes Gráficas, que en agosto impidieron la salida del diario durante tres semanas para exigir la aplicación de un franco cada cuatro días. El día que LNP reapareció, su directora denunció la “labor disociadora” de los delegados, los equiparó con “la infiltración más radicalizada” e ironizó que por los fueros creían ser “una nueva raza invulnerable de por vida”.
El 22 de marzo de 1976, Prefectura elevó el informe al Servicio de Inteligencia y a Mendía. Dos días después, cuando el golpe de Estado era un hecho, Diana Julio y su hijo Vicente Massot fueron con una bandera argentina a provocar a la imprenta: “¿A qué no hacen huelga ahora?”. La “acción contrarrevolucionaria” se concretó el 30 de junio. Al atardecer, un grupo de hombres se instaló en la casa de Loyola. Lo esperaron hasta las cuatro de la mañana. “Algunos usaban guantes y todos, por su manera de expresarse denotaban cierta cultura”, declararía la mujer de Loyola. Los hombres cultos maniataron y vendaron a familiares y amigos y les inyectaron somníferos, igual que en la ESMA antes de los traslados. Cuando tuvieron a Loyola fueron a secuestrar a Heinrich.
La noticia de los secuestros trascendió entre los trabajadores de LNP pero no apareció en sus páginas. El domingo 4 de julio aparecieron los cadáveres. Estaban maniatados por la espalda, torturados y acribillados. Los rodeaban 52 vainas calibre 9 mm. El lunes se publicó un aviso fúnebre de la familia Loyola y recién el martes, bajo el título “Son investigados dos homicidios”, los Massot dieron la noticia en veinte líneas. No informaron que eran delegados ni que habían osado enfrentarlos, apenas que “se desempeñaban en la sección talleres de este diario”.
Durante los siguientes 36 años, LNP no mencionó los crímenes. En julio, la Cámara Federal local confirmó ocho procesamientos por los asesinatos. El acusado de mayor jerarquía es el contraalmirante Manuel García Tallada, jefe del Estado Mayor que encabezaba Mendía. Lo acompañan los capitanes Guillermo Botto y Oscar Castro, y por liberar la zona el general Juan Manuel Bayón. De Prefectura están procesados Félix Cornelli y Francisco Martínez Loydi, firmantes del informe del raleo, y sus subordinados Néstor Alberto Nogués y Luis Angel Bustos. El último fue reconocido en el secuestro de Gerardo Carcedo, un ex concejal del Frejuli que también generaba dolores de cabeza a los Massot y que antes de desaparecer fue visto en el centro clandestino de Mendía, en la base Baterías. La noticia de los procesamientos no apareció todavía en las páginas de La Nueva Provincia.
UNA ADVERTENCIA EN EL AñO 1982
Denuncia temprana
Por Diego Martínez
Las pruebas de la relación de los Massot con militares, marinos, prefectos y policías abocados a exterminar a quienes el diario todavía llama “subversivos” son más abundantes de lo que pudieron ver durante los últimos catorce meses los jueces Jorge Ferro, José Triputti y Martín Bava. “Diana Julio de Massot tuvo participación activa en la confección de listas de la muerte en la época del general Adel Vilas” (segundo comandante del Cuerpo V en 1976), denunciaron en 1982 dirigentes radicales exiliados en París. El artículo se tituló “El odio contra el pueblo de un diario extremista.
Un caso de patología”, se ilustró con un periodista que se amordaza mientras teclea en su máquina de escribir, y apareció en La República, “órgano de la oficina internacional de exiliados del radicalismo argentino”. “El diario La Nueva Provincia clama sangre”, advertía. “Todos los días con notable dinamismo (la directora) da indicaciones a sus plumíferos de nuevos nombres que hay que denunciar como blanco de la represión. Son para ella enemigos que se han escapado del fuego purificador de la inquisición del Proceso, gente a la que hay que borrar o silenciar de alguna manera”, explicaba la nota.
La Nueva Provincia alabó hasta el cansancio a Vilas, pionero de los campos de concentración en Tucumán en 1975 e impulsor de un juicio por “infiltración ideológica marxista” en la Universidad Nacional del Sur. Por la cercanía a la base de Puerto Belgrano y por relaciones familiares, sin embargo, la relación de Diana Julio e hijos fue más íntima con la Armada. El 17 de septiembre de 1955, un día después del golpe que derrocó a Perón, el autodenominado “Comando Naval Revolucionario” designó a Federico Ezequiel Massot como interventor del diario que había heredado su esposa Diana, nieta del fundador. El capitán de fragata Raúl González Vergara, a cargo de la Aviación Naval que bombardeó Buenos Aires, comenzó entonces las gestiones para que su amigo fuera reintegrado al cuerpo diplomático. Perón había declarado cesante a Massot en mayo de 1952 por las deudas personales que contrajo como encargado de negocios en Manila, Filipinas, donde un mes antes había nacido su hijo Vicente, actual director. Como cartas de presentación para poder retornar al servicio exterior, Massot padre ofreció a dos marinos de la familia: su cuñado Alberto Antonini y su primo Juan Carlos Argerich, el capitán que al frente de 250 infantes de marina rodeó la Casa Rosada para tomarla luego del bombardeo. El lobby rindió frutos no sólo para Federico, que se convirtió en encargado de prensa de la embajada en Londres, sino también para su padre homónimo, un traductor y profesor de secundario a quien Aramburu designó en 1956 como cónsul general en Gotemburgo, Suecia.
Fuente: Pagina 12
domingo, 16 de septiembre de 2012
Los chicos que perdieron la vida en la NOCHE DE LOS LÁPICES
El recuerdo a los chicos y chicas de la Noche de los Lápices
DANIEL ALBERTO RACERO, "Calibre", 18 años.
Hijo de un suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde pibe como mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió: "Encontré una trinchera para luchar por una causa justa". Realizó labores de vacunación, recuperación de viviendas y apoyo escolar en barrios pobres y participó de la conquista del BES (Boleto Escolar Secundario). Secuestrado en la casa de Horacio Ungaro el 16/09/76 fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
MARIA CLAUDIA FALCONE, 16 años
Hija de un ex intendente peronista de La Plata, se sumó a la UES a poco de ingresar a Bellas Artes. Después del 73 participó en tareas de apoyo escolar y de sanidad en barrios pobres de La Plata. En el 75 participó activamente en la campaña por el boleto estudiantil. Secuestrada 16/09/76 en la casa de su abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield
MARIA CLARA CIOCCHINI, 18 años
Alumna de colegios católicos, participó del scoutismo parroquial y en la UES de Bahía Blanca. Debido a los crímenes de la Triple A y la CNU en esa ciudad, a fines del 75 se mudó a La Plata donde se inscribió en Bella Artes y se fue vivir a la casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16/09/76. Fue vista en Arana y Pozo de Banfield.
. FRANCISO LOPEZ MUNTANER, "Panchito", 16 años.
Hijo de trabajador petrolero peronista preso durante el Plan Conintes que en el 73 se alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente familiar: era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios humildes y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
CLAUDIO DE ACHA, 17 años.
Sus padres eran trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora participó de la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las manifestaciones por el BES. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
HORACIO UNGARO, 17 años.
De familia comunista, en el 74 rompió la tradición familiar y se sumó a la UES del Normal N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa ubicada detrás del hipódromo platense. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
DANIEL ALBERTO RACERO, "Calibre", 18 años.
Hijo de un suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde pibe como mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió: "Encontré una trinchera para luchar por una causa justa". Realizó labores de vacunación, recuperación de viviendas y apoyo escolar en barrios pobres y participó de la conquista del BES (Boleto Escolar Secundario). Secuestrado en la casa de Horacio Ungaro el 16/09/76 fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
MARIA CLAUDIA FALCONE, 16 años
Hija de un ex intendente peronista de La Plata, se sumó a la UES a poco de ingresar a Bellas Artes. Después del 73 participó en tareas de apoyo escolar y de sanidad en barrios pobres de La Plata. En el 75 participó activamente en la campaña por el boleto estudiantil. Secuestrada 16/09/76 en la casa de su abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield
MARIA CLARA CIOCCHINI, 18 años
Alumna de colegios católicos, participó del scoutismo parroquial y en la UES de Bahía Blanca. Debido a los crímenes de la Triple A y la CNU en esa ciudad, a fines del 75 se mudó a La Plata donde se inscribió en Bella Artes y se fue vivir a la casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16/09/76. Fue vista en Arana y Pozo de Banfield.
. FRANCISO LOPEZ MUNTANER, "Panchito", 16 años.
Hijo de trabajador petrolero peronista preso durante el Plan Conintes que en el 73 se alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente familiar: era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios humildes y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
CLAUDIO DE ACHA, 17 años.
Sus padres eran trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora participó de la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las manifestaciones por el BES. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
HORACIO UNGARO, 17 años.
De familia comunista, en el 74 rompió la tradición familiar y se sumó a la UES del Normal N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa ubicada detrás del hipódromo platense. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Homenaje a los trabajadores víctimas de los cómplices civiles de la dictadura
RENDIMOS HOMENAJE Y MEMORIA A LA LUCHA DE LOS COMPAÑEROS:
Agnolli Nillo “Oveja”- Bedia Alberto Luis- Calogerópulos Ramón Demetrio- Culzoni Armando- Martínez Manuel Ignacio- Moreno Raúl Aroldo- Bordisso Oscar Orlando (Haroldo)- Gómez “Oso” Jorge Rubén- Amarilla José Ramón- Fateche Carlos José- Ingenieros Enrique Roberto- Márquez Alberto Federico- Medina Pablo León- Rendich Néstor Miguel-Guerrero Ricardo Víctor- Gimenez Luis Fructuoso-Torrente Juan José-Gordillo Pascual-Villaverde Antonio Nicolás (Oscar)- Gómez “Indio” Enzo Raúl- Nebulosi Afenori, Mario Alberto- Rodríguez Carlos María- Fernández Darío Ceferino- García Pedro- Harriague, Nelson Bautista- Tealdi Luis Alberto- Caprioli Roberto Osvaldo- Gómez Romualdo Omar- Ramat Díaz Raúl “Rulo”- Dos Santos Lescano Hilario- De la Fuente Jorge Luis - Monteiro Antonio Augusto- Multrazzi Pugliese José Alberto- Cordero Juan Carlos (Oveja)- Cevasco Roberto Eduardo,
Agnolli Nillo “Oveja”- Bedia Alberto Luis- Calogerópulos Ramón Demetrio- Culzoni Armando- Martínez Manuel Ignacio- Moreno Raúl Aroldo- Bordisso Oscar Orlando (Haroldo)- Gómez “Oso” Jorge Rubén- Amarilla José Ramón- Fateche Carlos José- Ingenieros Enrique Roberto- Márquez Alberto Federico- Medina Pablo León- Rendich Néstor Miguel-Guerrero Ricardo Víctor- Gimenez Luis Fructuoso-Torrente Juan José-Gordillo Pascual-Villaverde Antonio Nicolás (Oscar)- Gómez “Indio” Enzo Raúl- Nebulosi Afenori, Mario Alberto- Rodríguez Carlos María- Fernández Darío Ceferino- García Pedro- Harriague, Nelson Bautista- Tealdi Luis Alberto- Caprioli Roberto Osvaldo- Gómez Romualdo Omar- Ramat Díaz Raúl “Rulo”- Dos Santos Lescano Hilario- De la Fuente Jorge Luis - Monteiro Antonio Augusto- Multrazzi Pugliese José Alberto- Cordero Juan Carlos (Oveja)- Cevasco Roberto Eduardo,
TRABAJADORES DE DALMINE-SIDERCA (GRUPO TECHINT), QUE FIELES A SUS CONVICCIONES EN UN PROYECTO DE PAIS JUSTO, LIBRE Y SOLIDARIO SE ORGANIZARON Y LUCHARON POR UNA INDUSTRIA NACIONAL Y POPULAR SIN EXPLOTADOS NI EXPLOTADORES.
POR TAL MOTIVO, FUERON DETENIDOS Y DESAPARECIDOS.
FUERON DENUNCIADOS Y ENTREGADOS POR ESTE GRUPO EMPRESARIO, QUE AL IGUAL QUE OTROS GRUPOS ECONOMICOS, SE BENEFICIARON CON EL TERRORISMO DE ESTADO.
POR ELLOS PEDIMOS JUICIO, CASTIGO Y CARCEL COMUN A TODOS LOS RESPONSABLES: UNA RESPONSABILIDAD QUE ES MILITAR – POLICIAL - CIVIL- EMPRESARIAL Y ECLESIASTICA.
viernes, 17 de agosto de 2012
Causa 2047 “Embarazadas”
Caso 83
Oscar Rómulo Gutiérrez Sesarego y Liliana Isabel Acuña (embarazada)
Oscar Rómulo Gutiérrez Sesarego y Liliana Isabel Acuña –embarazada-, fueron privados de la libertad, el día 26 de agosto de 1976 a las 06:30 horas, en el domicilio ubicado en la calle Rincón n° 2450 de Ramos Mejía, partido de La Matanza por un grupo de 12 hombres vestidos de civil que portaban armas largas, y se movilizaban en tres automóviles. Posteriormente, habrían sido alojados en el sótano de la comisaría de San Isidro 4ta. –Las Barrancas-; provenientes desde otro ámbito con evidentes signos de haber sido sometidos a torturas, desconociendo hasta el día de la fecha, el paradero de los nombrados.
Oscar Rómulo: “Felipe”. Nacido en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, el 17 de abril de 1951. Hizo primaria y secundaria en el Colegio Don Bosco de su ciudad natal. Estudio en la Facultad de Filosofía y Letras y en Sociología. Trabajó en la empresa metalúrgica Santa Rosa de Capital Federal.
Liliana Isabel: “Isa”. “Isabelita”. Nacida en la ciudad de Buenos Aires, el 30 de mayo de 1952. Embarazada de 5 meses fue secuestrada, en la madrugada del 26 de agosto de 1976 en San Justo, provincia de Buenos Aires, junto a su pareja Oscar. Dio a luz en cautiverio. Se robaron su hijo. Vista en la comisaría 4ª de San Isidro y en el CCD Pozo de Banfield. Ambos fueron militantes de Montoneros
Hijo/a de Liliana Isabel ACUÑA y Oscar Rómulo GUTIERREZ, NACIÓ ENTRE DICIEMBRE DE 1976 Y ENERO DE 1977
Fuentes
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php http://www.robertobaschetti.com/biografia/29.html
http://www.derhuman.jus.gov.ar/anm/ListadoA_N.pdf
http://noperdonamos.blogspot.com.ar/2008/01/nios-nacidos-o-que-debieron-nacer.html
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Caso 82
DUARTE de ARANDA, María Eva (emb.) y ARANDA, Alberto Samuel”
María Eva Duarte –embarazada- fue privada de su libertad el día 9 de septiembre de 1977 entre las 19:30 y las 20:00 horas, en su domicilio sito en la calle Gregorio Marañon n° 2880 de Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires, por un grupo armado de personas vestidas de civil, que se trasladaban en tres vehículos –dos blancos y uno verde- y que se identificaron como policías. Sus dos hijos –Lorena, de dos años y Alejandro de siete meses- fueron entregados al cuidado de los vecinos.
Alberto Samuel Aranda fue privado de su libertad ese mismo día, por el mismo grupo de persona, cuando descendió del colectivo al regreso de su trabajo, ya que se encontraba detenido dentro de un vehículo cuando fueron a buscar a María Eva Duarte.
Duarte fue vista dentro de la guarnición militar de Campo de Mayo y hasta la fecha ambas personas se encuentran desaparecidas.
María Eva nació el 20 de mayo de 1955 en Buenos Aires. Su familia la llamaba “Mary”. Alberto Samuel nació en la localidad de Frías, Santiago del Estero, el 16 de diciembre de 1953. En 1975 nació su primera hija, Silvana Lorena, y en 1977, Alejandro Demián. La pareja militaba en la organización Montoneros. A Alberto sus compañeros lo llamaban “Ref” o “Refu” y “El Flaco”. María Eva estaba embarazada de dos meses cuando la secuestraron. Según informaciones obtenidas por la familia, dio a luz un niño entre abril y mayo de 1978 en Campo de Mayo.
La pareja y el niño que nació en cautiverio continúan desaparecidos.
Fuentes:
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
http://www.robertobaschetti.com/biografia/d/161.html
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Caso 248
“ARDITO, Nélida Beatriz, Nélida Beatriz Ardito y Susana Stritzler (embarazada)
. Atlántida Coma de Ardito . Roberto Ardito .
*) Atlántida Coma de Ardito y Roberto Ardito fueron privados de la libertad, el día 13 de octubre de 1976, a las 04:00 horas, en el domicilio de la calle Junín n° 340, piso 2º, departamento “D” de Capital Federal, por un grupo armado de personas vestidas de civil, que se identificó como personal de la Policía Federal. En ese procedimiento, esas personas sustrajeron dos títulos de propiedad, un reloj de oro, una radio y otros objetos de valor. No existen constancias de las víctimas que hayan recuperado la libertad.
**) Nélida Beatriz Ardito fue privada de la libertad, el día 13 de octubre de 1976 a las tres de la mañana, en su domicilio de la calle Moreno n° 2906, piso 3º, departamento “B” de Capital Federal, por un grupo de personas vestidas de civil armadas, que se identificaron como policías.
En ese procedimiento, se encontraban presentes sus tías de nombre Elvira y Adonina Matilde Calvo, quienes se hallaban en el inmueble en una habitación contigua, habiendo escuchado gritos de su sobrina -Nélida Beatriz-, a raíz de malos tratos sufridos. Hasta la fecha se encuentra desaparecida.
Roberto Ardito fue visto por Eduardo Cagnolo en cautiverio en uno de los centros clandestinos de detención ubicado dentro de la Guarnición Militar de Campo de Mayo, y junto a él, se hallaban Atlántida Coma y Nélida Beatriz Ardito.
***) Susana Stritzler –embarazada-, fue privada de la libertad, en el inmueble sito en la calle Wilde n° 3335 de Boulogne, Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, el día 21 de diciembre de 1976, entre las 16:00 y 18:00 horas, por un grupo de personas vestidas de civil armados. Se desconoce su paradero. Stritzler fue vista en uno de los centros clandestinos de detención ubicado en la Guarnición Militar de Campo de Mayo por Griselda Fernández González.
Roberto y Atlántida estaban casados. Roberto era ingeniero electrónico. Trabajaba en la Comisión Nacional de Energía Atómica, era miembro del grupo de asistencia técnica del sincrociclotron. Tenía 33 años y era hijo de españoles. Atlántida tenía 39 años, era española y había nacido en Barcelona el 22/07/37. Trabajaba como secretaria en Unifrance Films .
La pareja fue secuestrada de su domicilio en Capital, estaban con sus hijas de 9 y 11 años de edad. Las llevaron a ellas a la casa de la madre de Atlántida, y se llevaron a la pareja a un C.C.D. Los dos fueron vistos en el C.C.D. Campo de Mayo en noviembre de 1976.
La hermana de Roberto, Nélida Beatriz, también fue detenida-desaparecida el mismo día
Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/a/arditor/
Nélida Beatriz Ardito
Detenida desaparecida 13/10/76 Tenía 36 años
Beatriz era hija de españoles. Era Profesora de Ciencias de la Educación, docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. El 12 de octubre de 1976, a las 3 de la mañana, hombres de civil irrumpieron en el departamento de Beatriz, ubicado en 3º B de Moreno 2906, gritando de que eran de la Policía Federal. Encerraron a sus tías en una pieza, y se llevaron a Beatriz diciendo que era por “averiguación de antecedentes”. Revolvieron toda la casa, y se llevaron documentos, libros y objetos de valor.
Ese mismo día su hermano Roberto, y su cuñada fueron detenidos-desaparecidos.
Los tres fueron vistos en Campo de Mayo en noviembre de 1976. Al declarar ante la CONADEP en 1984 el ex suboficial de inteligencia del Ejército Andrés Francisco Valdez dijo que en diciembre de 1976 la maestra Ardito fue llevada a la Delegación Avellaneda de la Policía Federal. Valdez discutió con uno de los policías bonaerenses del equipo personal del general Ramón Camps, el subcomisario Eros Tarela, acerca de quién debía interrogarla. Tarela se cansó de la discusión, sacó su arma y disparó sobre la maestra.
Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/a/arditor/
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Susana Stritzler –embarazada
Nacida en la ciudad de Buenos Aires el 26 de febrero de 1957. Militante montonera. Embarazada de 8 meses fue secuestrada y llevada a Campo de Mayo, cuando el 21 de diciembre de 1976, fuerzas represivas atacaron el domicilio de Boulogne, provincia de Buenos Aires, donde vivía con su pareja, Carlos Armando Castro, quien fue herido de muerte en la puerta de su casa al resistir el allanamiento. En el CCD “El Campito” para enero de 1977, Susana tuvo un varón que llamó Carlos, pero que nunca fue entregado a sus familiares.
Fuentes
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
http://www.robertobaschetti.com/biografia/s/216.html
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Caso 49
“LANZILOTTO de MENA, Ana María (embarazada) y MENA, Domingo y otros”:
Ana María Lanzilotto de Menna –embarazada- y Domingo Menna, fueron privados de la libertad el día 19 de julio de 1976, aproximadamente a las 14:30 horas, en su vivienda sita en la calle Venezuela 3145, Torre “A” de Villa Martelli, Partido de Vicente López, Provincia de Buenos Aires, -en el marco de un operativo antisubversivo- efectuado por fuerzas conjuntas -militares y policiales-. Luego fueron vistos en uno de los centros clandestinos de detención de Campo de Mayo, donde habrían sido interrogados y Domingo Menna fue torturado. No existen constancias de que hayan recuperado la libertad.
Ana María nació el 22 de abril de 1947 en La Rioja. Su familia la llamaba “Ani”. Domingo nació en Casalanguida, Italia, el 1° de marzo de 1947. En 1974 nació su primer hijo, Ramiro. Ambos militaban en el PRT-ERP. Sus compañeros la llamaban “La Ani” y a él “El Gringo” o “Nicolás”. La pareja fue secuestrada el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires. La joven estaba embarazada de siete u ocho meses. Por testimonios de sobrevivientes se supo que ambos estuvieron detenidos en Campo de Mayo y que el embarazo de Ani llegó a término. La joven fue vista también en CCD “El Vesubio”.
La pareja y el/la niño/a que nació en cautiverio permanecen desaparecidos.
Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
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Caso 42
“TISEIRA, Francisco Enrique; BENAVIDEZ, Norma Argentina, VISUARA, Julio; ALVAREZ, Marta Graciela (emb) y MENA, Francisco Hugo”
Francisco Tiseira, Norma Argentina Benavides, Julio Visuara, Francisco Hugo Menna y Marta Graciela Álvarez –embarazada-, fueron privados de la libertad el día 19 de abril de 1976, a las 23:00 horas aproximadamente, en la vivienda ubicada en la calle Haití y Los Herreros de la localidad de Tortuguitas, Provincia de Buenos Aires, por un grupo de entre cinco o seis personas vestidas de civil fuertemente armadas, que se identificaron como policías, quienes se desplazaban en cuatro vehículos particulares, siendo uno de ellos, un rodado marca Fiat. Una vez dentro de la finca, los interrogaron mediante golpes hasta que fueron trasladados hasta uno de los centros clandestinos de detención de Campo de Mayo. En dicho centro de cautiverio, continuaron los interrogatorios y les aplicaron pasajes de corriente eléctrica.
Las muertes de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira, fueron como consecuencia de disparos de arma de fuego en la cabeza, ocurrida el día 6 de mayo de 1976, conforme surge de las actas de defunción de ambos.
Por otro lado, Tiseira recibió al menos cuatro disparos de proyectiles de arma de fuego (cráneo, vértebras cervicales, pelvis y miembros inferiores) –cfrme. fs. 371/372-.
Los restos óseos de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira fueron hallados en una fosa común del sector 134 del Cementerio Municipal de Avellaneda.
Se desconocen hasta el día de la fecha los paraderos de Norma Argentina Benavides y Julio Visura.
Francisco Enrique Tiseira
Secuestrado el 19/04/1976 y Asesinado el 06/05/1976. Tenía 29 años
Enrique tenía 29 años. Era esposo y padre. Fue detenido en su domicilio de Tortuguitas junto a otras cuatro personas.Fue visto en el C.C.D. Campo de Mayo.
Sus restos fueron identificados por el EAAF y finalmente enterrados por la familia.
Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/t/todos/tiseiraf.html
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Norma Argentina Benavides Julio Visuara .
Detenidos – Desaparecidos 19/04/1976
Julio Visuara: “Camilo”. 23 años. Secuestrado-desaparecido el 19 de abril de 1976 junto a su señora Norma Benavidez, en una vivienda de la localidad de Tortuguitas, Provincia de Bs. As., junto a Francisco Tiseira, , Francisco Hugo Menna y Marta Graciela Álvarez (embarazada).
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Marta nació el 28 de mayo de 1955 en la ciudad de Buenos Aires. Hugo nació el 9 de mayo de 1950 en la misma ciudad. Tuvieron a su primer hijo al que llamaron, Gastón Hugo. Ambos militaban en la organización Montoneros. Sus compañeros la llamaban “La Entrerriana” y a él “Negro Pelé”, “Pelé” o “Mariano”. Ambos fueron secuestrados el 19 de abril de 1976 en José C. Paz, zona norte del Gran Buenos Aires. La joven se encontraba embarazada de siete a nueve meses. Posiblemente ambos hayan permanecido detenidos en Campo de Mayo.
Una resolución de la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, del 26 de marzo de 2004, determinó que Hugo fue asesinado el 6 de mayo de 1976. Esto fue constatado a partir del acta de defunción y la comparación de huellas dactilares. Así pudo saberse que el joven fue inhumado como NN en una fosa común del cementerio de Avellaneda el 2 de junio de 1976.
En mayo de 2009, en el marco de la Iniciativa Latinoamericana de Identificación de Personas Desaparecidas llevada adelante por el EAAF, pudieron ser identificados los restos pertenecientes a Hugo Francisco Mena. Esto fue confirmado por la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, el 23 de julio de 2009.
La joven (*) y el/la niño/a que debió nacer en cautiverio continúan desaparecidos.
Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
(*)En la querella se informa que Los restos óseos de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira fueron hallados en una fosa común del sector 134 del Cementerio Municipal de Avellaneda
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Hugo Francisco Mena, Rubén Silva y Fernando Lagos
Los restos de Hugo Francisco Mena, Rubén Silva y Fernando Lagos, vecinos de Lanús desaparecidos durante la dictadura militar, fueron colocados este mediodía en el panteón “Memoria, Verdad y Justicia” del cementerio local, el único en todo el conurbano. De esta forma quedó inaugurado este sector en la necrópolis, en virtud de una ordenanza aprobada en por Concejo Deliberante, que junto a Héctor Olivestre fuesen hallados en una fosa común e identificados por el equipo de Equipo de Antropología Forense y restituidos a sus familiares. Gastón Mena –hijo de Hugo y Graciela Alvarez, quien fue secuestrada embarazada de ocho meses y tuvo a su hijo/a en cautiverio- se mostró muy “orgulloso” y destacó la importancia de que su padre “pueda estar junto a sus compañeros, en una bóveda colectiva que refleja tantos años de lucha de muchos por conocer la verdad”, tambien manifesto que “lo de hoy es uno de esos procesos lindos que se dan por los que venimos luchando desde hace tiempo, como esta bóveda, un lugar para la memoria y espero que esto sea un disparador para que todos los que están en distintos cementerios puedan estar aquí en esta bóveda junto a los compañeros que hoy fueron allí inhumados”. Pero aclaró que “también estamos en la búsqueda de Justicia y en lo personal de este hermano o hermana que se sabe nació el 29 de abril, a diez días del secuestro de mis padres, en el que pienso cada mañana que está en algún lado y que lo que más anhelo es poder encontrar pronto”. En la ceremonia participaron familiares, allegados y compañeros de los desaparecidos.
Cabe destacar, que Lanús es el único distrito de la región que cuenta con un sector por la “Memoria, Verdad y Justicia”.
Fuente http://desaparecidoslanus.blogspot.com.ar/
Gastón Mena hijo de desaparecidos de Lanús nos cuenta su historia
A 34 años de golpe más sangriento de la historia Argentina rescatamos la historia de Gastón Mena, hijo de Hugo Graciela Marta Álvarez y Hugo Francisco Mena, de quienes “no se olvida nunca”. Hace pocos días los restos de su padre fueron inhumados en el Panteón de los Desaparecidos en la ciudad de Lanús, gracias al Equipo Forense. Hugo nos resume su historia, que no es sólo suya, sino la de Argentina toda, habla de cómo descubrió su identidad y de cómo fue criado. Todavía espera el reencuentro con su hermano o hermana. Ojalá.
Mi nombre es Gastón Hugo Mena, hijo de Graciela Marta Alvarez y Hugo Francisco Mena, mis padres biológicos. Tengo 34 años y el 30 de septiembre cumplo los 35. A diferencia de otros nietos, en mi caso no soy considerado un nieto recuperado ya que mi identidad no fue cambiada, en cierto modo, porque fui criado por mis tíos.
Cuando mi papá y mi mamá fueron secuestrados, sus propios compañeros me llevaron hasta la casa de mis tíos para evitar que a mi me pasara algo.El matrimonio que me crió eran hermanos de mis padres: mi mamá adoptiva era hermana de mi papá biológico y mi papá adoptivo hermano de mi mamá biológica. Por lo tanto me crié dentro de mi familia de sangre. Este matrimonio, a su vez, tenía otros hijos y sus apellidos obviamente no era Mena sino Alvarez.
Mis padres de crianza nunca me habían dicho la verdad acerca de mi identidad, pero al comenzar primer grado en la escuela las dudas empezaron a surgir porque me di cuenta de que mis hermanos no llevaban el mismo apellido que yo. Entonces un día le pregunté a mi mamá porque ellos eral Alvarez y yo Mena. En ese momento mi mamá me dijo algo así como que yo tenía el apellido de ella para continuar la descendencia. Creo que en el momento quedé conforme con la respuesta, pero en el fondo había algo que me hacía ruido, algo que no estaba bien. Además, comencé a darme cuenta de las diferencias que hacían entre mis hermanos y yo, como por ejemplo cuando llegaban los cumpleaños o navidad los regalos eran diferentes. También el trato era muy diferente, sobre todo por parte de una de mis abuelas y de mi papá. Algo no estaba bien, pero como era chico no entendía que.
La verdad la descubrí sin querer queriendo a los 11 o 12 años. Con uno de mis hermanos solíamos jugar a la pelota diariamente. Uno de esos días estábamos en pleno partido cuando un vecino del barrio me miró y me dijo que era igual a mi papá. Esta persona se refirió a mi papá usando un apodo, que no era el apodo que le decían al que yo creía mi papá en ese momento. Le pregunté a mi hermano mayor a que se refería este hombre, y ahí mi hermano no pudo más y me dijo que yo no era hijo de Coca y Oscar. Volvimos a mi casa y le pregunté a mi mamá que estaba pasando. Fue entonces cuando mi mamá se sentó a hablar conmigo sobre mi verdadero origen.
Después de conocer esta verdad vino toda una época de rebeldía y de bronca.Años más tarde decidí comenzar a averiguar sobre mis verdaderos padres. De casualidad conocí a una abogada que se interesó por mi tema y puso todo en marcha para encontrar y recuperar los restos de mis padres.
En ese momento también me acerqué a abuelas, pero no mantuve el contacto porque no me sentía cómodo, me costaba hablar de mi historia y era como que tenía una negación para relacionarme con otros que hayan pasado por lo mismo que yo. Creo que en ese momento no estaba preparado, necesitaba tiempo. Recién hace dos años atrás que empecé a sentir la necesidad de contar lo que me había pasado, lo que sentía, lo que había sufrido. Sentí la necesidad de conectarme con gente que estuviera en mi misma situación, de sentir que no era el único, de buscar contención en gente que realmente haya estado en mi lugar antes. Mi familia actual me apoyó y me sigue apoyando en esta decisión de formar realmente parte de esta tragedia que nos afectó a todos. Hoy siento que desde mi humilde lugar puedo ayudar a otros a buscar la verdad sobre su propia identidad y apoyarlos durante ese proceso. Quiero ser parte de esta búsqueda de verdad y justicia que tanto necesitamos. Además, mi mamá estaba embarazada cuando fue secuestrada y quiero y tengo la esperanza de encontrar a mi hermano/a.
En cuanto a mi familia de crianza, tengo relación con ellos pero no es muy fluida. De vez en cuando veo a mis viejos pero tengo mucho dolor y bronca por todas las cosas que me hicieron pasar. El tema de mis padres biológicos es un tema del que ellos no hablan. Cuando lo pueden evitar lo evitan. Esto me da bronca, me genera impotencia porque no estamos hablando de un hombre y una mujer cualquiera, son mis padres, sus propios hermanos los que secuestraron, torturaron y mataron. Y encima de todo esto hay otro hijo perdido. Tienen un sobrino que se lo robaron y mi abuela tiene un nieto que todavía no apareció, y a veces parece que no les importara, que no lo tienen en cuenta.
Yo siempre luché solo para salir adelante y me di cuenta con el tiempo de que no podía contar con ellos , SOLO QUIERO QUE SEPAN QUE NO ME OLVIDO NUNCA DE MIS PADRES HUGO FRANCISCO MENA Y GRACIELA MARTA ALVAREZ, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
Por Gastón Mena
Fuente: http://www.infoconurbano.com.ar/sociedad/24-de-marzo-gaston-mena-hijo-de-desaparecidos-de-lanus-nos-cuenta-su-historia/
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CASO 99
“OVANDO, Myriam (embarazada) y DE SANCTIS, Raúl René”
Myriam Ovando –embarazada- y Raúl René De Sanctis, fueron privados de su libertad, entre los días 1° de abril de 1977 y el 20 de mayo del mismo año; la primera, en los alrededores de la localidad de Escobar y el último de los nombrados en la estación de Campana. Entre los meses de junio o julio de ese año, personal militar ingresó en la vivienda de las víctimas, ubicado en la calle French n° 2164 de Virreyes, Partido de San Fernando, Provincia de Buenos Aires, con posterioridad a sus secuestros, y procedió a sustraer todas sus pertenencias. Hasta el día de la fecha, se desconocen los paraderos de Myriam Ovando y Raúl René De Sanctis.
Miryam nació el 17 de enero de 1956 en Rosario, provincia de Santa Fe. Raúl el 29 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Sus amigos y compañeros lo llamaban el “Mono”. Miryam militó en la JUP y en la JTP. Luego, ambos se integraron a la organización Montoneros. La joven fue secuestrada el 1° de abril de 1977 en la localidad de Virreyes, zona norte del Gran Buenos Aires. Raúl en mayo de ese mismo año en la estación de trenes de Campana, provincia de Buenos Aires. Miryam estaba embarazada de seis meses. Pudo saberse que permaneció detenida ilegalmente en la localidad de Escobar, en un centro clandestino dependiente de Campo de Mayo. Por una carta que recibió su familia se supo que la joven había dado a luz una niña a la que llamó Laura Catalina.
La búsqueda de la niña comenzó en diciembre de 1982, cuando los familiares denunciaron en Abuelas la desaparición de Raúl y Miryam embarazada. El equipo de investigación de la Asociación comenzó a trabajar el caso a partir de denuncias que daban cuenta de una joven que había sido anotada como hija propia por un militar y podía ser hija de desaparecidos. A partir de estos indicios, el equipo jurídico de Abuelas presentó una denuncia judicial en el Juzgado Federal N° 4 de la ciudad de Buenos Aires, donde se tomaron las medidas necesarias para dar con el paradero de la joven y se ordenó la extracción de objetos personales a fin de conocer su identidad. Fue así como el BNDG pudo corroborar que se trataba de Laura Catalina. El 8 de septiembre de 2008, el juez federal Ariel Lijo confirmó que la joven era la hija de Raúl y Miryam. Por los registros del libro de partos del Hospital Militar de Campo de Mayo, pudo saberse que Catalina nació el 11 de agosto de 1977.
Sus padres permanecen desaparecidos.
Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
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Miryam Ovando
Estudiante de Humanidades (Psicología) en la Universidad Nacional de Rosario donde militó en Juventud Universitaria Peronista (JUP). Militante montonera en la Columna 17 en la zona de Entre Ríos. Acusada por las FF.AA. de ser partícipe del operativo que costó la vida al General Jorge Cáceres Monié (Ex jefe de la Policía Federal durante la dictadura militar de Lanusse y asaltante con un tanque Sherman del Frigorífico “Lisandro de la Torre” tomado por los trabajadores en enero de 1959). “Tita” Ovando fue detenida por Coordinación Federal el 1° de abril de 1977 a la edad de 22 años, en la localidad de Virreyes, provincia de Buenos Aires. Retenida en forma clandestina e inhumana por el ejército argentino, dio a luz en cautiverio (en el mes de agosto) a una niña que llamó Laura Catalina –fruto de su amor con Raúl René De Sanctis- y que su familia recuperó en septiembre de 2008. Por apropiación ilegítima de la beba está siendo procesada María Francisca Morillo de Hidalgo Garzón quien aseguraba que Laura Catalina había nacido en el Hospital Militar de Campo de Mayo y era hija suya. La causa por la apropiación indebida de la menor pasó a juicio oral y se estará llevando adelante en el año 2012.
Fuente: http://www.robertobaschetti.com/biografia/o/84.html
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Raúl René De Sanctis
Nacido el 21 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, debido a que su padre era médico militar y estaba asignado en dicha provincia. De pequeño con su familia se mudó a Rosario; haciendo el secundario en el Colegio San José de los curas salesianos. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y de Montoneros en la Columna 17. Estudiante de Humanidades (Antropología) en la Universidad Nacional de Rosario. Obrero en la empresa metalúrgica Acindar. Secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar, en junio de 1977 en Campana, provincia de Buenos Aires, a la edad de 23 años. Fue visto en la guarnición militar de Campo de Mayo en condiciones de cautiverio antes de su asesinato.
Fuente: http://www.robertobaschetti.com/biografia/d/47.html
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DECLARÓ UNA DE LAS ÚLTIMAS NIETAS RECUPERADAS
Se trata de Laura Catalina de Santis Ovando quien, si bien su caso no es investigado en la causa por el plan sistemático de robo de bebés, declaró que sus apropiadores le habían advertido que iría presa si intentaba averiguar su origen
Una nieta recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo declaró hoy por primera vez ante la Justicia y afirmó que sus apropiadores le habían advertido que irían presos si ella intentaba averiguar su origen.
Laura Catalina de Santis Ovando relató su historia ante el Tribunal Oral Federal 6, que juzga el robo de bebés en la dictadura luego que recién el año pasado aceptó conocer a familiares biológicos e iniciar el tramite para recuperar su identidad.
Antes su caso fue uno de los que hizo necesario allanamientos judiciales, que ordenó en el 2008 el juez federal Ariel Lijo, para obtener prendas y disponer estudios de ADN.
Tras pasar muchos años “con culpa” y ocupándose de quienes había creído eran sus padres biológicos, cambió de actitud cuando se dio cuenta que le habían mentido y que no se habían quedado con ella “porque se había quedado sola y nadie la quería”, como le dijeron.
“Esto me hizo cambiar la mirada de todo y me hizo querer ser querellante en la causaporque más allá de haberme robado, es un requisito que mis papás hayan desaparecido para quedarse conmigo, así que son cómplices de la muerte de mi papá”, consideró.
Según contó, sus apropiadores le habían dicho a los 21 años cuando se dio cuenta que no era hija de ellos, que sus padres habían muerto en un enfrentamiento y que habían querido adoptarla pero “un superior había dado la orden de inscribirla como propia”.
La bebé recién nacida fue entregada en Campo de Mayo a María Morrill y Carlos Hidalgo Garzón, un militar retirado y abogado, en una operación en la que habría intervenido un denominado “Movimiento Familiar Cristiano”, recordó hoy la joven.
Además relató que en una conversación de su marido con su apropiador, éste le admitió que había visto viva a su madre biológica en Campo de Mayo antes de dar a luz y que luego había ido a buscar personalmente la beba al centro clandestino de detención que funcionó alli.
FUENTE http://www.conclavepolitico.com/noticias_ver.php?not_codigo=30478
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UNA CARTA ENCONTRADA EN LA CASA DE UN REPRESOR SIRVE DE PRUEBA DEL PLAN SISTEMATICO DE APROPIACION DE NIÑOS
La nota que se intercambiaron los apropiadores de Catalina de Sanctis Ovando habla de una asignación previa de los bebés y demuestra que el Movimiento Familiar Cristiano sabía de dónde venían los niños. Como contracara, la joven también conserva un texto que su madre biológica envió a sus padres en el que pedía “quiéranme en mi hija”.
Por Irina Hauser
Catalina de Sanctis Ovando nació en la maternidad clandestina que funcionó en el Hospital Militar de Campo de Mayo.
Imagen: Rafael Yohai
Cuando era chiquita, Catalina se miraba al espejo y se llamaba a sí misma “cara de nada”. Hacía muecas a ver si algo cambiaba. “Cara de nada”, repetía. Quería decir que no se parecía a nadie, que sentía un vacío gigante y una distancia abismal respecto de quienes la criaban. Como muchos hijos de desaparecidos arrancados de los brazos de sus padres en la última dictadura, ella pasó la mayor parte de su vida con la convicción secreta de no ser la persona que le decían que era. Pero optaba por no indagar demasiado, mirar hacia adelante, o no mirar, y encerrarse en su cuarto. Aun el día que entendió todo al ver un aviso de Abuelas de Plaza de Mayo en la televisión, decidió seguir como hasta entonces. Varios años después, cuando la Justicia obtuvo indicios de que podía ser una nieta apropiada se escapó hasta Paraguay para evitar que analizaran su ADN. Protegía a sus apropiadores o –mejor dicho– tenía miedo de ellos, sobre todo de él, Carlos Hidalgo Garzón, un mayor retirado que trabajó en inteligencia del Ejército. La historia de Catalina de Sanctis Ovando está atravesada por todas esas contradicciones y por una prueba fundamental escrita en un papel, que al final la llevó a “abrir los ojos” y asimilar su historia: una carta de su apropiadora, que daría cuenta de que alrededor de los nacimientos en Campo de Mayo funcionaba una maquinaria para el robo de los bebés de las mujeres secuestradas, en la que además el Movimiento Familiar Cristiano tuvo un papel influyente en la selección de los niños y su asignación a determinadas personas.
María Francisca Morilla, la apropiadora, había escrito la carta a mano y la dirigía a su esposo, asignado en Tucumán. Lo llamaba por un nombre falso, pero con sus mismas iniciales (Carlos Helguera Gonçalves). Sobre el final decía textual: “Vino la asistente del Movimiento y quedó encantada con el departamento. Conversamos mucho y me explicó que ella hace siete años que está en el Movimiento y nunca vio que entregaran niños con problemas de salud o malformaciones, que son muy sanitos y que a ella le llamaba la atención lo normal que son esos partos. Luego te contaré en detalle la conversación”. El encabezado tiene fecha del 7 abril de 1977, que coincide con la del secuestro de la mamá de Catalina, Miryam Ovando, quien fue vista por última vez unos días antes, cuando estaba embarazada aproximadamente de seis meses. Uno de “esos partos” en la maternidad de Campo de Mayo fue el suyo.
Catalina encontró la carta mientras revolvía entre cosas viejas en la casa donde que habían vivido sus apropiadores. No hacía mucho que había recuperado su identidad. En ese momento estaba con Rodrigo, su pareja. “El se puso como loco, la veía como algo de gran valor, y para mí era una pavada. Me parecía que podía tener muchas interpretaciones. Mi apropiadora me había hablado alguna vez, al reconocer que yo no era su hija, de que habían estado en lista de espera del Movimiento para adoptar. Así lo decía. Cuando entendí qué era esa lista de reparto de bebés y que yo había formado parte de ella me dio mucha impresión, me pareció perverso”, cuenta Catalina a Página/12.
La carta quedó en un armario y fue hallada después por la Justicia durante un allanamiento. Los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo pidieron esta semana en el juicio sobre apropiación de hijos de desaparecidos que sustancia el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) que sea incorporada como una prueba clave de la existencia de un plan sistemático de apropiación de niños (ver aparte), donde el Movimiento Familiar Cristiano los ofrecía en adopción, para dar apariencia de legalidad a las entregas. También ofrecieron la declaración testimonial de Catalina. Todo está a consideración de los jueces.
“Quiéranme en mi hija”
Desde hace algunos meses que Catalina lleva en su cartera otra carta, la contracara de aquella de su apropiadora. La que la llevó a reencontrarse con su identidad. Es una carta que escribió su mamá estando en cautiverio poco después de que ella naciera, dirigida a sus padres y a su hermano. Les cuenta lo “hermoso y terriblemente triste a la vez” que es “después de tanto tiempo tener la posibilidad de encontrarme frente a un papel y poder escribir, hablar, sentir”. Les dice en una parte que “estén todo lo tranquilos que puedan. Cuiden y quieran mucho a la nena (creo que está con ustedes, por supuesto), ojalá sea ella quien reciba todo de ustedes ahora (…) hay que tener fe y por sobre todas las cosas, saber que conservamos lo más importante: La vida. Los quiero mucho como siempre, más que siempre. Recuérdenme y quiéranme en mi hija, ella es quien sin saberlo lleva en sus venitas la sangre que yo llevo y quien más cerca de mí estuvo durante todo este tiempo. La extraño, la necesito”.
Miryam tenía 21 años cuando fue secuestrada. Estudiaba psicología en la Universidad de Rosario y militaba en la Juventud Peronista, igual que su esposo, Raúl René de Sanctis, que era estudiante de antropología. A él se lo llevaron en mayo de 1977. Se habían mudado a Buenos Aires, a una casa en Virreyes meses antes, y siguen desaparecidos. En el libro de partos del Hospital Militar de Campo de Mayo aparece el nombre de la apropiadora de Catalina como si hubiera dado a luz por cesárea el 17 de agosto de ese año a las cinco de la tarde. Pero unos pocos renglones más arriba dice “Ovando”, la palabra cesárea tachada y cambiada por “legrado” y la referencia de que habían removido un “feto sin vida de 45 días” a las 10.10 de la mañana. La fecha: 11 de agosto.
Catalina no fue entregada a su familia biológica, sino a sus apropiadores a poco de nacer. Tiene recuerdos borrosos de su infancia, itinerante según la provincia a la que asignaran a su apropiador. Cree haber sido “bastante payasa” de chica, por lo que vio en sus fotos. De los seis o siete años en adelante recuerda una vida más triste, en Capital Federal, en la que se percibía diferente de todas sus compañeras de la Escuela Santa Ana y distinta de quienes creía sus padres, que la llamaban María Carolina (Hidalgo Garzón). “Un día, subiendo en el ascensor, me miré en el espejo y le dije a mi apropiadora que no me veía cara de nada. Tendría siete u ocho años. Ella decía que era parecida a su padre y al hijo del hermano de mi apropiador. Siempre buscando excusas, siempre mintiendo, como cuando decía que era psicopedagoga. Toda la vida me mintió con su edad”, reprocha Catalina. “En la secundaria me di cuenta de que no había fotos de ella embarazada; ¿qué me dijo? Que no se usaba y que tenía temor porque había perdido varios embarazos”, añade. “Las cosas estaban más que claras, sólo que yo no quería ver”, confiesa.
–¿Y cómo fue que supiste la verdad? ¿Cuando te citó la Justicia o antes? –le preguntó Página/12.
–Mucho antes. Estaba empezando a estudiar Bellas Artes en la facultad y un día veo que pasan una publicidad de Abuelas en la tele. Ahí toda la nebulosa que tenía cobró forma. Justo por esa época, además, venía pensando que no sabía si había soñado, o si tenía una fantasía o era un verdadero recuerdo, que me habían dicho alguna vez que era adoptada. Tomé coraje y le pregunté a mi apropiadora: “Yo soy hija de desaparecidos, ¿no?”. Llorando me dijo que sí, pero que ella me había curado el ombligo y mis padres habían muerto en un enfrentamiento, y que las familias no querían saber nada con los hijos de sus parientes detenidos, y que las Abuelas de Plaza de Mayo mentían y arrancaban a los hijos de sus familias, que por eso ella no me había contado la verdad. Me advirtió que si yo contaba algo ellos iban a ir presos.
Catalina recuerda que se llenó de más miedo. Su apropiador, a quien describe como “alcohólico”, se volvió “más agresivo” de lo habitual. Su apropiadora, “más depresiva”. “En casa había un ambiente muy violento e inestable”, dice. A medida que ella iba armando el rompecabezas, Hidalgo Garzón –que ahora tiene arresto domiciliario por su actuación en el centro clandestino La Cacha– la empezó a tratar de “subversiva”. Le decía “pacifista” y le llegó a escribir una carta en la que la trataba de “desagradecida” porque “la sangre criminal tira”.
Verdad y locura
Las primeras denuncias de que Catalina podía ser apropiada llegaron a Abuelas en el año 2000. Alguien que conocía a la familia dio los datos y las sospechas. En 2007, un nieto recuperado –Manuel Gonçalves– la fue a ver a la salida del profesorado de Educación Física, donde estudiaba tras abandonar Bellas Artes. “Me explicó que había un proceso judicial en marcha y que contara con ellos. Yo salí corriendo”, relata. Ese mismo año la citó el juez federal Ariel Lijo, le explicó que podía ser hija de desaparecidos y le pidió una muestra de sangre. “Quedamos en venir una fecha. Pero no me localizaron más porque me fui”, dice. Huyó con su pareja, Rodrigo, en una camioneta donde subieron hasta los tres gatos de ella. Pararon en Corrientes y luego siguieron hacia Paraguay, donde tenían expectativas de quedarse a vivir en un lugar llamado San Bernardino. “Llegamos, llovía, no había nadie, nos habían pedido coima por pasar una luz amarilla, teníamos pánico por haber cruzado la frontera sin registrarnos. Así que volvimos y terminamos en San Luis, donde vive la familia de Rodri, que nos prestó una quinta. Ahí me hicieron el allanamiento. Se llevaron mi ropa para sacar ADN”, suspira.
–¿Por qué te escapaste?
–No quería dar sangre o material genético en forma voluntaria. Sentía culpa con mis apropiadores, a quienes aún llamaba mamá y papá. No quería que por mi culpa fueran presos. Era algo infantil, tenía el fantasma que me habían inculcado de que las Abuelas eran malas. Les tenía miedo, a veces hasta odio. Pero después del allanamiento tuve cierto alivio. Ya está, pasó lo que tenía que pasar. Y volvimos a Buenos Aires. Mientras estaban en proceso los estudios genéticos, Rodrigo se puso a buscar información por Internet y a través de Abuelas para deducir quiénes podían haber sido mis padres. Hasta trataba de sacarle datos a Hidalgo Garzón. Catalina habla de (su ahora) marido con admiración: “Le mostró unas páginas de Abuelas y le preguntó si sabía quién era mi mamá. Y efectivamente él le señaló el nombre correcto. Le contó que un día después de ir a buscarme en el Ford Falcon a Campo de Mayo, llamó preguntando si habían ‘volado el paquete’, o sea a mi mamá. Dijo que el médico que me había entregado fue (el apropiador) Norberto Bianco”.
En septiembre de 2008 el juez Lijo citó a Catalina. Se dirigió a ella como “Laura Catalina”, su nombre completo y auténtico. Ella se enojó mucho. “Es el nombre que te puso tu mamá”, le dijo él. “En ese momento me dieron la carta que ella había escrito en cautiverio. Yo ni creía que fuera de ella. Me dieron unas fotos horribles, viejas y borrosas. Mi primera impresión fue no creer el resultado”, asegura. También fue notificada su familia biológica, pero Catalina no quiso conocerlos por entonces.
Sus apropiadores fueron citados a indagatoria y se descompensaron. “Quedé atrapada, teniendo que hacerme cargo de ellos”, se queja. Hidalgo Garzón se hizo pasar por loco y en el ínterin insultaba a Catalina a través de una página web. Lo mismo hacía con el juez. A mediados de 2010 una junta de médicos forenses concluyó que intentaba mostrarse más deteriorado de lo que estaba. El y su mujer fueron procesados y recientemente enviados a juicio oral. El vive en un geriátrico, ella con un pariente.
Familia
Catalina decidió que no quería verlos más recién en la segunda mitad del año pasado. Fue después de que se animó a contactar a su familia biológica, casi todos de Rosario. Osqui, primo hermano de su papá, le mandó un montón de fotos por e-mail.
Dos semanas después se fue para allá. Conoció también a Fabián, el hermano de su mamá. Y se quedó muy impactada al ver a otro primo de su papá, Javier. “¡Me vi igual a él!”, exclama. Esa primera vez fueron a comer a una parrilla de “el inglés”, un compañero de rugby de su papá. Y conoció a las parejas de todos, y los hijos, y encontró una familia enorme, a la que ahora visita cada dos por tres. Para el 11 de agosto le hicieron un cumpleaños sorpresa. La llenaron de fotos de sus padres, que lleva consigo a todas partes. Son fotos en las que ahora por fin se reconoce a sí misma. La emociona tanto como saber que su mamá “hacía gimnasia deportiva y yo acrobática”, “mi papá estudiaba para ser antropólogo, algo que me hubiera gustado a mí”. “Uno es una suma del ambiente y lo genético, yo siempre me sentí diferente de mis apropiadores; lo genético fue más fuerte”, celebra. El paso que faltaba lo dio en marzo cuando les mandó un mail a sus seres queridos que decía en letras de color violeta: “Familia, amigos, les escribo desde esta nueva dirección de correo electrónico con éste, mi nombre… a ver si nos vamos acostumbrando… ¡ustedes y yo! ¡Los quiero mucho y los extraño! Besitos y abrazos. ¡Catalina!”. Al final de la entrevista, le salió una frase del alma: “Ahora puedo vivir con alegría”.-
Oscar Rómulo Gutiérrez Sesarego y Liliana Isabel Acuña (embarazada)
Oscar Rómulo Gutiérrez Sesarego y Liliana Isabel Acuña –embarazada-, fueron privados de la libertad, el día 26 de agosto de 1976 a las 06:30 horas, en el domicilio ubicado en la calle Rincón n° 2450 de Ramos Mejía, partido de La Matanza por un grupo de 12 hombres vestidos de civil que portaban armas largas, y se movilizaban en tres automóviles. Posteriormente, habrían sido alojados en el sótano de la comisaría de San Isidro 4ta. –Las Barrancas-; provenientes desde otro ámbito con evidentes signos de haber sido sometidos a torturas, desconociendo hasta el día de la fecha, el paradero de los nombrados.
Oscar Rómulo: “Felipe”. Nacido en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, el 17 de abril de 1951. Hizo primaria y secundaria en el Colegio Don Bosco de su ciudad natal. Estudio en la Facultad de Filosofía y Letras y en Sociología. Trabajó en la empresa metalúrgica Santa Rosa de Capital Federal.
Liliana Isabel: “Isa”. “Isabelita”. Nacida en la ciudad de Buenos Aires, el 30 de mayo de 1952. Embarazada de 5 meses fue secuestrada, en la madrugada del 26 de agosto de 1976 en San Justo, provincia de Buenos Aires, junto a su pareja Oscar. Dio a luz en cautiverio. Se robaron su hijo. Vista en la comisaría 4ª de San Isidro y en el CCD Pozo de Banfield. Ambos fueron militantes de Montoneros
Hijo/a de Liliana Isabel ACUÑA y Oscar Rómulo GUTIERREZ, NACIÓ ENTRE DICIEMBRE DE 1976 Y ENERO DE 1977
Fuentes
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php http://www.robertobaschetti.com/biografia/29.html
http://www.derhuman.jus.gov.ar/anm/ListadoA_N.pdf
http://noperdonamos.blogspot.com.ar/2008/01/nios-nacidos-o-que-debieron-nacer.html
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Caso 82
DUARTE de ARANDA, María Eva (emb.) y ARANDA, Alberto Samuel”
María Eva Duarte –embarazada- fue privada de su libertad el día 9 de septiembre de 1977 entre las 19:30 y las 20:00 horas, en su domicilio sito en la calle Gregorio Marañon n° 2880 de Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires, por un grupo armado de personas vestidas de civil, que se trasladaban en tres vehículos –dos blancos y uno verde- y que se identificaron como policías. Sus dos hijos –Lorena, de dos años y Alejandro de siete meses- fueron entregados al cuidado de los vecinos.
Alberto Samuel Aranda fue privado de su libertad ese mismo día, por el mismo grupo de persona, cuando descendió del colectivo al regreso de su trabajo, ya que se encontraba detenido dentro de un vehículo cuando fueron a buscar a María Eva Duarte.
Duarte fue vista dentro de la guarnición militar de Campo de Mayo y hasta la fecha ambas personas se encuentran desaparecidas.
María Eva nació el 20 de mayo de 1955 en Buenos Aires. Su familia la llamaba “Mary”. Alberto Samuel nació en la localidad de Frías, Santiago del Estero, el 16 de diciembre de 1953. En 1975 nació su primera hija, Silvana Lorena, y en 1977, Alejandro Demián. La pareja militaba en la organización Montoneros. A Alberto sus compañeros lo llamaban “Ref” o “Refu” y “El Flaco”. María Eva estaba embarazada de dos meses cuando la secuestraron. Según informaciones obtenidas por la familia, dio a luz un niño entre abril y mayo de 1978 en Campo de Mayo.
La pareja y el niño que nació en cautiverio continúan desaparecidos.
Fuentes:
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
http://www.robertobaschetti.com/biografia/d/161.html
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Caso 248
“ARDITO, Nélida Beatriz, Nélida Beatriz Ardito y Susana Stritzler (embarazada)
. Atlántida Coma de Ardito . Roberto Ardito .
*) Atlántida Coma de Ardito y Roberto Ardito fueron privados de la libertad, el día 13 de octubre de 1976, a las 04:00 horas, en el domicilio de la calle Junín n° 340, piso 2º, departamento “D” de Capital Federal, por un grupo armado de personas vestidas de civil, que se identificó como personal de la Policía Federal. En ese procedimiento, esas personas sustrajeron dos títulos de propiedad, un reloj de oro, una radio y otros objetos de valor. No existen constancias de las víctimas que hayan recuperado la libertad.
**) Nélida Beatriz Ardito fue privada de la libertad, el día 13 de octubre de 1976 a las tres de la mañana, en su domicilio de la calle Moreno n° 2906, piso 3º, departamento “B” de Capital Federal, por un grupo de personas vestidas de civil armadas, que se identificaron como policías.
En ese procedimiento, se encontraban presentes sus tías de nombre Elvira y Adonina Matilde Calvo, quienes se hallaban en el inmueble en una habitación contigua, habiendo escuchado gritos de su sobrina -Nélida Beatriz-, a raíz de malos tratos sufridos. Hasta la fecha se encuentra desaparecida.
Roberto Ardito fue visto por Eduardo Cagnolo en cautiverio en uno de los centros clandestinos de detención ubicado dentro de la Guarnición Militar de Campo de Mayo, y junto a él, se hallaban Atlántida Coma y Nélida Beatriz Ardito.
***) Susana Stritzler –embarazada-, fue privada de la libertad, en el inmueble sito en la calle Wilde n° 3335 de Boulogne, Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, el día 21 de diciembre de 1976, entre las 16:00 y 18:00 horas, por un grupo de personas vestidas de civil armados. Se desconoce su paradero. Stritzler fue vista en uno de los centros clandestinos de detención ubicado en la Guarnición Militar de Campo de Mayo por Griselda Fernández González.
Roberto y Atlántida estaban casados. Roberto era ingeniero electrónico. Trabajaba en la Comisión Nacional de Energía Atómica, era miembro del grupo de asistencia técnica del sincrociclotron. Tenía 33 años y era hijo de españoles. Atlántida tenía 39 años, era española y había nacido en Barcelona el 22/07/37. Trabajaba como secretaria en Unifrance Films .
La pareja fue secuestrada de su domicilio en Capital, estaban con sus hijas de 9 y 11 años de edad. Las llevaron a ellas a la casa de la madre de Atlántida, y se llevaron a la pareja a un C.C.D. Los dos fueron vistos en el C.C.D. Campo de Mayo en noviembre de 1976.
La hermana de Roberto, Nélida Beatriz, también fue detenida-desaparecida el mismo día
Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/a/arditor/
Nélida Beatriz Ardito
Detenida desaparecida 13/10/76 Tenía 36 años
Beatriz era hija de españoles. Era Profesora de Ciencias de la Educación, docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. El 12 de octubre de 1976, a las 3 de la mañana, hombres de civil irrumpieron en el departamento de Beatriz, ubicado en 3º B de Moreno 2906, gritando de que eran de la Policía Federal. Encerraron a sus tías en una pieza, y se llevaron a Beatriz diciendo que era por “averiguación de antecedentes”. Revolvieron toda la casa, y se llevaron documentos, libros y objetos de valor.
Ese mismo día su hermano Roberto, y su cuñada fueron detenidos-desaparecidos.
Los tres fueron vistos en Campo de Mayo en noviembre de 1976. Al declarar ante la CONADEP en 1984 el ex suboficial de inteligencia del Ejército Andrés Francisco Valdez dijo que en diciembre de 1976 la maestra Ardito fue llevada a la Delegación Avellaneda de la Policía Federal. Valdez discutió con uno de los policías bonaerenses del equipo personal del general Ramón Camps, el subcomisario Eros Tarela, acerca de quién debía interrogarla. Tarela se cansó de la discusión, sacó su arma y disparó sobre la maestra.
Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/a/arditor/
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Susana Stritzler –embarazada
Nacida en la ciudad de Buenos Aires el 26 de febrero de 1957. Militante montonera. Embarazada de 8 meses fue secuestrada y llevada a Campo de Mayo, cuando el 21 de diciembre de 1976, fuerzas represivas atacaron el domicilio de Boulogne, provincia de Buenos Aires, donde vivía con su pareja, Carlos Armando Castro, quien fue herido de muerte en la puerta de su casa al resistir el allanamiento. En el CCD “El Campito” para enero de 1977, Susana tuvo un varón que llamó Carlos, pero que nunca fue entregado a sus familiares.
Fuentes
http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
http://www.robertobaschetti.com/biografia/s/216.html
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Caso 49
“LANZILOTTO de MENA, Ana María (embarazada) y MENA, Domingo y otros”:
Ana María Lanzilotto de Menna –embarazada- y Domingo Menna, fueron privados de la libertad el día 19 de julio de 1976, aproximadamente a las 14:30 horas, en su vivienda sita en la calle Venezuela 3145, Torre “A” de Villa Martelli, Partido de Vicente López, Provincia de Buenos Aires, -en el marco de un operativo antisubversivo- efectuado por fuerzas conjuntas -militares y policiales-. Luego fueron vistos en uno de los centros clandestinos de detención de Campo de Mayo, donde habrían sido interrogados y Domingo Menna fue torturado. No existen constancias de que hayan recuperado la libertad.
Ana María nació el 22 de abril de 1947 en La Rioja. Su familia la llamaba “Ani”. Domingo nació en Casalanguida, Italia, el 1° de marzo de 1947. En 1974 nació su primer hijo, Ramiro. Ambos militaban en el PRT-ERP. Sus compañeros la llamaban “La Ani” y a él “El Gringo” o “Nicolás”. La pareja fue secuestrada el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires. La joven estaba embarazada de siete u ocho meses. Por testimonios de sobrevivientes se supo que ambos estuvieron detenidos en Campo de Mayo y que el embarazo de Ani llegó a término. La joven fue vista también en CCD “El Vesubio”.
La pareja y el/la niño/a que nació en cautiverio permanecen desaparecidos.
Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
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Caso 42
“TISEIRA, Francisco Enrique; BENAVIDEZ, Norma Argentina, VISUARA, Julio; ALVAREZ, Marta Graciela (emb) y MENA, Francisco Hugo”
Francisco Tiseira, Norma Argentina Benavides, Julio Visuara, Francisco Hugo Menna y Marta Graciela Álvarez –embarazada-, fueron privados de la libertad el día 19 de abril de 1976, a las 23:00 horas aproximadamente, en la vivienda ubicada en la calle Haití y Los Herreros de la localidad de Tortuguitas, Provincia de Buenos Aires, por un grupo de entre cinco o seis personas vestidas de civil fuertemente armadas, que se identificaron como policías, quienes se desplazaban en cuatro vehículos particulares, siendo uno de ellos, un rodado marca Fiat. Una vez dentro de la finca, los interrogaron mediante golpes hasta que fueron trasladados hasta uno de los centros clandestinos de detención de Campo de Mayo. En dicho centro de cautiverio, continuaron los interrogatorios y les aplicaron pasajes de corriente eléctrica.
Las muertes de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira, fueron como consecuencia de disparos de arma de fuego en la cabeza, ocurrida el día 6 de mayo de 1976, conforme surge de las actas de defunción de ambos.
Por otro lado, Tiseira recibió al menos cuatro disparos de proyectiles de arma de fuego (cráneo, vértebras cervicales, pelvis y miembros inferiores) –cfrme. fs. 371/372-.
Los restos óseos de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira fueron hallados en una fosa común del sector 134 del Cementerio Municipal de Avellaneda.
Se desconocen hasta el día de la fecha los paraderos de Norma Argentina Benavides y Julio Visura.
Francisco Enrique Tiseira
Secuestrado el 19/04/1976 y Asesinado el 06/05/1976. Tenía 29 años
Enrique tenía 29 años. Era esposo y padre. Fue detenido en su domicilio de Tortuguitas junto a otras cuatro personas.Fue visto en el C.C.D. Campo de Mayo.
Sus restos fueron identificados por el EAAF y finalmente enterrados por la familia.
Fuente: http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/t/todos/tiseiraf.html
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Norma Argentina Benavides Julio Visuara .
Detenidos – Desaparecidos 19/04/1976
Julio Visuara: “Camilo”. 23 años. Secuestrado-desaparecido el 19 de abril de 1976 junto a su señora Norma Benavidez, en una vivienda de la localidad de Tortuguitas, Provincia de Bs. As., junto a Francisco Tiseira, , Francisco Hugo Menna y Marta Graciela Álvarez (embarazada).
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Marta nació el 28 de mayo de 1955 en la ciudad de Buenos Aires. Hugo nació el 9 de mayo de 1950 en la misma ciudad. Tuvieron a su primer hijo al que llamaron, Gastón Hugo. Ambos militaban en la organización Montoneros. Sus compañeros la llamaban “La Entrerriana” y a él “Negro Pelé”, “Pelé” o “Mariano”. Ambos fueron secuestrados el 19 de abril de 1976 en José C. Paz, zona norte del Gran Buenos Aires. La joven se encontraba embarazada de siete a nueve meses. Posiblemente ambos hayan permanecido detenidos en Campo de Mayo.
Una resolución de la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, del 26 de marzo de 2004, determinó que Hugo fue asesinado el 6 de mayo de 1976. Esto fue constatado a partir del acta de defunción y la comparación de huellas dactilares. Así pudo saberse que el joven fue inhumado como NN en una fosa común del cementerio de Avellaneda el 2 de junio de 1976.
En mayo de 2009, en el marco de la Iniciativa Latinoamericana de Identificación de Personas Desaparecidas llevada adelante por el EAAF, pudieron ser identificados los restos pertenecientes a Hugo Francisco Mena. Esto fue confirmado por la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, el 23 de julio de 2009.
La joven (*) y el/la niño/a que debió nacer en cautiverio continúan desaparecidos.
Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
(*)En la querella se informa que Los restos óseos de Marta Graciela Álvarez y Francisco Enrique Tiseira fueron hallados en una fosa común del sector 134 del Cementerio Municipal de Avellaneda
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Hugo Francisco Mena, Rubén Silva y Fernando Lagos
Los restos de Hugo Francisco Mena, Rubén Silva y Fernando Lagos, vecinos de Lanús desaparecidos durante la dictadura militar, fueron colocados este mediodía en el panteón “Memoria, Verdad y Justicia” del cementerio local, el único en todo el conurbano. De esta forma quedó inaugurado este sector en la necrópolis, en virtud de una ordenanza aprobada en por Concejo Deliberante, que junto a Héctor Olivestre fuesen hallados en una fosa común e identificados por el equipo de Equipo de Antropología Forense y restituidos a sus familiares. Gastón Mena –hijo de Hugo y Graciela Alvarez, quien fue secuestrada embarazada de ocho meses y tuvo a su hijo/a en cautiverio- se mostró muy “orgulloso” y destacó la importancia de que su padre “pueda estar junto a sus compañeros, en una bóveda colectiva que refleja tantos años de lucha de muchos por conocer la verdad”, tambien manifesto que “lo de hoy es uno de esos procesos lindos que se dan por los que venimos luchando desde hace tiempo, como esta bóveda, un lugar para la memoria y espero que esto sea un disparador para que todos los que están en distintos cementerios puedan estar aquí en esta bóveda junto a los compañeros que hoy fueron allí inhumados”. Pero aclaró que “también estamos en la búsqueda de Justicia y en lo personal de este hermano o hermana que se sabe nació el 29 de abril, a diez días del secuestro de mis padres, en el que pienso cada mañana que está en algún lado y que lo que más anhelo es poder encontrar pronto”. En la ceremonia participaron familiares, allegados y compañeros de los desaparecidos.
Cabe destacar, que Lanús es el único distrito de la región que cuenta con un sector por la “Memoria, Verdad y Justicia”.
Fuente http://desaparecidoslanus.blogspot.com.ar/
Gastón Mena hijo de desaparecidos de Lanús nos cuenta su historia
A 34 años de golpe más sangriento de la historia Argentina rescatamos la historia de Gastón Mena, hijo de Hugo Graciela Marta Álvarez y Hugo Francisco Mena, de quienes “no se olvida nunca”. Hace pocos días los restos de su padre fueron inhumados en el Panteón de los Desaparecidos en la ciudad de Lanús, gracias al Equipo Forense. Hugo nos resume su historia, que no es sólo suya, sino la de Argentina toda, habla de cómo descubrió su identidad y de cómo fue criado. Todavía espera el reencuentro con su hermano o hermana. Ojalá.
Mi nombre es Gastón Hugo Mena, hijo de Graciela Marta Alvarez y Hugo Francisco Mena, mis padres biológicos. Tengo 34 años y el 30 de septiembre cumplo los 35. A diferencia de otros nietos, en mi caso no soy considerado un nieto recuperado ya que mi identidad no fue cambiada, en cierto modo, porque fui criado por mis tíos.
Cuando mi papá y mi mamá fueron secuestrados, sus propios compañeros me llevaron hasta la casa de mis tíos para evitar que a mi me pasara algo.El matrimonio que me crió eran hermanos de mis padres: mi mamá adoptiva era hermana de mi papá biológico y mi papá adoptivo hermano de mi mamá biológica. Por lo tanto me crié dentro de mi familia de sangre. Este matrimonio, a su vez, tenía otros hijos y sus apellidos obviamente no era Mena sino Alvarez.
Mis padres de crianza nunca me habían dicho la verdad acerca de mi identidad, pero al comenzar primer grado en la escuela las dudas empezaron a surgir porque me di cuenta de que mis hermanos no llevaban el mismo apellido que yo. Entonces un día le pregunté a mi mamá porque ellos eral Alvarez y yo Mena. En ese momento mi mamá me dijo algo así como que yo tenía el apellido de ella para continuar la descendencia. Creo que en el momento quedé conforme con la respuesta, pero en el fondo había algo que me hacía ruido, algo que no estaba bien. Además, comencé a darme cuenta de las diferencias que hacían entre mis hermanos y yo, como por ejemplo cuando llegaban los cumpleaños o navidad los regalos eran diferentes. También el trato era muy diferente, sobre todo por parte de una de mis abuelas y de mi papá. Algo no estaba bien, pero como era chico no entendía que.
La verdad la descubrí sin querer queriendo a los 11 o 12 años. Con uno de mis hermanos solíamos jugar a la pelota diariamente. Uno de esos días estábamos en pleno partido cuando un vecino del barrio me miró y me dijo que era igual a mi papá. Esta persona se refirió a mi papá usando un apodo, que no era el apodo que le decían al que yo creía mi papá en ese momento. Le pregunté a mi hermano mayor a que se refería este hombre, y ahí mi hermano no pudo más y me dijo que yo no era hijo de Coca y Oscar. Volvimos a mi casa y le pregunté a mi mamá que estaba pasando. Fue entonces cuando mi mamá se sentó a hablar conmigo sobre mi verdadero origen.
Después de conocer esta verdad vino toda una época de rebeldía y de bronca.Años más tarde decidí comenzar a averiguar sobre mis verdaderos padres. De casualidad conocí a una abogada que se interesó por mi tema y puso todo en marcha para encontrar y recuperar los restos de mis padres.
En ese momento también me acerqué a abuelas, pero no mantuve el contacto porque no me sentía cómodo, me costaba hablar de mi historia y era como que tenía una negación para relacionarme con otros que hayan pasado por lo mismo que yo. Creo que en ese momento no estaba preparado, necesitaba tiempo. Recién hace dos años atrás que empecé a sentir la necesidad de contar lo que me había pasado, lo que sentía, lo que había sufrido. Sentí la necesidad de conectarme con gente que estuviera en mi misma situación, de sentir que no era el único, de buscar contención en gente que realmente haya estado en mi lugar antes. Mi familia actual me apoyó y me sigue apoyando en esta decisión de formar realmente parte de esta tragedia que nos afectó a todos. Hoy siento que desde mi humilde lugar puedo ayudar a otros a buscar la verdad sobre su propia identidad y apoyarlos durante ese proceso. Quiero ser parte de esta búsqueda de verdad y justicia que tanto necesitamos. Además, mi mamá estaba embarazada cuando fue secuestrada y quiero y tengo la esperanza de encontrar a mi hermano/a.
En cuanto a mi familia de crianza, tengo relación con ellos pero no es muy fluida. De vez en cuando veo a mis viejos pero tengo mucho dolor y bronca por todas las cosas que me hicieron pasar. El tema de mis padres biológicos es un tema del que ellos no hablan. Cuando lo pueden evitar lo evitan. Esto me da bronca, me genera impotencia porque no estamos hablando de un hombre y una mujer cualquiera, son mis padres, sus propios hermanos los que secuestraron, torturaron y mataron. Y encima de todo esto hay otro hijo perdido. Tienen un sobrino que se lo robaron y mi abuela tiene un nieto que todavía no apareció, y a veces parece que no les importara, que no lo tienen en cuenta.
Yo siempre luché solo para salir adelante y me di cuenta con el tiempo de que no podía contar con ellos , SOLO QUIERO QUE SEPAN QUE NO ME OLVIDO NUNCA DE MIS PADRES HUGO FRANCISCO MENA Y GRACIELA MARTA ALVAREZ, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
Por Gastón Mena
Fuente: http://www.infoconurbano.com.ar/sociedad/24-de-marzo-gaston-mena-hijo-de-desaparecidos-de-lanus-nos-cuenta-su-historia/
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CASO 99
“OVANDO, Myriam (embarazada) y DE SANCTIS, Raúl René”
Myriam Ovando –embarazada- y Raúl René De Sanctis, fueron privados de su libertad, entre los días 1° de abril de 1977 y el 20 de mayo del mismo año; la primera, en los alrededores de la localidad de Escobar y el último de los nombrados en la estación de Campana. Entre los meses de junio o julio de ese año, personal militar ingresó en la vivienda de las víctimas, ubicado en la calle French n° 2164 de Virreyes, Partido de San Fernando, Provincia de Buenos Aires, con posterioridad a sus secuestros, y procedió a sustraer todas sus pertenencias. Hasta el día de la fecha, se desconocen los paraderos de Myriam Ovando y Raúl René De Sanctis.
Miryam nació el 17 de enero de 1956 en Rosario, provincia de Santa Fe. Raúl el 29 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Sus amigos y compañeros lo llamaban el “Mono”. Miryam militó en la JUP y en la JTP. Luego, ambos se integraron a la organización Montoneros. La joven fue secuestrada el 1° de abril de 1977 en la localidad de Virreyes, zona norte del Gran Buenos Aires. Raúl en mayo de ese mismo año en la estación de trenes de Campana, provincia de Buenos Aires. Miryam estaba embarazada de seis meses. Pudo saberse que permaneció detenida ilegalmente en la localidad de Escobar, en un centro clandestino dependiente de Campo de Mayo. Por una carta que recibió su familia se supo que la joven había dado a luz una niña a la que llamó Laura Catalina.
La búsqueda de la niña comenzó en diciembre de 1982, cuando los familiares denunciaron en Abuelas la desaparición de Raúl y Miryam embarazada. El equipo de investigación de la Asociación comenzó a trabajar el caso a partir de denuncias que daban cuenta de una joven que había sido anotada como hija propia por un militar y podía ser hija de desaparecidos. A partir de estos indicios, el equipo jurídico de Abuelas presentó una denuncia judicial en el Juzgado Federal N° 4 de la ciudad de Buenos Aires, donde se tomaron las medidas necesarias para dar con el paradero de la joven y se ordenó la extracción de objetos personales a fin de conocer su identidad. Fue así como el BNDG pudo corroborar que se trataba de Laura Catalina. El 8 de septiembre de 2008, el juez federal Ariel Lijo confirmó que la joven era la hija de Raúl y Miryam. Por los registros del libro de partos del Hospital Militar de Campo de Mayo, pudo saberse que Catalina nació el 11 de agosto de 1977.
Sus padres permanecen desaparecidos.
Fuente: http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_indice.php
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Miryam Ovando
Estudiante de Humanidades (Psicología) en la Universidad Nacional de Rosario donde militó en Juventud Universitaria Peronista (JUP). Militante montonera en la Columna 17 en la zona de Entre Ríos. Acusada por las FF.AA. de ser partícipe del operativo que costó la vida al General Jorge Cáceres Monié (Ex jefe de la Policía Federal durante la dictadura militar de Lanusse y asaltante con un tanque Sherman del Frigorífico “Lisandro de la Torre” tomado por los trabajadores en enero de 1959). “Tita” Ovando fue detenida por Coordinación Federal el 1° de abril de 1977 a la edad de 22 años, en la localidad de Virreyes, provincia de Buenos Aires. Retenida en forma clandestina e inhumana por el ejército argentino, dio a luz en cautiverio (en el mes de agosto) a una niña que llamó Laura Catalina –fruto de su amor con Raúl René De Sanctis- y que su familia recuperó en septiembre de 2008. Por apropiación ilegítima de la beba está siendo procesada María Francisca Morillo de Hidalgo Garzón quien aseguraba que Laura Catalina había nacido en el Hospital Militar de Campo de Mayo y era hija suya. La causa por la apropiación indebida de la menor pasó a juicio oral y se estará llevando adelante en el año 2012.
Fuente: http://www.robertobaschetti.com/biografia/o/84.html
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Raúl René De Sanctis
Nacido el 21 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, debido a que su padre era médico militar y estaba asignado en dicha provincia. De pequeño con su familia se mudó a Rosario; haciendo el secundario en el Colegio San José de los curas salesianos. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y de Montoneros en la Columna 17. Estudiante de Humanidades (Antropología) en la Universidad Nacional de Rosario. Obrero en la empresa metalúrgica Acindar. Secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar, en junio de 1977 en Campana, provincia de Buenos Aires, a la edad de 23 años. Fue visto en la guarnición militar de Campo de Mayo en condiciones de cautiverio antes de su asesinato.
Fuente: http://www.robertobaschetti.com/biografia/d/47.html
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DECLARÓ UNA DE LAS ÚLTIMAS NIETAS RECUPERADAS
Se trata de Laura Catalina de Santis Ovando quien, si bien su caso no es investigado en la causa por el plan sistemático de robo de bebés, declaró que sus apropiadores le habían advertido que iría presa si intentaba averiguar su origen
Una nieta recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo declaró hoy por primera vez ante la Justicia y afirmó que sus apropiadores le habían advertido que irían presos si ella intentaba averiguar su origen.
Laura Catalina de Santis Ovando relató su historia ante el Tribunal Oral Federal 6, que juzga el robo de bebés en la dictadura luego que recién el año pasado aceptó conocer a familiares biológicos e iniciar el tramite para recuperar su identidad.
Antes su caso fue uno de los que hizo necesario allanamientos judiciales, que ordenó en el 2008 el juez federal Ariel Lijo, para obtener prendas y disponer estudios de ADN.
Tras pasar muchos años “con culpa” y ocupándose de quienes había creído eran sus padres biológicos, cambió de actitud cuando se dio cuenta que le habían mentido y que no se habían quedado con ella “porque se había quedado sola y nadie la quería”, como le dijeron.
“Esto me hizo cambiar la mirada de todo y me hizo querer ser querellante en la causaporque más allá de haberme robado, es un requisito que mis papás hayan desaparecido para quedarse conmigo, así que son cómplices de la muerte de mi papá”, consideró.
Según contó, sus apropiadores le habían dicho a los 21 años cuando se dio cuenta que no era hija de ellos, que sus padres habían muerto en un enfrentamiento y que habían querido adoptarla pero “un superior había dado la orden de inscribirla como propia”.
La bebé recién nacida fue entregada en Campo de Mayo a María Morrill y Carlos Hidalgo Garzón, un militar retirado y abogado, en una operación en la que habría intervenido un denominado “Movimiento Familiar Cristiano”, recordó hoy la joven.
Además relató que en una conversación de su marido con su apropiador, éste le admitió que había visto viva a su madre biológica en Campo de Mayo antes de dar a luz y que luego había ido a buscar personalmente la beba al centro clandestino de detención que funcionó alli.
FUENTE http://www.conclavepolitico.com/noticias_ver.php?not_codigo=30478
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UNA CARTA ENCONTRADA EN LA CASA DE UN REPRESOR SIRVE DE PRUEBA DEL PLAN SISTEMATICO DE APROPIACION DE NIÑOS
La nota que se intercambiaron los apropiadores de Catalina de Sanctis Ovando habla de una asignación previa de los bebés y demuestra que el Movimiento Familiar Cristiano sabía de dónde venían los niños. Como contracara, la joven también conserva un texto que su madre biológica envió a sus padres en el que pedía “quiéranme en mi hija”.
Por Irina Hauser
Catalina de Sanctis Ovando nació en la maternidad clandestina que funcionó en el Hospital Militar de Campo de Mayo.
Imagen: Rafael Yohai
Cuando era chiquita, Catalina se miraba al espejo y se llamaba a sí misma “cara de nada”. Hacía muecas a ver si algo cambiaba. “Cara de nada”, repetía. Quería decir que no se parecía a nadie, que sentía un vacío gigante y una distancia abismal respecto de quienes la criaban. Como muchos hijos de desaparecidos arrancados de los brazos de sus padres en la última dictadura, ella pasó la mayor parte de su vida con la convicción secreta de no ser la persona que le decían que era. Pero optaba por no indagar demasiado, mirar hacia adelante, o no mirar, y encerrarse en su cuarto. Aun el día que entendió todo al ver un aviso de Abuelas de Plaza de Mayo en la televisión, decidió seguir como hasta entonces. Varios años después, cuando la Justicia obtuvo indicios de que podía ser una nieta apropiada se escapó hasta Paraguay para evitar que analizaran su ADN. Protegía a sus apropiadores o –mejor dicho– tenía miedo de ellos, sobre todo de él, Carlos Hidalgo Garzón, un mayor retirado que trabajó en inteligencia del Ejército. La historia de Catalina de Sanctis Ovando está atravesada por todas esas contradicciones y por una prueba fundamental escrita en un papel, que al final la llevó a “abrir los ojos” y asimilar su historia: una carta de su apropiadora, que daría cuenta de que alrededor de los nacimientos en Campo de Mayo funcionaba una maquinaria para el robo de los bebés de las mujeres secuestradas, en la que además el Movimiento Familiar Cristiano tuvo un papel influyente en la selección de los niños y su asignación a determinadas personas.
María Francisca Morilla, la apropiadora, había escrito la carta a mano y la dirigía a su esposo, asignado en Tucumán. Lo llamaba por un nombre falso, pero con sus mismas iniciales (Carlos Helguera Gonçalves). Sobre el final decía textual: “Vino la asistente del Movimiento y quedó encantada con el departamento. Conversamos mucho y me explicó que ella hace siete años que está en el Movimiento y nunca vio que entregaran niños con problemas de salud o malformaciones, que son muy sanitos y que a ella le llamaba la atención lo normal que son esos partos. Luego te contaré en detalle la conversación”. El encabezado tiene fecha del 7 abril de 1977, que coincide con la del secuestro de la mamá de Catalina, Miryam Ovando, quien fue vista por última vez unos días antes, cuando estaba embarazada aproximadamente de seis meses. Uno de “esos partos” en la maternidad de Campo de Mayo fue el suyo.
Catalina encontró la carta mientras revolvía entre cosas viejas en la casa donde que habían vivido sus apropiadores. No hacía mucho que había recuperado su identidad. En ese momento estaba con Rodrigo, su pareja. “El se puso como loco, la veía como algo de gran valor, y para mí era una pavada. Me parecía que podía tener muchas interpretaciones. Mi apropiadora me había hablado alguna vez, al reconocer que yo no era su hija, de que habían estado en lista de espera del Movimiento para adoptar. Así lo decía. Cuando entendí qué era esa lista de reparto de bebés y que yo había formado parte de ella me dio mucha impresión, me pareció perverso”, cuenta Catalina a Página/12.
La carta quedó en un armario y fue hallada después por la Justicia durante un allanamiento. Los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo pidieron esta semana en el juicio sobre apropiación de hijos de desaparecidos que sustancia el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) que sea incorporada como una prueba clave de la existencia de un plan sistemático de apropiación de niños (ver aparte), donde el Movimiento Familiar Cristiano los ofrecía en adopción, para dar apariencia de legalidad a las entregas. También ofrecieron la declaración testimonial de Catalina. Todo está a consideración de los jueces.
“Quiéranme en mi hija”
Desde hace algunos meses que Catalina lleva en su cartera otra carta, la contracara de aquella de su apropiadora. La que la llevó a reencontrarse con su identidad. Es una carta que escribió su mamá estando en cautiverio poco después de que ella naciera, dirigida a sus padres y a su hermano. Les cuenta lo “hermoso y terriblemente triste a la vez” que es “después de tanto tiempo tener la posibilidad de encontrarme frente a un papel y poder escribir, hablar, sentir”. Les dice en una parte que “estén todo lo tranquilos que puedan. Cuiden y quieran mucho a la nena (creo que está con ustedes, por supuesto), ojalá sea ella quien reciba todo de ustedes ahora (…) hay que tener fe y por sobre todas las cosas, saber que conservamos lo más importante: La vida. Los quiero mucho como siempre, más que siempre. Recuérdenme y quiéranme en mi hija, ella es quien sin saberlo lleva en sus venitas la sangre que yo llevo y quien más cerca de mí estuvo durante todo este tiempo. La extraño, la necesito”.
Miryam tenía 21 años cuando fue secuestrada. Estudiaba psicología en la Universidad de Rosario y militaba en la Juventud Peronista, igual que su esposo, Raúl René de Sanctis, que era estudiante de antropología. A él se lo llevaron en mayo de 1977. Se habían mudado a Buenos Aires, a una casa en Virreyes meses antes, y siguen desaparecidos. En el libro de partos del Hospital Militar de Campo de Mayo aparece el nombre de la apropiadora de Catalina como si hubiera dado a luz por cesárea el 17 de agosto de ese año a las cinco de la tarde. Pero unos pocos renglones más arriba dice “Ovando”, la palabra cesárea tachada y cambiada por “legrado” y la referencia de que habían removido un “feto sin vida de 45 días” a las 10.10 de la mañana. La fecha: 11 de agosto.
Catalina no fue entregada a su familia biológica, sino a sus apropiadores a poco de nacer. Tiene recuerdos borrosos de su infancia, itinerante según la provincia a la que asignaran a su apropiador. Cree haber sido “bastante payasa” de chica, por lo que vio en sus fotos. De los seis o siete años en adelante recuerda una vida más triste, en Capital Federal, en la que se percibía diferente de todas sus compañeras de la Escuela Santa Ana y distinta de quienes creía sus padres, que la llamaban María Carolina (Hidalgo Garzón). “Un día, subiendo en el ascensor, me miré en el espejo y le dije a mi apropiadora que no me veía cara de nada. Tendría siete u ocho años. Ella decía que era parecida a su padre y al hijo del hermano de mi apropiador. Siempre buscando excusas, siempre mintiendo, como cuando decía que era psicopedagoga. Toda la vida me mintió con su edad”, reprocha Catalina. “En la secundaria me di cuenta de que no había fotos de ella embarazada; ¿qué me dijo? Que no se usaba y que tenía temor porque había perdido varios embarazos”, añade. “Las cosas estaban más que claras, sólo que yo no quería ver”, confiesa.
–¿Y cómo fue que supiste la verdad? ¿Cuando te citó la Justicia o antes? –le preguntó Página/12.
–Mucho antes. Estaba empezando a estudiar Bellas Artes en la facultad y un día veo que pasan una publicidad de Abuelas en la tele. Ahí toda la nebulosa que tenía cobró forma. Justo por esa época, además, venía pensando que no sabía si había soñado, o si tenía una fantasía o era un verdadero recuerdo, que me habían dicho alguna vez que era adoptada. Tomé coraje y le pregunté a mi apropiadora: “Yo soy hija de desaparecidos, ¿no?”. Llorando me dijo que sí, pero que ella me había curado el ombligo y mis padres habían muerto en un enfrentamiento, y que las familias no querían saber nada con los hijos de sus parientes detenidos, y que las Abuelas de Plaza de Mayo mentían y arrancaban a los hijos de sus familias, que por eso ella no me había contado la verdad. Me advirtió que si yo contaba algo ellos iban a ir presos.
Catalina recuerda que se llenó de más miedo. Su apropiador, a quien describe como “alcohólico”, se volvió “más agresivo” de lo habitual. Su apropiadora, “más depresiva”. “En casa había un ambiente muy violento e inestable”, dice. A medida que ella iba armando el rompecabezas, Hidalgo Garzón –que ahora tiene arresto domiciliario por su actuación en el centro clandestino La Cacha– la empezó a tratar de “subversiva”. Le decía “pacifista” y le llegó a escribir una carta en la que la trataba de “desagradecida” porque “la sangre criminal tira”.
Verdad y locura
Las primeras denuncias de que Catalina podía ser apropiada llegaron a Abuelas en el año 2000. Alguien que conocía a la familia dio los datos y las sospechas. En 2007, un nieto recuperado –Manuel Gonçalves– la fue a ver a la salida del profesorado de Educación Física, donde estudiaba tras abandonar Bellas Artes. “Me explicó que había un proceso judicial en marcha y que contara con ellos. Yo salí corriendo”, relata. Ese mismo año la citó el juez federal Ariel Lijo, le explicó que podía ser hija de desaparecidos y le pidió una muestra de sangre. “Quedamos en venir una fecha. Pero no me localizaron más porque me fui”, dice. Huyó con su pareja, Rodrigo, en una camioneta donde subieron hasta los tres gatos de ella. Pararon en Corrientes y luego siguieron hacia Paraguay, donde tenían expectativas de quedarse a vivir en un lugar llamado San Bernardino. “Llegamos, llovía, no había nadie, nos habían pedido coima por pasar una luz amarilla, teníamos pánico por haber cruzado la frontera sin registrarnos. Así que volvimos y terminamos en San Luis, donde vive la familia de Rodri, que nos prestó una quinta. Ahí me hicieron el allanamiento. Se llevaron mi ropa para sacar ADN”, suspira.
–¿Por qué te escapaste?
–No quería dar sangre o material genético en forma voluntaria. Sentía culpa con mis apropiadores, a quienes aún llamaba mamá y papá. No quería que por mi culpa fueran presos. Era algo infantil, tenía el fantasma que me habían inculcado de que las Abuelas eran malas. Les tenía miedo, a veces hasta odio. Pero después del allanamiento tuve cierto alivio. Ya está, pasó lo que tenía que pasar. Y volvimos a Buenos Aires. Mientras estaban en proceso los estudios genéticos, Rodrigo se puso a buscar información por Internet y a través de Abuelas para deducir quiénes podían haber sido mis padres. Hasta trataba de sacarle datos a Hidalgo Garzón. Catalina habla de (su ahora) marido con admiración: “Le mostró unas páginas de Abuelas y le preguntó si sabía quién era mi mamá. Y efectivamente él le señaló el nombre correcto. Le contó que un día después de ir a buscarme en el Ford Falcon a Campo de Mayo, llamó preguntando si habían ‘volado el paquete’, o sea a mi mamá. Dijo que el médico que me había entregado fue (el apropiador) Norberto Bianco”.
En septiembre de 2008 el juez Lijo citó a Catalina. Se dirigió a ella como “Laura Catalina”, su nombre completo y auténtico. Ella se enojó mucho. “Es el nombre que te puso tu mamá”, le dijo él. “En ese momento me dieron la carta que ella había escrito en cautiverio. Yo ni creía que fuera de ella. Me dieron unas fotos horribles, viejas y borrosas. Mi primera impresión fue no creer el resultado”, asegura. También fue notificada su familia biológica, pero Catalina no quiso conocerlos por entonces.
Sus apropiadores fueron citados a indagatoria y se descompensaron. “Quedé atrapada, teniendo que hacerme cargo de ellos”, se queja. Hidalgo Garzón se hizo pasar por loco y en el ínterin insultaba a Catalina a través de una página web. Lo mismo hacía con el juez. A mediados de 2010 una junta de médicos forenses concluyó que intentaba mostrarse más deteriorado de lo que estaba. El y su mujer fueron procesados y recientemente enviados a juicio oral. El vive en un geriátrico, ella con un pariente.
Familia
Catalina decidió que no quería verlos más recién en la segunda mitad del año pasado. Fue después de que se animó a contactar a su familia biológica, casi todos de Rosario. Osqui, primo hermano de su papá, le mandó un montón de fotos por e-mail.
Dos semanas después se fue para allá. Conoció también a Fabián, el hermano de su mamá. Y se quedó muy impactada al ver a otro primo de su papá, Javier. “¡Me vi igual a él!”, exclama. Esa primera vez fueron a comer a una parrilla de “el inglés”, un compañero de rugby de su papá. Y conoció a las parejas de todos, y los hijos, y encontró una familia enorme, a la que ahora visita cada dos por tres. Para el 11 de agosto le hicieron un cumpleaños sorpresa. La llenaron de fotos de sus padres, que lleva consigo a todas partes. Son fotos en las que ahora por fin se reconoce a sí misma. La emociona tanto como saber que su mamá “hacía gimnasia deportiva y yo acrobática”, “mi papá estudiaba para ser antropólogo, algo que me hubiera gustado a mí”. “Uno es una suma del ambiente y lo genético, yo siempre me sentí diferente de mis apropiadores; lo genético fue más fuerte”, celebra. El paso que faltaba lo dio en marzo cuando les mandó un mail a sus seres queridos que decía en letras de color violeta: “Familia, amigos, les escribo desde esta nueva dirección de correo electrónico con éste, mi nombre… a ver si nos vamos acostumbrando… ¡ustedes y yo! ¡Los quiero mucho y los extraño! Besitos y abrazos. ¡Catalina!”. Al final de la entrevista, le salió una frase del alma: “Ahora puedo vivir con alegría”.-
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